15.11.10

Piedra, papel y tijera

Es fácil temer, pero penoso;
respetar es difícil,
pero más dulce.
Johann Wolfgang von Goethe


esde el día 9 hasta febrero próximo puede verse en la Fundación Francisco Godia la exposición "De Luca Giordano a Goya. Pintura del siglo XVIII". La exposición está en la planta baja de la Fundación, que ocupa –en el recto sentido de la palabra “ocupar”- una parte de la Casa Garriga Nogués desde 2008. Antes estuvo ocupada por la Fundació Enciclopèdia Catalana (que se ha ido a Diagonal Mar) y, antes aún, por el colegio religioso Sagrados Corazones de Jesús y de María. El edificio está situado en la Calle Diputació en el número 250, entre Balmes y Rambla de Cataluña. La familia del banquero Garriga Nogués  vivió allí entre 1901 y 1936. Es obra del arquitecto Enric Sagnier Villavecchia, de quien ya dijimos que hay varios edificios en Barcelona y nos referimos en particular al Patronat Ribas y al templo del Tibidabo. Además de la Colección Godia permanente, destacan del edificio las cuatro ménsulas con figuras femeninas, de Eusebi Arnau, y en el  interior del edificio la escalera de honor en mármol de acceso al primer piso, la claraboya central, un salón rococó y una vidriera modernista del taller de A. Rigalt.

La exposición temporal reune 23 obras poco difundidas pertenecientes a colecciones privadas con aportaciones del Prado y el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Voy a referirme a alguno de los cuadros por diferentes motivos. El de  Tiepolo sobre el estudio de Apeles está en Internet pero (¿mal?) positivado, al revés, es decir en mi memoria yo recuerdo haber visto el perro a la izquierda. Me llamó la atención porque me pareció que era de la misma raza que el perro que sale en la película “Mejor imposible”/”As Good as It Gets” (James L. Brooks, 1997), un griffon de Bruselas. Como he visto el cuadro recientemente, el sábado, puedo asegurar aunque no sin algún desconcierto que el perrillo en el cuadro que yo vi aparecía a la izquierda y no rotado a la derecha. De otra cosa que me acuerdo es de que esa película la vi la tarde de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Será por eso por lo que siempre me confundo con el nombre de la película y la recuerdo como "Peor imposible".

Otro de los cuadros valiosos que se exponen es “La conducción de un sillar” de Goya. Creo que el bodegón de Juan van der Hamen y León pertenece a la exposición permanente. Así que lo que me queda es referirme de lleno al cuadro conocido como "La dueña de la Duquesa de Alba con el infante Luis de Berganza y María de la Luz". La dueña o la beata es la misma que aparece con idéntico vestido en otro cuadro del mismo año (1795) que se puede ver en el Museo del Prado, Rafaela Luisa Velázquez, una de las criadas camaristas de Doña María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo (Duquesa de Alba). Luis de Berganza era el hijo de un mayordomo y María de la Luz, una niña negra adoptada por la duquesa, quien no tuvo descendencia directa.

"La Duquesa de Alba y la Beata" (Goya, 1795). Museo del Prado
"La dueña de la Duquesa de Alba con el infante Luis de Berganza y 
María de la Luz"  (Goya, 1795). Colección Arango.
Lo más desconcertante del primer cuadro es que se trata de una broma que le hace la duquesa a la beatona Rafaela a costa de un pedazo de coral, que supuestamente servía o sirve para alejar el mal de ojo. Que Rafaela alce un crucifijo no sabemos si obedece a un reflejo de defensa o ataque o a qué. En cualquier caso el cuento me recordó a una entrevista del viernes en "La Vanguardia" a un psicólogo italiano que se empeñaba en "defender" (utilizo la misma palabra que hace un momento para remarcar un referente) las bondades de la flexibilidad, pero lo hacía tan a ultranza que su postura adquiría a veces una cierta rigidez coralina. La flexibilidad es tan buena como la rigidez, depende de la ocasión. De hecho uno de los fetiches de la autoayuda es la resiliencia, o la resistencia si quieren, que podríamos decir que está constituida en partes iguales por la flexibilidad y la rigidez. 

La entrevista a Walter Riso, que partía del titular "El fundamentalismo no es sólo atentar contra las Torres Gemelas", culminaba en otra frase que contesta a la pregunta "¿Qué tipo de mente es la más predominante?":  "Antes, era la rígida; ahora, la líquida, que nació de la muerte de la ideología". Esta frase que me parece interesante porque servidora se suele mover mejor cuando hay no una dicotomía, sino una tercera opción. Por lo tanto, hay si acaso mentes flexibles, mentes rígidas y mentes líquidas. Mientras en la mente rígida predomina la incapacidad para adaptarse y avanzar, en las mentes líquidas lo definitorio es su amorfia o uniformidad, su falta de compromiso:
"Siguiendo un término acuñado por el sociólogo Zygmunt Bauman, Riso bautiza como “líquida” al segundo tipo de mente. En contraste con el acartonamiento de la mente rígida, la líquida no se interesa comprometerse ni adoptar posturas específicas ante nada, como si todo les pareciese relativo. En su colorido lenguaje, Riso las describe como “Mentes sin cuerpo propio, informes, incoloras, sin constancia ni sustancia, indolentes y lejanas a cualquier compromiso: cerebros son memoria” (Página cero)


Hay líquidos que creen que son ambiguos o anfibológicos, se refugian en la ironía (un sitio donde nunca se detendría un tonto entero) pero en realidad son inseguros, pusilánimes y tímidos -tímidos en el sentido de cobardes no en el de la "vergüenza", que proviene de la virtud romana de la verecundia. Si un líquido llevara su peculiar entropía hasta las últimas consecuencias no haría nada y no afirmaría nada.  Se instalaría rígidamente en un "no sé" que queda balbuciendo. ¿Una mente líquida podría por ejemplo pilotar un avión? ¿Es una mente líquida más proclive a las adicciones? ¿De qué hablan un líquido y un cronopio?

Pero todo esto, ya que hablamos de materias, lo tengo aún crudo, o verde, y solo expongo o como otras veces propongo ideas con las que jugar y no tanto juzgar. Ojalá fuera realidad lo de "la muerte de las ideologías" y verdadera la vida de las ideas. Es que el 28 de noviembre próximo tenemos comicios en Cataluña, la comunidad de España donde se suele decir que es más difícil elegir. 

¿Quién nos pintará los sueños de la razón y los monstruos del siglo XXI?

"Der Schmetterlingsjäger" (Carl Spitzweg, 1840)

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