31.1.12

Post 796: Microondas, ventiladores y karaokes

"Y el Rey les dirá: "En verdad os digo 
que cuanto hicisteis a uno de estos
hermanos míos más pequeños, 
a mí me lo hicisteis"
Mateo 25: 40

"Oh cielos qué horror" le decía Tristón a Leoncio el león de tanto en vez. En español se pierde la gracia del nombre original de Tristón, porque es una hiena y en Hanna Barbera le pusieron "Hardy har har" una expresión del inglés para indicar una risa forzada con la que se recibe un comentario ofensivo. Es el equivalente también del inglés "ha, ha" y no le conozco un equivalente en español, aunque a lo mejor lo hay. El hecho de que lo hayamos incorporado no me sirve porque no es genuino, pero dejo el tema abierto. Tristón y Leoncio son como Don Pésimo y Don Óptimo y la frase con la que Tristón subraya las situaciones difíciles se acaba convirtiendo en una especie de mantra pero que actúa perversamente. Si se hiciera una actualización y bibianaidización de los dibujos animados de que yo estoy empapada, seguramente se sometería a Tristón a una programación neurolingüística (PNL) hasta conseguir de él un ser totalmente reformado y rehabilitado para este precioso mundo en el que vivimos (ha, ha).
Lo de la programación neurolingüística está muy bien, no es que lo vea desprovisto de fundamento y razón, y hasta eficacia. Pero otra cosa es la matraca y el proselitismo. Quién más quien menos, todos pasamos por algún momento beatífico de reconciliación con el mundo o con alguna de sus diversiones. Me acuerdo por ejemplo de cuando aprendí a leer, que quería que leyera todo el mundo. O cuando empecé el tai chi, etcétera. Es natural que cuando uno es mínimamente feliz con algo lo quiera "compartir", palabro que también nos trajimos del inglés al menos para su uso gazmoño. Es decir, para evitarles más explicaciones: no quiero "compartir" nada con nadie. Al menos en ese sentido. No quiero estar tranquilamente trabajando y que venga un señor a explicarme sus paranoias o sus frustraciones sin antes haber pasado por un período de deshielo, trato continuado, prueba y todas las fases no de un noviazgo convencional pero sí de una amistad en regla. No quiero.
Vienen unas voluntarias y algún voluntario a mi centro de trabajo, que estoy convencida de que pertenecen a una secta. Pienso que algunos de ellos hacen una labor impagable, como la de acompañar a niños prematuros cuyas familias no pueden pasar el día entero con ellos, cosa que sería altamente terapéutica y crucial para su desarrollo. Pero, como pasa con otros temas, el motivo principal que les trajo allí a veces se desvía. Es como cuando uno se apunta a clases de macramé o de estarcido o de chachachá y le acribillan de meriendas, tertulias y cosas que no tienen que ver. Es decir, empleando otro americanismo, se "socializan". Me dirán ustedes que en el fondo todos buscamos compañía primordialmente. Pero, sinceridad por sinceridad, cuando yo me he apuntado a una clase ha sido por el provecho de lo que se impartía. Si luego además conoces a alguien interesante, miel sobre hojuelas. Pero no me interesa ampliar mi círculo de amistades ni el de enemistades tampoco. Voy a lo que voy.
Las voluntarias estas yo diría que son como una secta, digo, aunque sean católicas, porque siempre están con las apariciones de la Virgen, el fin del mundo y cosas peores, que las hay y que nunca hubiera imaginado. Como se reúnen y mucho en un office -eufemismo para cuartito con microondas y frigorífico- donde incluso celebran meriendas inacabables, a veces me encuentro en el aparato donde me caliento el agua de mi té cosas como la que se puede ver en la foto. La foto está tomada  con el teléfono tal cual. A veces hay alguna botella de Lourdes con agua bendita, sobre el cacharro, otras hay un texto invocando el Espíritu Santo o una chuleta del rosario. Cosas que yo, aunque soy católica, veo con la mayor repugnancia, especialmente porque las suelo descubrir en mi breve pausa de las cinco de la tarde, a la hora de mi frugalísima merienda. Alguna vez además del té como una par de galletitas de arroz, una barrita saciante o una manzana, pero nada más. La visión de Cristo magullado y cadáver no es peor que la de Asier Etxeandia caracterizado con una llaga en un costado y un crucifijo en el pubis. Y es que lo más parecido a la hiperdulía, la superstición y la idolatría es la iconoclastia. Dios me libre de imponerme mi pobre blog a nadie, ni mi cajita de colores Caran D'Ache. Yo, a lo mío.
Por cierto, cuando tomé la imagen de las estampitas de Cristo junto al microondas, me acordé de Javier Krahe:
[...] "el Centro Jurídico Tomás Moro le ganó al infeliz Javier Krahe el juicio que le interpuso por la basura de vídeo "Cómo cocinar un cristo". En realidad esa bromita era de 1978, pero se emitió en Canal+ el año 2004, cosa que ya indica por lo menos que estamos ante un autor de escasísimas ideas y éstas además a su vez magras. La denuncia se planteó como ofensa a los sentimientos religiosos y, como les digo, se ganó limpiamente. El cantautor tuvo que pagar una fianza de 192.000 neuros y la productora 144.000. Me parece que desde que se hizo pública la sentencia poco más han hecho Krahe y el Plus" ("Los pilares de la tierra", Álbum del tiempo).
No lo digo por lo que le pueda pasar a Asier Etxeandia o a Esperanza Aguirre, por responsabilidad subsidiaria, sino porque a la realidad le complace recrearse siempre en las mismas cosas, que se repiten y se repiten. "Hoy por ti, mañana por mí".
*
En otro orden de cosas, es curioso, va a ser verdad que hay una cierta identidad entre las órbitas supersónicas kármicas magúficas y estelares de Rodríguez Zapatero y Barak Obama, tal y como predijo la simpar Leire Pajín, a quien Dios acabe de confundir del todo. En una de las fiestas de despedida de ZP López Aguilar tocó "Imagine" a la guitarra y veo hoy un vídeo del presidente de los Estados Unidos cantando Let's stay together, el falsetto superéxito de Al Green en 1972. Para cuando nos cansemos del ventilador tendremos el karaoke.

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30.1.12

Las estrellas de Galicia

A Teresa Oreiro


n cuanto mi madre, que nació en Finisterre/Fisterra, supo de la desgracia en la playa de Orzán, por salvar un Erasmus eslovaco, si no me equivoco, que había bebido más de la cuenta, dijo: "En Finisterre los borrachos nunca se tiraban al mar". Había el viernes mar gruesa, mar de fondo y olas de 7 metros, con lo que estoy en condiciones de afirmar que ni yo me hubiera tirado. Porque además el agua está fría, muy fría, y no hay vino suficiente en el mundo que me haga perder el temor al frío. Dicen que se acerca una ola gélida siberiana a Cataluña y ya estoy buscando mi mejor gorro, mis mejores guantes y hasta mis mejores calcetines, además de un plumón que me hace perder mi estilizada figura, pero a veces hay que sacrificarse por razones de peso, perdón, por razones de salud. Y es que el frío me abotarga y anula, aunque me guste la sensación helada en la cara y que el aire entre salvajemente en los pulmones como un aullido.
La única vez que fui a Galicia en invierno tuve una especie de shock porque en casi todas las casas había productos de la matanza y otros signos explícitos de lo que se había hecho con los cerdos familiares. Don Manuel Fraga Iribarne puso tantos impedimentos a la autosuficiencia tradicional, por razones bromatológicas, que creo que ahora la matanza es furtiva o algo tan higiénico y reglamentado que debe disuadir a cualquiera. Unos amigos tenían un cerdo escondido y les engordó tanto que tuvieron que matarlo en la corte de un tiro, porque no pasaba por la puerta, cosa que es mucho peor y sigue siendo ilegal. Aunque fuera para su propio consumo.
Aquel invierno hizo tanto frío que no recuerdo haber usado dos abrigos a la vez en ninguna otra ocasión excepto en Turquía. Para entrar en calor tuve que meterme en la cama bajo tantas mantas que casi no podía respirar. No me recobré hasta que comí el caldo. El caldo no es ninguna tontería. En primer lugar porque en principio es, como dirían los estupendísimos, "sostenible", de autosuficiencia. Decía el Prof. Basilio Losada precisamente que los americanos habían estudiado el modelo económico de autosuficiencia gallego primitivo, porque si bien es cierto que no daba ocasión a alharacas, tampoco la daba a sustos ni recesiones, y como estaba ajeno a los caprichos y devaneos de las altas finanzas, lo aguantaba todo. A lo que hay que añadir que el caldo ya no es sostenible, que lo era, porque hoy día sale más barato comprar las patatas en el Mercadona que sembrarlas, sacharlas, etcétera. Por no decir nada de cuando la Bayer obsequiosamente y en el momento adecuado apareció con unos productos indicadísimos para las plagas que habían desembarcado ellos mismos. Serían los años ochenta.
Por lo demás el caldo es un plato "combinado", muy completo, que si se pasteuriza y se conserva en fresco se puede conservar bien y durar un par de días. El caldo, además de ser un plato combinado es un plato que al ser hecho en familia supone una distribución según los gustos. Yo suelo cambiar mi trozo de tocino por extra de chorizo y lo que más me gusta es la patata (pero no de Mercadona). Mi tía madrina se hacía un caldo para ella sola y comía cuatro días. Por lo tanto lo comía entero, pero lo normal es que haya esa especie de distribución que cuando falta alguien nos recuerda su ausencia y el valor de los alimentos, su consuelo.
Si no fuera por el frío y las lluvias, sobre todo las lluvias, es casi seguro que yo viviría en Galicia. Una de las últimas veces que fui en tren, el llamado Estrella, me despertó el olor del aire. Era primavera. Entrábamos por los cañones del Sil, en el territorio que ahora se conoce más como Ribeira Sacra. Cada tierra tiene su olor, además. Saqué la cabeza por la ventanilla y para cuando la volví a meter se me habían prendido en el cabello libélulas. Debía parecer una morfinómana art déco o Isadora Duncan y sin embargo una chica que había en mi compartimento me miró con horror y se puso a chillar como si fueran cucarachas. Está claro que son insectos igual, pero yo creo que no podemos comparar una blattodea omnívora cloaquera con una ninfa de las ribas del Sil, que en el peor de los casos se alimenta de moscas y así.


La prueba de que hay sitios recónditos en Galicia es que sigan en pie iglesias como Santa Comba de Bande, en la Baixa Límia (Orense), que se edificó en época visigoda, en el siglo VII. La mala comunicación y el conservadurismo han permitido que se preservaran no solo los castros sino también los miliarios y los puentes romanos como si nada. Santa Comba ha visto rehabilitar su tejado, como el monumental San Estevo, y no hacemos más que desear que el musgo y los líquenes, el tiempo, envejezcan las tejas para que no parezcan tan nuevas y vergonzantes.
Otra de las cosas que quiso impulsar Fraga fue el turismo japonés y las telecomunicaciones. Los tertulianos de mi comunidad autónoma de Onda Cero, en emisión restringida, comentaban lo raro que era que la cobertura alámbrica fuera en Galicia del 50 % mientras que en Cataluña era del 5 % y perdonen si no reproduzco bien los datos. Manía de comparar y siempre odiosamente. Lo que sí no he olvidado ni olvidaré es que uno de los que estaban tan pésimamente informado no hacía más que recalcar la ruralidad de Galicia en contraste con el potencial industrial de Cataluña. Precisamente, y si me equivoco no me equivocaré por mucho, Fraga quiso impulsar las telecomunicaciones (y unas autovías que odio) porque quiso seguir el modelo irlandés de desarrollo. Se podía dejar la economía primaria no solo rural sino también pesquera y mariscadora, potenciar la terciaria y la secundaria irla haciendo pero con fundamento.
Tengo entendido, para acabar, que en cuanto Fernández Laxe abandonó la Presidencia de la Xunta de Galicia y la ocupó Fraga, lo primero que hizo en el Pazo de Raxoi fue hacer cumplir el horario, porque se ve que allí nadie estaba a las 8 tal y como se hubiera esperado. Y que podía estar a las 8 en Compostela, a las 12 en Muros y a las 6 en Cambados. No hay quien le fuera a la zaga, andaba muy rápido, lo vi yo con estos ojos y varias veces.
Es injusto hablar de Galicia, de Fraga, del Sil, del Miño, de Santa Comba, en dos plumazos y sin matices, pero hay cosas peores, como lo que pasaría si hablara de las estrellas sobre Galicia.

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P.S.: Por cierto, el pulpo a la gallega, que no el calamar a la gallega, es un plato de consumo propio en las ferias que nunca se podría haber creado de no ser por la incorporación del pimentón, totalmente andaluza. Así que le pasa un poco como a las espinacas a la catalana (espinacs a la catalana), que en realidad son de origen mozárabe. O el pa amb tomàquet. Sin embargo, Fernando Fernández de Córdoba era de Betanzos.

29.1.12

Sopa, dos tazas

La campaña de los activistas de Anonymous contra el anteproyecto de la Ley SOPA (Stop Online Piracy Act) tengo la sensación que es la más invocada estos días, pero me gustó más -por razones que ahora no son al caso- la infografía de Derecho a leer o incluso la de la American Library Association, la cual al estar solo en inglés y ser un poco técnica para lo que da de sí este blog he descartado. Con ustedes, Mafalda y toda la troupe explicando clarito qué es la propiedad intelectual tergiversada y sobre todo cuales son las libertades que están en juego.
derechoaleer.org
Si el enlace se rompe es por "blackout". Mejor es ir directamente a aquí. No hay nada que temer.

Diente de león (1)

A o desconcerto do mundo

Os bons vi sempre passar 
No mundo graves tormentos; 
E para mais me espantar, 
Os maus vi sempre nadar 
Em mar de contentamentos. 
Cuidando alcançar assim 
O bem tão mal ordenado, 
Fui mau, mas fui castigado: 
Assim que só para mim 
Anda o mundo concertado. 

Luís de Camões
 


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28.1.12

Gong Xi Fa Ca (dragón de agua)


n mandarín se desea feliz año nuevo diciendo algo así como Gong Xi Fa Ca, que viene siendo algo así como "Te deseo prosperidad". Estaba hoy muy ilusionada con un desfile de dragones catalanes y chinos que íbamos a tener en Barcelona a las 12, bajando por las Ramblas, supongo que desde la Virreina. Pero justo a las 10:20 se ha puesto a llover a cántaros, cosa que me ha disuadido siquiera de intentar acercarme. Y eso porque los dragones barceloneses (no los casi 400 que hay diseminados por toda la ciudad) no están para remojones. No sé si pensaban o piensan sacar el del Seguici Popular (Séquito Popular) que se saca en Corpus por lo menos desde la primera parte del siglo XV, y cuya copia actual de 3 metros es de 1987. Si lo que estaba programado era un desfile se supone que también o al menos saldrían los de los Correfocs y los Bailes de Diablos, también provinientes de la Baja Edad Media.
Estaba ilusionada, ya digo, pero pienso que con un poco de suerte se pospone el desfile a mañana y los magníficos dragones chinos de papel podrán salir sin temor a la pólvora de los nuestros ni a la lluvia inclemente que tanto se hizo esperar. Los dragones son bestias mitológicas que se dirá que están prácticamente en todas las civilizaciones. Jorge Luis Borges y Joan Amades les dedicaron buena parte en sus bestiarios imaginarios. Y yo ya tengo dicho que de la tríada de San Jorge (princesa, héroe y dragón), el que siempre me ha interesado más ha sido el dragón y luego si acaso el caballo. Tengo afinidad con los dos animales, ya que nos ponemos astrológicos, porque el dragón es un ser en que se dirimen agua y fuego, mis elementos (ya que nací entre Cáncer y Leo), y porque mi ascendiente es Sagitario (mitad hombre, mitad caballo). Pero esto es un lío, porque de acuerdo con el horroróscopo chino servidora es buey de metal yin. Tengo una amiga que es caballo de fuego yang y nadie le conoce un temperamento explosivo ni nada que se le parezca.
Por lo tanto me he tenido que conformar con algo que no es poca cosa y que aparece muy bien documentado en un blog que descubrí ayer, Arte y sentidos. Se explica como en la Semana Grande de San Sebastián del año 1904, el 24 de julio, en la plaza del Chofre, se enfrentaron el toro sevillano Hurón y el tigre bengalí César. La faena acabó tan mal como se puede imaginar. De todas las cosas que me resultan inexplicables de aquella tarde, la que me intriga más es cómo se les ocurrió enfrentar dos bichos de dos especies diferentes y seguramente de fuerzas muy desiguales. A no ser que consideremos una lid como aquello de piedra, papel y tijera, y pensemos que aunque el papel no le puede a la tijera si le puede a la piedra precisamente porque cada cual tiene sus propiedades. 
Había oído hablar de peleas de gallos o de perros, pero nunca de peleas entre animales de diferentes especies, hasta que supe de César y Hurón. Ahora ya he visto en un vídeo que está en internet como un puma aplana a un oso, un toro deja para el arrastre a un león, un tigre reduce a un cocodrilo, una cabra desmarca a un perro, un damán amedrenta a un cercopiteco gordo. El cocodrilo tiene todas las de ganar con una anaconda, a quien deja como un trapo. En otra página hay hasta 20 enfrentamientos, alguno de ellos incluido en el vídeo antedicho. Pero a César y a Hurón los opusieron los de la Semana Grande, mientras que los otros animales del clip quiero pensar que se enfrentaron de manera fortuita o incluso por mera supervivencia y por la llamada ley de la selva, que comparado con la de Murphy y hasta la que invoca Baltasar Garzón, es una delicia.
Lo dicho, ¡Gong Xi Fa Ca!


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Lírica y malos tiempos

e envía mi amiga virtual portuguesa, Elisabete M. una muestra sobre Camões (*). Hace tiempo me dice que sus alumnos no se interesan por la lírica y yo me digo que si ella no ha conseguido interesarlos ya no creo que lo haga nada ni nadie. Me ha recordado aquella canción de Golpes Bajos, "Malos tiempos para la lírica". A mí el pop-rock y ya no digamos el rock no me dicen mucho, a no ser algunos intérpretes. Como no creo que mis gustos tengan el menor interés pero, sobre todo, como lo que me trae aquí hoy es otra cuestión, pasaré por encima del tema como en vuelo sin motor. Golpes Bajos tenía unas letras muy buenas, y creo que para cualquiera que viviera en los años ochenta este título le tiene que resultar cuando menos familiar.
No olvidemos que la poesía nació del lado de su interpretación o declamación, unida a la música. Una mínima música pero ninguna tontería. No era una música como la que tienen los celulares para avisarnos de que nos llegó un mensaje pero tampoco predominaba sobre la palabra ni alentaba ideas que no estuvieran en el ritmo interno de los versos. "Cena recalentada", mi canción preferida de Golpes Bajos sería una muestra de los derroteros en los que derivó la lírica galaico-portuguesa, en la que se probaron hasta los poetas castellanos para mostrar su maestría. Y García-Lorca, ya en el siglo pasado.
Pero la poesía se fue autorecluyendo en los anaqueles de algunas librerías, ni siquiera de todas, y por no ser no es ni perseguida cuando a los dictadores les da la paranoia y cierran los teatros o exilian a los pocos novelistas que no están a sueldo del poder o que lo están del lado equivocado. Por cierto, hay que ver la cantidad de moralistas que le han salido ahora a los premios literarios de nuestro país, entendiendo por moralistas quienes no tienen más que una idea y la repiten y la repiten. Por eso la poesía "culta" -a pesar de que la que lo es quiere y tiene que enraizarse en la lírica popular- se relaciona con personas que (sea porque se adelantan al futuro cosa de 40 años, sea porque trata de las flores del melocotonero) son tenidas por insensatas, irresponsables o despegadas de la realidad. Un lujo, vaya.
Como soy una optimista irreductible, a veces hasta se me pasa por la cabeza que eso de que el Twitter empuje al formato de los 140 caracteres puede impulsar a la lírica, pero pronto me desengaño. Todo lo más que se encuentra, en el mejor de los casos es algún buen titular o un slogan o algo pancartero, que siento decir que no es poesía, aunque haya algún fraseo que tenga su gracia y su eficacia o persistencia. 
Se agolpan en el post razones que más abundan en lo que no es poesía que en lo que es, pero yo no soy poeta. Y tal vez por mi optimismo incorregible pienso que los malos tiempos son precisamente óptimos para la lírica, sobre todo para la mejor, y que se hará indispensable.


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(*) Mudam-se os tempos, mudam-se as vontades,
muda-se o ser, muda-se a confiança;
todo o mundo é composto de mudança,
tomando sempre novas qualidades.

Continuamente vemos novidades,
diferentes em tudo da esperança;
do mal ficam as mágoas na lembrança,
e do bem (se algum houve), as saudades.

O tempo cobre o chão de verde manto,
que já coberto foi de neve fria, e, em mim,
converte em choro o doce canto.

E, afora este mudar-se cada dia,
outra mudança faz de mor espanto,
que não se muda já como soía.

Luís de Camões

26.1.12

¿Cómo puede ser feliz una mujer?

How can a woman be expected to be happy with a man who
insists on treating her as if she were a perfectly normal human being?
Oscar Wilde



La primera película de Lilian Gish fue "The birth of a nation" (D.W. Griffith, 1915), que se puede ver en Youtube íntegramente. La última, "The whales of August" (Lindsay Anderson, 1987). Recordábamos días atrás que Lilian Gish (1893-1993), fue una de las pocas actrices del cine mudo que siguió trabajando en el cine sonoro y hablado, cosa que de por sí tiene muchísimo mérito porque al parecer no fue fácil para los actores del cine más primitivo adaptarse o ser considerados por el cine moderno. "Las ballenas de agosto" fue además la última película de Lindsay Anderson y compartió pantalla con Bette Davis (1908-1989), que aunque era más joven estaba más envejecida. Y para contrapunto aparece un Vincent Price (1911-1993) que he querido mostrar hoy en el Álbum porque representa un actitud y unas maneras que no deberíamos olvidar.
Aunque hasta los 46 si se sigue una vida más o menos ordenada, se tiene salud y no se han padecido demasiados accidentes, normalmente las mujeres están de buen ver, hacia los 50 se produce una cierta transformación física que dejaremos en "decadencia" o si lo prefieren, "madurez". Yo que siempre cultivé mi buena memoria, a sabiendas de que así también cultivaba mi imaginación, la he visto degenerar drásticamente. La cara se descuelga. Luego está aquello tan patético de que no soportas situaciones agarrotantes de garrulos sin fronteras y te pones como una hidra venenosa creando situaciones muy embarazosas a los allí presentes si te da en reaccionar como te pide el cuerpo, que es mal. Se duerme peor y te despierta en vez de la Blackberry o un arrumaco, una especie de desazón coyuntural que se hunde angustiosamente en el timo como un puñal revenido. Según una amiga que cada 10 años que cumple hace una gran fiesta, en la última, la gente comió más que bebió (solía ser al revés), cosa que indica que los hígados están entrando en una textura de paté. A esta última no fui, le dije que hacia los 80 volveré a hacer vida pública, porque lo que es ahora no me apetecen las fiestas. Como decía un compañero mío de trabajo, son "ráfagas" (rachas)
Así que nunca admiraré bastante el humor de Lilian Gish o de Bette Davis para seguir en el candelabro, perdón, en el candelero, cuando ya no se tiene la belleza radiante que impregnó la plata fina de las películas primitivas, tan vaporosa, tan fascinante. El bigote de Price fue cambiando de color, en alguna película desaparecía, pero no he visto bigote tan significativo, tan perfilado, con tanta intriga, como el que llevó este actor. O tal vez el que llevaron otros actores no me intrigó tanto. Paul Newman con bigote parecía salido de Chueca. El de Price no era bien bien como el de Tyrone Power haciendo de Zorro o el de Bonet de San Pedro, demasiado negro y tipo mariachi. El de Price era impresionante.
Pero yendo a lo que íbamos, que es nuestra decadencia, pienso en lo terrible que ha sido el cine para los artistas de verdad, cuando los fue consumiendo hasta ver una mayoría aplastante de estrellas jóvenes, con sus cinco piquitos bruñidos como la vara mágica de un hada nueva, con su marqueting y su asimilación a mitos como el de Audrey Hepburn, por ejemplo, mil veces repetida e imitada hasta la náusea. 
La belleza, que ya es de las pocas cosas que me interesan, no creo que abandone a los hombres y mujeres maduras ni ancianas, no siempre. Es otra cosa que ni siquiera voy a nombrar para no romper el encanto del fotograma de hoy.


"Las ballenas de agosto" (Lindsay Anderson, 1987). Vincent Price y Lilian Gish
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25.1.12

Señores, villanos y gusanos

De señores y villanos se alimentan los gusanos
Sabiduría popular



isito con el mayor interés la página web de Danafi, una taller relojero en Barcelona desde 1958, donde restauran esferas de reloj y reparan relojes antiguos. Hace tiempo me regalaron el reloj de mi abuelo paterno, el de mi abuelo materno ya me lo había regalado antes. No pregunté por qué, ya que salta a la vista que me gustan mucho los relojes y aunque había otros nietos por delante mío y que al ser varones podían contar con ventaja, en ambos casos debo creer que la balanza se decantó tal vez injustamente de mi lado a sabiendas de que nadie iba a cuidar de las piezas como yo misma. El de mi abuelo Melé no tiene ninguna particularidad destacable porque es bastante moderno, aunque es muy bonito, de plata, de bolsillo. Funciona. El de mi abuelo José Domínguez tiene la particularidad de que conserva su caja, de cuando estuvo en Nueva York. Hasta que me lo dieron a mí creo que a nadie se le había ocurrido ver qué significaba una pequeña muesca casi imperceptible en la tapa posterior, que lleva sus iniciales. Se puede leer: "From your old gang. 18-7-1932". La pandilla de mi abuelo era vieja y de irlandeses, pero no hará falta que diga que no eran gángsters en el sentido criminalístico de la palabra. Como mi abuelo estuvo en Nueva York más de 25 años se le quedo el estilo aquel de llevar traje, gabardina y borsalino de color humo. En el bolsillo pechero de la chaqueta llevaba siempre galletas para mí, que a mi hermano no le quería dar porque decía que era un interesado. ¡Ya pueden contar! Ni mi hermano fue nunca interesado, y menos con 4 años, y yo con 2 aunque ya tenía el temperamento definido, no daba para mucho. Pero está claro, aunque murió pronto, que tenía preferencia por mí entre toda la legión de descendientes que dejó a su paso por el mundo. 
Llevo años pensando en reparar el reloj y llegué a confiárselo una vez a una amiga que se lo dio a su vez a un amigo relojero, pero no conseguí gran cosa. En Barcelona hay buenos relojeros, algunos de gran prestigio, como Maurer en Rambla de Cataluña, pero después de algún detalle desagradable con Tomás Colomer y mi cuco, por lo peseteros que son (por decir lo mejor que se puede decir), estaba yo a la espera de darle una solución y no precipitada al reloj americano. Pensé que Maurer tal vez aprovecha su buen nombre para delegar sus trabajos en relojeros que son de su confianza pero que propiamente no son el trabajo que estás pagando. Esto es ser mal pensada, pero como esta especie de subcontratación funciona hasta en las clínicas privadas, al abrigo de que el paciente una vez que entró en el quirófano ya no ve ni siente... De manera que, por ir acabando, tengo toda mi confianza depositada en Danafi.
Hace unos años le llevé mi Quijote a un encuadernador que teníamos en mi barrio que encuadernaba de verdad. Con esto pasa lo mismo que con los tapiceros, con todo. Yo no necesitaba ver mi ejemplar en dos volúmenes, de la Editorial Juventud y anotado por Riquer, encuadernado, pero como supe que el encuadernador estaba a punto de jubilarse, quise tener un trabajo suyo. El taller era precioso y tenía papeles de guarda y moldes para dorar lomos de hace muchos años. Sin embargo en todo momento (la conversación fue casi a gritos porque estaba sordo como una tapia) le dije que le dejaba total libertad siempre que no nos saliéramos del presupuesto. Yo le he oído a Juan Adriansens decir en una de sus tertulias que no hace tanto, en el siglo XVIII por ejemplo, era de lo más normal que la gente que podía le confiara la decoración integral de su casa al tapicero, al ebanista, al jardinero, etcétera, sin demasiadas indicaciones, como si ellos ya supieran mejor que nadie qué había que hacer. Como así era.
Hace unos días comentaba aquí como la fortuna de los Clark se había erigido en el imperio de las máquinas de coser Singer: "Hubo un momento en que en casi todas las casas que no eran de pobres de solemnidad había una máquina de coser y duraba toda la vida. Si una máquina de coser se cuidaba mínimamente y se aceitaban sus engranajes de tanto en vez, la tenía uno para toda la vida. Yo conozco personas que cosen con las máquinas que usaron sus abuelas. Así que se diría que como negocio de dinero fácil no es. Estoy pensando en el ordenador que tuve previo al actual, que me duró un año. Un Toshiba estupendísimo. Pues colapso eléctrico. Puede salvar el disco duro y lo demás lo llevé al Punto Verde. Y sin embargo, bromas aparte, la "vaca" de Singer -a pesar de no  contar con la obsolescencia programada que nos es tan odiosa- dio para comprar un montón de renoirs y de cuadros de otros maestros franceses relacionados con la escuela de Barbizon o la impresionista". ¡Cómo contrasta el saber hacer de los oficiales (en el sentido gremial de la palabra, no en el del capitán Tan del "Costa Concordia"), con el dinero fácil que ha ganado gente como los de la cuadrilla de Megaupload!
Curiosamente Kim Dotcom, el megagordo de Megaupload es casi apreciado por el pueblo indignado como un benefactor de la causa cultural y un adalid de la libertad, pero son pocos los que ven o están dispuesto a ver el fortunón que ha hecho casi sin pegar un palo al agua por un tubo de un diámetro mucho más ancho que un CD. Y eso gracias a que la legislación -sobre todo la internacional- nunca se ha adelantado a la realidad. 
Días atrás comenté la estafa de Datatalk con unos servicios Premium fantasmágoricos que cobra, con o sin la connivencia de las compañías de telefonía móvil, porque el dinero lo perciben a través del envío de SMS no deseados que le cuestan al receptor 1,20 €. Pero está también Dada Iberia, S.L., por lo que me cuenta una amiga, a la que le han conseguido desplumar por el mismo procedimiento 240 €, porque hasta que se dio cuenta del sisado al menudeo ya habían pasado meses. Una página web que hasta tiene anuncios en la tele, Meetic,  atenta contra varios principios de la transparencia, como sería la de ser tan obsequiosos para darse de baja como para darse de alta, ni más ni menos. Las dificultades para darse de baja en algunos servicios de pago o gratuitos es algo que está en el orden del día y que no es moco de pavo porque en el caso de los servicios de pago puede suponer un movimiento en la cuenta corriente que no es posible legalmente revocar. Obviamente no tienen servicio de atención al cliente o lo que tienen es de infarto.
Aunque sobre los piratas y corsarios se podría hablar hasta no poder parar y mucho, simplemente me quedo en la idea de lo fácil que puede ser para algunos desaprensivos ganar dinero fácilmente y sin pegar sello.


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23.1.12

Los días libres

a imagen de hoy corresponde a una fotografía de Weegee del año 1940 que representa una muchedumbre de neoyorquinos en su día libre, en Coney Island. Esta playa de Long Island en Brooklyn tuvo su momento álgido antes de la Segunda Guerra Mundial. La famosa foto de Andreas Feininger ("Coney Island, July 4th") que aquí incorporamos hace tiempo es posterior, de 1949, cuando aún la multitud no había abandonado este lugar de recreo. Inspirados en Weegee (Arthur H. Fellig) el año 1992 hicieron una película de cine negro que se tituló "El ojo público" (Howard Franklin). Parece que muchas de las fotografías que aparecen en la película fueron de Weegee y que es verdadero que este fotógrafo se acercaba siempre al lugar del crimen sino antes no mucho después que la propia policía y esto era por sus conexiones o bien porque tenía una radio conectada en su Chevrolet a la de los agentes. En la película también hay una escena que muestra que tenía un pequeño laboratorio de revelado en la parte de atrás del coche, detalle que nos indica por lo menos dos cosas: que se pasaba el día en la calle y que vivía para su trabajo.
Parece increíble que la gente encontrara diversión en tamaña concentración de personas, pero parece que era así y solo nos cabe pensar que no estaba siempre tan lleno. Cruceros como el que comentábamos el otro día, el  "Costa Concordia", que son hordas flotantes que van a la deriva entre puntos turísticos a su vez saturados de visitantes, son otro exponente del mismo tema. Oceana elaboró un informe sobre la contaminación producida por los cruceros estos:
"Se calcula que un buque crucero con capacidad para unos 2.000- 3.000 pasajeros puede llegar a generar cada día cerca de 1.000 toneladas de residuos que se dividen de la siguiente manera:
  • 550.000-800.000 litros de aguas grises 
  • 100.000-115.000 litros de aguas negras 
  • 13.500-26.000 litros de aguas oleosas de sentinas 
  • 7.000-10.500 kilos de basura y residuos sólidos 
  • 60-130 kilos de residuos tóxicos"
Aparte de los aspectos que se tratan a fondo en el informe, solo justificados en que en aguas internacionales hay una manga ancha formidable, podría añadirse que estos barcos son más feos que la madre que me parió. De hecho incluso atentan contra aspectos de la seguridad porque tienen mucha cubierta y poco calado y eso se debe a que el pasaje siempre prefiere tener su camarote en la superficie. El hecho de que los precios de cruceros por las mismas latitudes  puedan oscilar entre 500 y 5000 euros como si tal cosa, a mí me indica un margen donde juega además de la seguridad, los extras, el qué dirán, el derecho a cenar con el capitán Tan y otras minucias de la animación turística. 
Cuando una horda desembarca en Barcelona para ir a la Sagrada Familia y todo aquello, les espera un contingente no pequeño de carteristas que hacen su agosto, su septiembre y hasta su abril. De rebote, ya que están allí, por ejemplo en los accesos al funicular a Monjuïc, le roban hasta a los que no son turistas. Pero todo, aunque sea a la larga, forma parte de la diversión y esa necesidad de aventura que es constitutiva de los seres humanos pero que hemos derivado al turismo. Aparte de por la libertad es difícil distinguir un campo de refugiados de una playa abarrotada.
Ya ni los gitanos son nómadas. Las colonias más señeras de Barcelona, en barrios que lo son, muestran cada vez más gordos orondos y los cementerios están llenos de panteones evangelistas con sus palomas y sus chinoiséries y sus flores de plástico amarillo fluorescente, como si se hubiera trasladado desde sus hermosos carromatos a estos minifundios funerarios todo el arte de un pueblo que nunca tuvo propiedades ni casi nunca ha dejado nada escrito.


Arthur H. Fellig, "Weegee". Crow at Coney Island (1940)
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20.1.12

De miedo (post 788)

"El hombre no nace del todo hasta cuando muere"
Benjamin Franklin 

Una de las posturas más curiosas del yoga, en mi opinión, es la del cadáver (shavasana). Tumbados sobre la espalda, con las piernas separadas, los brazos a lo largo de los costados relajadamente estirados y en simetría, como las piernas, con respecto a la columna. Las manos tienen que tener los dorsos apoyados en el suelo y estar ligeramente recogidas para que los dedos no se toquen. Se dirá que es una postura fácil, que lo es, y es fácil mantenerla. Lo difícil es no dormirse. Shavasana se suele "utilizar" para la relajación y el nidra o sueño consciente, que es una relajación muy profunda. En esta práctica no hay peligro de forzar las rodillas y no hay limitación física muscular ni tendinosa, pero es común que la gente se ponga en un estado de nervios y de tensión insólito o, todo lo contrario, que se duerma. Si uno se duerme es una siesta, que tampoco está mal y es muy reparadora, pero no sirve para nidra. Por lo tanto shavasana no es fácil, aunque si conseguimos la presencia que nos exige el resultado es muy gratificante y duradero. En Hatha Yoga, que es el Yoga más extendido en Occidente, se suele adoptar al final de toda la sesión, cuando hemos preparado el cuerpo y cuando la mente está calmada y se ha liberado de la inercia de la prisa con la que solemos "pararnos" a hacer yoga. Porque suele ocurrir eso, que nos "paramos", cuando sería deseable que tanto los beneficios como la actitud precedieran y persiguieran la sesión. Como se suele llegar a una sesión, sobre todo las dirigidas por profesores, con una cierta aceleración o cansancio, ya digo que shavasana puede resultar hasta incómodo.
En Medicina Forense, se suele observar la posición del cadáver y no tiene por qué ser siempre la del decúbito supino, como cualquiera sabe, especialmente si la muerte ha sido violenta, sin entrar en más detalles. Los tanatoprácticos se encuentran muchas veces que a causa del famoso rigor moris o rigidez cadavérica, hay dificultades para presentar el difunto de acuerdo con los estándares de nuestra tradición funeraria. Hay encamados que es difícil enderezar porque adoptaron por largo tiempo una postura fetal o como de cuatro, de manera que se les amortaja con ropa holgada y listos, ya que la alternativa es desagradabilísima.
Me contó una enfermera que ahora está en Motril que en un hospital cerca de Badalona, donde trabajó hasta su mudanza, asistió en una cirugía bariátrica pero no como instrumentista. Es decir se trataba de reducir el estómago de un obeso descomunal. El paciente se les quedó en la mesa de operaciones, que por cierto había tenido que ser improvisada porque el gordo no cabía en la que tenían más grande, que tampoco es que fuera muy practicable para los cirujanos. Al parecer el caballero era un recomendado del director y éste le tuvo que pedir al equipo que lo trocearan convenientemente para poderle dar una ceremonia normal en un ataúd que no se tuviera que hacer a medida, etcétera.
El trabajo del tanatopráctico suele ser más de brocha fina y tiene muchas veces unos efectos loables. Yo he visto en varios muertos sonrisas beatíficas que inspiraban la seguridad de que estaba como mínimo en las puertas del Cielo. Creo que en inglés a los tanatoprácticos les llaman mortuory cosmetologist o mortuory beautician, apelativos que tampoco están nada mal.
Más allá, con perdón, del respetable arte del embalsamamiento, que nos ha dejado unas momias admirables, pero solo por su estado de conservación, yo diría que supuso una gran oportunidad para los mortuory beauticians la moda decimonónica de las fotografías post mórtem o memento mori. Especialmente las de niños que parecían dormir, conocidos como "angelitos". Se dirá que el fotógrafo ponía mucho de su parte, más cuando se presentaba el cadáver como vivo, como si estuviese tomando el té tranquilamente, porque le pintaban hasta unos ojos abiertos.
Pero, por abandonar este tema por otro más alegre y que no hiera sensibilidades ni susceptibilidades, recordemos que ya el nacer tiene sus diferentes presentaciones: de nalgas, de hombros, de cabeza. Servidora nació rápido, de cabeza, aunque con un ojo abierto como el de un cíclope y el otro sellado como una lapa, la nariz torcida y haciéndome la pipa. De miedo.


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19.1.12

Los invisibles

A mi tía Mª Dolores, coja pero buena ("No hay cojo bueno")
A Hernán J. González, bloguero que lo es, argentino

Durante  mucho tiempo, cuando yo trabajaba -muchas horas, por cierto- en el Hospital de Bellvitge, era raro que viera un niño. Y cuando veía un niño no me sorprendía menos que si hubiera visto un cerdo volando. Y es que en el Hospital donde trabajé cosa de 20-21 años y aprendí tanto no había ni Pediatría ni Obstetricia. Recuerdo que sin embargo llegaron a haber dos pediatras y que incluso una de ellas llegó a explicarme la razón de que estuvieran allí, tal vez por las enfermedades familiares, pero no lo recuerdo. También recuerdo que alguna vez llegó alguna parturienta despistada, pero se encauzaba a toda prisa al Hospital San Juan de Dios, si no me equivoco. Veía poquísimos niños, pero había.
Eso es lo más parecido a lo que siento ahora cuando sé que hay en España más de cinco millones de parados y veo las calles más vacías de los normal pero pienso que están como escondidos. Lógicamente, si paso por alguna de las oficinas de empleo o por algún comedor social, veo una multitud elocuente. O una elocuente multitud. También distingo hombres de origen centroamericano en edad de trabajar jugando al futbolín en los bares, por la mañana. Y no es un mero descanso. Pero la verdad es que pienso que el grueso de los neodesempleados y los que están en situación de pobreza están en gran parte escondidos. Como también están escondidos los mutilados deformes, los deformes en general o los seres que nacieron mal y  que padecen otras calamidades físicas o psíquicas. El hecho de que no veamos hombres, mujeres o niños con hidrocefalia no quiere decir que no haya, y muchos, sino simplemente que salen poquísimo a la calle, el lugar que más me gusta del mundo, creo. Pero, claro, si vamos al Cottolengo, que es como se llama aquí en la Barcelona europea al Cottolengo del Padre Alegre, que se fundó el año 1932 con cien niños que eran más pobres que las arañas, ahí seguro que hay más de un hidrocéfalo. Ahora todas las teratogenias tienen su nombre y están perfectamente diagnosticadas, pero cuando se abrió el Cottolengo no se sabía tanto.
De algo servirá poderle dar un nombre a cada pena y a cada trastorno, pero en principio el mundo sigue en general estigmatizando a los que perdieron la salud o nunca la tuvieron. A veces era por la excusa del contagio, como les pasó a los enfermos de lepra o de sida. Otras era porque a pesar de los desvelos de Hipócrates y hasta de Jesús de Nazaret, se seguía manteniendo en algún círculo que la enfermedad y la pobreza eran atribuibles a una especie de castigo divino o humano. En cualquier caso, sostengo que hay muchísima gente escondida y que por lo tanto los que callejeamos, los merodeadores, nos llevamos a casa una impresión de la realidad bastante incompleta y demasiado dominada por los impulsos comerciales que lanzan los escaparates, por el tráfico rodado, por las luces duras de la tarde, su resplandor macilento.
La fotografía de hoy obtuvo el primer premio "Contemporary Issues" del World Press Photo de 2009 y su autor, Eugene Richards, la tenía incluida en su serie "War is personal" ("La guerra es personal"), sobre la guerra de Irak. El excombatiente que vemos de espalda, al que le falta la mitad o poco menos del cráneo, está en brazos de su madre, pienso. Vendría siendo como la foto conocida como "Tomoko Uemura y su madre en el baño" (Eugene Smith),  que se puede encontrar en Google fácilmente reproducida miles de veces, a no ser que estos días (con el jaleo que hay en internet por el FBI y la ley antipiratería) ni eso se pueda encontrar. Hasta donde llegan mis conocimientos clínicos, se diría que como el excombatiente no tiene hemisferio izquierdo es bien seguro que no puede hablar, que probablemente tampoco puede entender gran cosa y que como le falta un ojo y todo su sistema nervioso, pues tampoco ve. Por la flaccidez de su cuerpo y los brazos, se diría que tampoco puede andar ni moverse. Hasta ahí puedo entender. Y que está recibiendo activamente y no pasivamente un abrazo, también es lo que yo entiendo. Más allá de la escena evidente estaría el célebre tema que ya se encuentra en un cuadro de Picasso de su época más temprana, el de la ciencia encontrada con la caridad. Porque ese daño, esa supervivencia (contra natura o no) son cosa de la ciencia y de la técnica. Por las armas letales y por quienes defienden la vida hasta límites inexplicables o, mejor dicho, inexplicados. Porque explicación la hay para todo.

Me sabe mal recurrir a esta foto para hablar de los invisibles, entre quienes a veces me siento y no porque me hayan puesto una silla, sino por solidaridad, palabra que emparenta con soledad y con solidez y con sueldo y con sal y con todo.  Y es que la desgracia o es víctima del silencio más hipócrita y supersticioso o es carne de sentimentalistas. Casi que prefiero la primera de las perversiones, como la de Pablo Neruda, que fue capaz de escribir 100 poemas de amor pero que abandonó a su hija porque estaba enferma. Cabrón. Canalla. Los sentimentalistas me dan asco, hasta -como dijo muy claro Dostoievski, en Los hermanos Karamazov- se puede ser sentimental y malo. Y suele ser así. Por lo tanto: prefiero a un Pablo Neruda que a esos que tiran veta del hijo mongólico.
Se verá y se condenará, entre otras cosas, de este pobre blog, que siempre o casi siempre apelo a lo que está bien y lo que está mal, como si fuera un juez. Una jueza. Pero mientras no tenga otras nociones pienso seguir moviéndome en esas, en que el mundo nuestro se mueve entre la ignorancia y la necesidad de saber, entre el mal y el camino de perfección. Ojalá no hubiera ni una sola guerra más. Nunca.

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18.1.12

Del Báltico a Giglio

"El Cap Arcona fue un crucero oceánico de lujo alemán perteneciente a la línea Hamburgo–Sudamérica. Fue hundido al final de la Segunda Guerra Mundial, el 3 de mayo de 1945, en la bahía de Lübeck y en su interior perdieron la vida 4.500 de prisioneros de los campo de concentración de Neuengamme y Stutthof. [...] La tragedia, ignorada aún hoy en día por el mundo, fue provocada a propósito por fuerzas de las SS en el ocaso del nazismo, censurada por los ingleses y franceses, y constituye una de las mayores tragedias marítimas de la historia alemana y del mundo, junto al Wilhelm Gustloff, el SS General von Steuben y del MS Goya, ocurridos en el mismo escenario bélico con solo meses de diferencia." (Cap Arcona, Wikipedia)

"El hundimiento del transatlántico alemán Wilhelm Gustloff es considerada la mayor de las tragedias navales de todos los tiempos, a la que siguen el del Cap Arcona y del Goya, los tres ocurridos en el mismo escenario. Fue provocado por un submarino de la armada soviética en el contexto de la Operación Aníbal, durante la Segunda Guerra Mundial. El barco, un antiguo buque de recreo, había sido reconvertido en un buque militar de transporte y se encontraba evacuando en esos momentos a 1.656 militares y 8.956 civiles. El resultado de su hundimiento fue la muerte de 9.343 hombres, mujeres y niños" (Hundimiento del Wilhelm Gustloff, Wikipedia)


n Italia ya se están vendiendo camisetas con la frase "Vada a bordo, cazzo!" (*), que le espetó el oficial Gregorio de Falco a Francesco Schettino, el  capitán del "Costa Concordia" recientamente siniestrado. A la vista de como se desenvolvieron los hechos yo contextualizaría la frase en el intento de De Falco de devolver los acontecimientos a su cauce, sin olvidar aquello de que el capitán debe de ser el último en abandonar el barco y que incluso hay capitanes que no han abandonado su barco ni cuando se hundía. Lo digo porque en mi modesta opinión la intervención de Schettino no podía más que hacer empeorar las cosas. Y se merece aquel dibujo que insertamos en el álbum hace unos días, de un capitán que hundía también el bote de salvamento de manera que quedaba bien claro que no es que se le hundieran los barcos, es que los hundía él.
Estos hombres de los que andamos sobrados, como Schettino, o hasta podríamos añadir a Iñaki Urdangarín, que hasta ha cometido supuestamente delitos fiscales en territorio estadounidense, son una vergüenza para sus familias. Y es que otros hundimientos, como el terribilísimo y por suerte insuperado, del transatlántico "Wilhelm Gustloff", con casi 10.000 personas en su mayor parte mujeres y niños (desgraciados evacuados del frente del este), torpedeado por un submarino soviético en las gélidas aguas de Pomerania en enero de 1945, fueron simplemente atroces. El hundimiento del "Costa Concordia" ha sido más bien una gilipollez y con pocas víctimas. Yo no sé si "gilipollas" tiene equivalente en inglés. Un dweeb parece otra cosa, y su cercanía al nerd típico lo desdibuja. El gilipollas tiene un punto de borde (de impertinencia) pero tiene todos los puntos de insensato y un sentido del humor más que flojo (**). Ver al gilipollas normalmente relajado es lo que le aleja de parecer malo y quedar en simple tonto embobecido, pero suele ser un tonto peligroso y seguramente Dante hubiera puesto a un tipo como Francesco Schettino en el círculo de los gafes, cenizos y cascarrabias, en un rincón del Purgatorio, para que se aclararan entre ellos. Bellísimo el ejemplo de Gregorio de Falco, capitán de la Marina Italiana, que ha demostrado que hasta sin barco y sin agua se puede ser capitán.

(*) "Vaya a bordo, carajo"  ( y no "Vaya a bordo, córcholis", como he leído en algún sitio).
(**) Jaime Rodrigo: "Algunas compañías prefieren a capitanes relaciones públicas que buenos navegantes" (La Vanguardia)

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Clara victoria, victoria clara

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Anda, y que te ondulen
con la 'permanén',
y pa suavizarte
que te den 'col-crém'.
Se lo pués pedir
a Victoria Kent,
que lo que es a mí,
no ha nacido quién.
El Pichi, “Las leandras” (Emilio González del Castillo, José Muñoz Román)

“No podrá ser fundamento de privilegio jurídico el nacimiento, la clase social,
la riqueza, las ideas políticas y las creencias religiosas. Se reconoce en principio 
la igualdad de derechos de los dos sexos
(Art. 23 del Anteproyecto de la Constitución de 1931)
*
No podrán ser fundamento de privilegio jurídico: la 
naturaleza, la filiación, el sexo, la clase social,
la riqueza, las ideas políticas, ni las
creencias religiosas (Texto enmendado
a propuesta de la diputada Clara Campoamor)


Las elecciones de 1933, primeras en las que votaron las mujeres de España, dieron el triunfo a las derechas. Tanto Margarita Nelken Mansberger (PSOE) como Victoria Kent (Partido Radical Socialista), curiosamente, votaron en contra del sufragio femenino (artículo 36 del Anteproyecto de  la Constitución) en 1931. Defendían que, la falta de madurez política y de responsabilidad social de las mujeres españolas, podía poner en peligro la estabilidad de la República, ya que un porcentaje muy elevado del electorado, antes de votar, lo consultaría con su confesor.  El voto femenino se logró por una diferencia de 40 votos. Diputados que pertenecían al mismo Partido Radical (Lerroux) que Clara Campoamor, su defensora, como Plácido Álvarez-Buylla, se opusieron al voto femenino con ese razonamiento.  En la TV-movie “Clara Campoamor, la mujer olvidada” (Laura Mañá, 2010), que se puede ver íntegra en el portal de RTVE, vemos sin embargo como sí obtuvo el voto favorable de Lluís Companys (Esquerra Republicana de Catalunya, ERC) o de José María Gil-Robles (Confederación Española de Derechas Autónomas, CEDA).
Las siglas del PSOE y de ERC siguen en pie en el panorama político pero yo diría que no representan las mismas fuerzas que representaban el año 1931, sobre todo ERC. Al parecer, el año 1933 pudieron votar 6 millones de mujeres, lo que no sé es cual fue la participación. Lo que sí sé o de lo que tengo una ligera idea es que la llamada izquierda estaba desintegradísima, PCE incluido (o añadido), mientras que la CEDA estaba muy organizada. Pero lo que me trae hoy al Álbum del tiempo no es el clásico planteamiento de la desorganización de la izquierda, que ya aburre a las ovejas, sino otros temas como la disciplina de voto y así.
En la zarzuela de “Las leandras” se incluye el chotis con la referencia a Victoria Kent. Hago notar que “Las leandras” se estrenaron en Madrid el otoño de 1931, en aquellos tiempos en que el teatro era como la calle o aún mejor y habían “morcillas” y se palpaba sobre las tablas la realidad y la actualidad. Sin subvenciones. Yo creo que “Kent” se prestaba más a la rima que “Campoamor”. Después se han cargado mucho las tintas contra la decisión de Victoria Kent de no apoyar el voto femenino e incluso se ponen las dotes parlamentarias de Clara Campoamor muy por encima de las de ella, invocando una lid dialéctica en el Congreso donde claramente vencieron los argumentos y la habilidad oratoria de la diputada madrileña. Por lo poquito que he leído de Clara Campoamor les digo que le daría 80.000 vueltas a Carme Chacón, y me quedo corta. Tendré que mirar el diario de sesiones, pero en tanto me recreo en ese juego de palabras que acabo de proponer, “claramente vencer”, clara victoria, victoria clara, para referirme a que a veces, como se dice en China, “hay que sacrificar las flores del melocotonero”.  El maquiavelismo (“el fin justifica los medios”) es lo que explica que Victoria Kent, siendo feminista como era, se opusiera al voto femenino para que no peligrara la permanencia de la izquierda en el poder o la estabilidad de la República. Pero es una idea antigua que a todo hombre público y mujer pública les atormentará en algún momento, a no ser que siempre hayan tenido muy claro que lo único que quieren es estar ahí y permanecer a toda costa.
Recuerdo haber leído en mi temprana juventud un librito de Sir Rabindranath Tagore del cual me disculparán que no recuerde el título. Lo que sí recuerdo es que en él se planteaba como tema recurrente el dilema entre la independencia y la violencia. Ya sabemos que a Mahatma Gandhi le preocupó toda su vida esa cuestión y que sufrió mucho porque no acabó convencido de haber preservado ahimsa (no-violencia), la independencia de la India de la violencia. De Rabindranath Tagore es la letra del anatema indio, el Jana Gana Mana, que acaba “Jaya, Jaya, Jaya” (victoria, victoria, victoria). Yo creo que además de izquierdas o derechas, también hay esos dilemas. En nuestro país hay quien justifica la violencia y hasta el terrorismo y sin embargo vota, cosa que deja mis maltrechas estructuras mentales como un tomate que pasa por el microondas. Servidora prefiere las victorias claras a las claras victorias.


Clara Campoamor (Madrid 1888 - Lausana 1972)
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14.1.12

Mantequilla, moscas, relojes parados


as listas son algo que estuvo ahí toda la vida y que perdurará. Yo no sé si hoy en día a los niños les pasan lista o si les hacen firmar una hoja como nos hacen hacer a los adultos, cuando nos metemos en un cursillo para hacer constar nuestra asistencia. Mas allá de las listas de la compra, las checklists, las de efemérides, las listas de morosos o de pederastas, las de correo, las listas negras siempre me han parecido la máxima expresión del formato.
Alguna vez, escasas, la verdad, me he adherido a alguna campaña a favor de algo (nunca en contra) y aún así lo hago con puntilloso cuidado porque las listas las carga el diablo y pueden dar en malas manos. Existe en Venezuela una lista Tascón de las personas que habían firmado una planilla a favor de un referéndum para revocar a Hugo Chávez. Si la lista la había promovido Luis Tascón o no, para el caso importa tanto como el hecho de que este hombre subió a su página web toda la matraca al objeto de que -como había habido un intento de fraude de la oposición- los que no habían firmado verdaderamente la lista pudieran comprobar que no estuvieran. No es cuestión de quisquillosos ya que en la lista habían firmado hasta difuntos y, lo que es peor, constituye actualmente un registro de personas non gratas que están condenadas al ostracismo y que es inútil que pretendan hacer nada en su país y países aliados que no sea sobrevivir. Sé que el uso de la lista conocida como "lista Tascón" como lista negra negrísima es una realidad porque es información que he contrastado con venezolanos residentes en Barcelona.
Aparte de todo lo que se desprende del asunto, que no es baladí, me da en pensar lo que ya sabemos: que puede cambiarle a uno la vida en un instante y de manera irreversible, sea por un accidente, una enfermedad, un momento tonto o un buen golpe de suerte. Me acuerdo de Maria Schneider, que murió poco después de Luis Tascón. Maria Schneider, después de su interpretación en "El último tango en París" (Bernardo Bertolucci, 1972) ya no hizo nada a derechas. La escena de la mantequilla, a la que fue dirigida por Bertolucci sin ella tener la menor idea previa, la marcó y segó su carrera, cosa que nos resulta inverosímil a la vista de toda la pornografía y las escenas con mantequilla y hasta con mermelada de ciruela que hay por todas partes. Por aquellos años poco más o menos salía Salvador Dalí en la tele hablando de las moscas de Port Lligat (que atrapaba poniéndose miel en la comisura de los labios), o veíamos a un señor que doblaba cucharas con la mente o paraba la mitad de los relojes de toda España. Y teníamos tema para días. Para quien escuche a Dalí en el vídeo de Youtube tal vez le resultará bellísima la imagen que da de las moscas limpísimas de Port Lligat, que merodeaban los olivos y parecían "vestidas por Balenciaga". Ahora, la mantequilla, las moscas zumbonas, los relojes parados, son hasta lo normal. Hay a barrer.

Foto de internet (¿Philippe Halsman?)

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13.1.12

Dos perros

wei Hunde an einem Bein (Knochen) kommen selten überein (sich erbittert um eine Sache streiten) creo que quiere decir poco más o menos que "dos perros por el mismo hueso difícilmente se ponen de acuerdo". Conozco el proverbio flamenco a través del cuadro de El Bosco sobre los pecados capitales, la célebre "Mesa" (1485), y en concreto el segmento de la Envidia. La Mesa de El Bosco la tenemos en el Museo del Prado, mientras que "Los proverbios flamencos" (1559) de Brueghel el Viejo están en Berlín. Hay por ahí una reproducción que nos guía  en los más de 80 refranes representados. Como el cuadro originalmente se tituló "La locura humana" hay que temer que más que una mera recopilación paremiológica es un estudio de la estupidez. Otro. No sé si este proverbio, o mejor modismo, pertenece al grupo de los que aún perviven o al de los que cayeron en desuso. El hecho de que no haya una versión en otras lenguas, hasta donde yo sé, como sí la hay de otros, me permite suponer más lo segundo, que cayó en desuso. Naturalmente lo bonito del cuadro de Brueghel es que consiguiera que la composición le quedara ligada a pesar del baturrillo (*). A ver si aprenden los del Photoshop y el piernashop.
Todo esto de la envidia a mi me jeringa bastante, sobre todo cuando por lo general suelo ir a lo mío, que no es poco, y me parece una vileza siquiera detenerse en verles los defectos a los demás. La envidia en las artes plásticas, como la pintura, la vemos representada alegóricamente o como les dije. Y que yo sepa en la música excelen los celos de Salieri por Mozart, pero no hay lo que se dice un ejemplo de algún músico que ponga a caer de un burro a otro o que simplemente ridiculice una pieza o la distorsione. Si me es permitida la digresión, ¿cómo representaría Brueghel o El Bosco lo de poner a caer de un burro? Difícil lo veo.
Mi ignorancia es tan enorme que voy perdiendo pie a cada paso y lo único que acierto a decir es que tal vez es en las Bellas Letras donde más se ha reflejado la estupidez humana de la inquina entre iguales o colegas o lo que sea. Leí en mi Kindle hoy el prólogo a una versión gratis de un libro electrónico de Doña Perfecta, de Galdós. Pues en él un caballero inglés que adivino engoladísimo y con acento de Cambridge afirma que la literatura española solo ha destacado en la novela y el drama. Les prometo por la salud de mi canario que dice eso. No me hagan buscarlo, que no tengo ganas y no acabaríamos nunca. ¿Será posible que el mequetrefe se atreva a ignorar -en los dos sentidos de la palabra ignorar- a Gonzalo de Berceo, a Garcilaso, a San Juan de la Cruz, a...? Callo. 
Pues ese desdén tiene sus manifestaciones incluso entre plumíferos hipogonádicos (**) que hoy viven como pueden que se atreven a hablar mal de quienes ya no viven, como Lope de Vega o Camilo José Cela o Francisco Umbral, de quienes se podrá decir muchas cosas adversas, pero... ¿literariamente?, ¿literariamente se puede desacreditar la valía de tres puntales de nuestra cultura escrita? O aún si así fuera, ¿a qué lleva? ¿Es que no tienen otro material literario que no sea el desprecio a quienes les han precedido y que seguramente no podrán seguir más que arrastrándose y con dificultades serias? Porque resulta que los 7 autores que he mencionado mira por donde se caracterizaron entre otras cosas por ser prolíficos, mientras que los que suelen desdeñarlos acostumbran a ser lo que se dice cagapoquitos. Sus textos son resecos, son rematadísimos como la filigrana del papel moneda de curso legal, pero son solipsistas, sin vida y hasta cínicos. El cagapoquito suele regurgitar agrios comentarios sobre lo que no alcanza ni en su mejor día de inspiración.
Si hay algún proverbio (otro) chino socorrido hasta la náusea ese es el de que habla el que no sabe y el que sabe no habla. Este proverbio yo lo he recordado en muchas ocasiones cuando leo la literatura que yo para mis adentros y no aquí llamaría "verdadera". Hay mucha gente que tendría mucho de que hablar pero no quiere o no puede o no ha sido llamado por las musas o por la necesidad ineludible de metabolizarlo todo en el lenguaje, y calla con templanza, con esa templanza con la que Cesária Évora traspasaba los jipíos de Caetano Veloso cuando hicieron un duetto imposible, o con la prudente ponderación con la que una señora de la limpieza repasa los cercos del güisqui de los nuevorricos reunionólogos, ajena a sus trepicheos. Y hay gente que se pone a escribir y no tiene nada pero que nada que explicar a no ser alguna cosilla entre espumarajos de reflujo esofágico que a nadie aprovechan. No todo el mundo sirve para reunir dos personajes, uno hastiado del sexo sin amor y otro aburrido del amor sin sexo, por ejemplo, y hacerlo verosímil, único, más vivo que si lo viéramos. Y el que sirve para escribir, que no se engría, que total eso es como salir con los ojos marrones o verdes. Así que a otro perro con ese hueso.

(*) Por estas latitudes decimos "batiburrillo", pero la voz redirige en el DRAE a la que uso por elección deliberada. Me pesa porque parece que nos estemos refiriendo a los vecinos aragoneses, los llamados baturros, y es un lío, pero queda dicho.
(**) Saben quienes me leen que nunca nunca me meto con los trastornos de salud de nadie, pero en este caso, en el de mi referencia al hipogonadismo o insuficiencia testicular, me he visto hasta empujada a no quedarme corta porque una vez uno de esos personajes a los que me acabo de referir me hizo un alarde verbal del tamaño prodigioso y la reactividad de sus glándulas y eso es algo que me hizo hasta reír porque me acordé de que Camilo José Cela dijo una vez que él no tenía testículos sino testes. Además, este individuo en cuestión suele recurrir al esperpento de disminuídos psíquicos o de gente que tiene otras dolencias, cuestión que es digna de ser meditada y me autoriza para denigrarlo con toda la razón del mundo.



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12.1.12

Cara y/o cruz

erdaderamente mi madre me ha dado muy pocos problemas siempre, todo lo contrario. Pero no tengo manera de hacerle entender que si se encuentra algo que lo deje estar. Una es muy picajosa con los lapicitos de memoria o pens ¿no? pues resulta que ya se ha encontrado varios y tengo que insertar con toda la repugnancia del mundo esos artefactos inmundos en mi ordenador para ver de investigar de quien pueden ser. No se creerán la soltura que tengo ya en ir derechita a los documentos que me permitirán identificar al dueño y eso no solo porque, como digo, mi madre se ha encontrado ya varios lapicitos sino porque me produce el mayor respeto fisgar en lo que no me pertenece, sea un cajón, sea un bolso, sea una cartera (que también se las ha encontrado), sea lo que sea. He tenido jefes que me han confiado la clave de acceso de sus correos electrónicos y hasta de sus cuentas corrientes particulares y nunca nunca he mirado nada ni que fuera por curiosidad o por interés. El pudor es infinitamente mayor y más violento que toda la curiosidad que podría tener y que ni siquiera se me presenta ante tales casos.

Hoy mi madre se ha encontrado una cámara fotográfica que aún no he visto. Me ha dicho por teléfono que estaba dentro de una bolsa y que es Canon. Le pregunté: "¿Es grande o pequeña". Para mi horror me contestó: "Muy grande". El caso es que ahora debe estar como un manojo de nervios y eso que no tiene idea de lo que puede costar un equipo así. El año 1965 fue homenajeada por la semiextinta RENFE por haber devuelto 500 pesetas que le habían dado de más en la compra de un quilométrico. Se dio cuenta al llegar a casa y volvió a la Estación de Francia, creo, a devolverlas. 500 pesetas en el año 1965 daban para mucho, con lo cual no es de extrañar que RENFE le enviara una carta de reconocimiento en premio a su honradez y hasta la sacó en una revista que tenemos por casa y que aún conservamos. Hacia mediados de los 70 eso es lo que costaba un par de zapatos de los buenos, que lo sé porque siempre nos llevó a todos (mi madre digo) muy bien calzados. 
La verdad es que con los años C.S.M. le guarda -¿como lo diríamos?- un cierto... ¿resentimiento? a casi toda la Administración del Estado, la municipal, la autonómica, la europea, la mundial. A todas en una palabra. Y por un desengaño que tuvo con la tarjeta rosa se obstina en no reciclar, cosa que siempre había hecho hasta por demás y con un celo maníaco. Hacía un poco como los alemanes, que cogen la bolsita del té y echan la celulosa por un lado, la grapa por otro y el resto en desechos orgánicos, cosa que hace plantearse seriamente si vale la pena tomarse un té. De vez en cuando se ha llevado algún azucarillo de más de alguna cafetería y, como prácticamente todos los viejos, tiene algo de síndrome de Diógenes. Todo esto para decir que no hay manera que deje atrás una cosa que se ha encontrado y que además se encuentra muchas cosas. Algunas de ellas son claramente los restos de un hurto y a mí me pone nerviosísima.
A bote pronto la primera consideración que me merece el problema, que lo es, es que con un poco de mala suerte la cámara funcionará. En tal caso tendré que mirar si hay alguna foto, cosa que me causa la mayor angustia y un desasosiego anclado en ese rubor del que les hablé. Además me he acordado de que una amiga mía se encontró una vez un pen con unas fotografías que lo mejor que podremos decir de ellas es que eran de la intimidad y de ahí nunca debieron haber salido. Encontramos en Google ayuda para encontrar el número de serie de una Canon. Al lado de esta información no se achica un post de Microsiervos que habla de la existencia de un localizador de fotografías hechas con cámaras robadas, basado en los datos EXIF (Stolen Camera Finder), que espero que sirva para disuadirla de quedarse con la cámara, aunque no la hayamos robado. ¿Y que me dicen si ha servido para herir a alguien, como objeto contundente? ¿Y si es una prueba pericial?
Sigo: en Google también encuentro otro post titulado "Qué hacer si encuentras una cámara y eres buena gente" que remite a su vez a Ifoundyourcamera.net, que es un lugar donde la gente publica fotos descargadas de cámaras perdidas para que las busquen sus dueños. Según el post de Jesús Rodríguez, que es de febrero de 2011, por aquel entonces se habían encontrado 400. No tengo tiempo de ver de donde extrajo el dato y si hay información actualizada sobre los hallazgos, pero me permite apoyarme en la suposición de que hay cámaras que se pierden por despiste o descuido.
Dirán que hago un problema de cualquier cosa, y puede ser, pero ¿qué hago? ¿lo echo a cara o cruz? Como compensación al dilema de hoy ilustro el post con una de esas fotografías que es mejor no publicar. Es de un panteón de un cementerio de Barcelona, con difuntos gitanos probablemente evangelistas.

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