9.9.11

Post 688: el algarrobo de Jávea

la flor del berro, mi blog eliminado,  fue un locus amoenus y ·Álbum del tiempo· más bien ronda el tópico del tempus fugit (el paso irremediable del tiempo) y del peregrinatio vitae. Si hay un próximo blog veo que ya será una meditación sobre omnia mors aequat (la muerte todo lo iguala) y el equivalente sic transit gloria mundi
La imagen de hoy reproduce un cuadro de Sorolla que fue subastado en Sothebys en otoño de 2010 con un precio, que no valor, estimado entre 350.000 y 585.000 euros. Un crudo invierno de hará quince años se heló el algarrobo que hay en Collserola al pie de la carretera de las Roquetes que subé a Torre Baró. Nadie hubiera dado ni un euro por él, pero ahora está frondoso y da muy buena sombra, nunca habían brotado de él tantos frutos y su fragancia es extasiante. Ni un euro, hubiéramos dado. El cuadro de Sorolla es de un lugar de Jávea o Xàbia (Alicante) y verdaderamente recrea otro tópico, el Mediterráneo.
La danza de números en que vivimos habitualmente acabará siendo también un tópico. Ayer leí en "La Vanguardia" que en el Hospital de Sant Pau de Barcelona se había iniciado un expediente de regulación de empleo o ERO  (expedient de regulació d'ocupació) de 500 trabajadores en una plantilla de 300. Me acogí al derecho de rectificación que brinda el diario digital y les sugerí que lo más probable es que la plantilla del Hospital de Sant Pau fuera más bien de 3.000 trabajadores e incluso más. Según qué se considere plantilla, porque cada vez ha habido en nuestros hospitales más personal flotante que -si se me permite el humor negro- está tocado y hundido. Esas cifras al cabo de una noche no tienen ya casi ningún valor puesto que he leído en mi twitter que en el diario "Ara" se comenta que el ERE es de 900 trabajadores.
Perdonen que divague si les remito a otra imagen que fotografié en el nuevo Hospital de Sant Pau con ocasión de una exposición de su historia. Es sobre la plantilla del antiguo Hospital tardomedieval. En el post que escribí en "Varium" remitía a la Wikipedia, que a su vez recoge la historia del hospital, el cual se originó el año 1401:
"[...] por la fusión (“reducción”) de seis hospitales que por aquel entonces existían en Barcelona y que a raíz de la peste de 1348 y la crisis demográfica posterior entraron en una profunda crisis económica. El nombre de la nueva institución fue Hospital de la Santa Creu (Hospital de la Santa Cruz). La MIA (Muy Ilustre Administración) se componía de dos canónigos de la Catedral de Barcelona y dos miembros del Consejo de Ciento (órgano de gobierno de la ciudad de Barcelona). La gestión estaba a cargo de un Prior, que siempre era un sacerdote (en Valencia se llamaba clavario y en Zaragoza Mayordomo). Hasta 1904, fue la principal institución asistencial del principado de Cataluña y, con los hospitales de Gracia de Zaragoza y General de Valencia, las tres piezas clave del dispositivo de acción social de la Corona de Aragón. Situado en el Raval de Barcelona (actualmente el edificio es la sede de la Biblioteca de Catalunya) el crecimiento urbanístico de la ciudad durante el siglo XVIII le rodeó".
Yo estudié en el edificio gótico de 1401 (hoy Biblioteca de Catalunya), luego hice mis prácticas de bibliotecaria-documentalista en el edificio modernista de 1902 y cuando aún no había acabado los estudios obtuve una beca para trabajar en la Biblioteca Cambó, situada en el pabellón principal, que era bonita de verdad y que no sé qué habrá sido de ella. No en vano el edificio es patrimonio de la Humanidad desde 1997. Las nuevas dependencias, en vez de estar repartidas por pabellones, como sus dos anteriores versiones, son un edificio moderno con el típico vestíbulo descomunal y diáfano, muy fotogénico, y el resto de la instalación no es accesible a todo el mundo porque está dotada de un sistema de seguridad que permite a cada cual entrar donde se le supone sin más. De todas maneras lo que pude ver y saber me permitió lamentar que aunque las habitaciones de los pacientes son espaciosas, obligaban en general a cubrir distancias al personal enfermero y que el personal no disfruta de luz natural. Es decir hay un vestíbulo muy trendy, estupendo y fotogénico, de "cara a la galería", con luz a raudales, aunque de matices metálicos, y sin embargo el personal -que a veces cumple guardias de 12 horas y más- trabaja bajo los palios de las luces crepusculares de la fluorescencia.

"El algarrobo" de Joaquin Sorolla (1898)
Las medidas de seguridad, con tarjetas que los trabajadores usan para acceder donde se les espera pero en ningún otro sitio, me recordaron que en el hospital donde yo trabajo, que es un edificio del Franquismo, encontraron por lo menos una vez un okupa que estuvo instalado  meses en una de esas zonas muertas que también deben de tener en el Hospital Clínico, cuyo núcleo creo que es del siglo XIX. Pero la historia nos enseña, como ya he dicho, que el primer Hospital de Sant Pau provenía de la fusión de los seis hospitales que tuvo Barcelona en la Baja Edad Media, ya que la crisis demográfica y la peste condujeron a la Iglesia a tomar esa medida.
Recuerdo que cuando trabajé en el Hospital de Bellvitge podía ver desde la Biblioteca del Hospital (que fue eliminada el año 1993) cada día hacia las cuatro de la tarde un rebaño de ovejas por donde luego construyeron un campo de béisbol y un geriátrico. Yo nunca estuve segura de que fuera un geriátrico puesto que por donde habían pastado las ovejas llegaba cada mediodía un inconfundible camión de la Damm. Hasta donde yo sé en los geriátricos no se consume cerveza (?). Y todas estas cuestiones y danzas de números, ovejas, cervezas y pestes bubónicas, me dan a pensar en la fragilidad de las instituciones y en su escasa versatilidad. Y la verdad es que cuando se les ocurre ser flexibles es para poderle sacar todo el jugo a la plantilla o para manejos con los administrados que son innombrables y que están al borde de la ley. 
Todo va muy rápido y ahora oigo en la radio, una hora después de haber leído el twitter, que el ERE de Sant Pau es de un millar de personas. La forma en que los números nos vapulean y esa manera a la que asistimos a las tertulias de los economistas, que hablan de la recesión como los metereólogos hablan de las tormentas y las bonanzas, como si no fueran con ellos, como algo ajeno, me descorazona y descarna. 
Ayer se descubrió una grieta activa en el salón de actos del hospital donde trabajo (Hospital Vall d'Hebron) que atraviesa el foso y tiene 9 cm de profundidad. Este salón de actos es el que está en la planta 10 del Hospital General, el cual sufre de aluminosis. Así que ayer desde mi puesto en la planta 11 me preguntaba si de caerse todo el bloque abajo como un castillo de arena zafaríamos no solo nuestro ERE sino que ayudaríamos a ir al cielo a cosa de 500 enfermos, que ahora más no habrá. Y también me pregunto qué habrá sido del algarrobo de Jávea.

"El algarrobo de Jávea" está amparado por  una licencia SafeCreative #1109090027931