18.8.08

Julia



Transcripción aproximada de las palabras de Julia (3 de agosto de 2008) en dialecto de Finisterre, La Coruña

-Na televisión e no periódico. Seica hasta saímos no periódico, que nos colleron para, para, facer propaganda da xente que iba comere. Vai e díxen eu "ai!, na miña vida vin estes peixes, Dios mío!". Estaba Chola. Dixo: "Estes parece que son pirañas, daquelas que tragan, corren que saltan e collen os paxaros polas ramas e todo". Tamaños dentes arregañados, que hasta tiñan así os dentes de punta. Debían de telos no conxelador, porque havia tanta xente! Todos eran lechuga. Nos platos […] Empezóme a venirme así un tufo, un olor tan malo que díxen eu, déixame probare haber si…, como sabe. Vou probare. Tan pronto puxen a primeira mincalla na boca, alá vou. Xa me foi, xa xa me foi, xa me resbalou tan resbaladizo debía ser con aquel limón.

-Parece un tobogán.

-…con aquel limón do linqueirón que estaban todos que non havia dios que os comera. Ras, alá vai, alí me vai. Eu…, atragantada, atragantada. Carallo. Levantéime, non soupera ninguén nada. Non lle díxen nin a neialma que m’atragantara. Dixen eu que non podía falar. Xa saquei a dentadura e xa a deixei tirada alí. Díxen eu “Carallo, caenme os dentes no wáter e doulle a cisterna, carallo, que xa non vexo”, atragantada. Atragantada que estaba. Vou parecer un can sin dentes. Puxen a dentadura alí encima no lavabo. Chegaron unhas putonas da aldea, sentín “ja, ja, ja” e eu morria de atragantada. ”Caramba” dixo a miña irmán, “á miña Julia algo lle pasou”. E as putonas da aldea “Ja ja ja, ai Carallo que alguén viño a vomitar e deixou a dentadura aquí tirada no medio do aquel”. De milagro non ma colleran e non ma tiraron ó caldeiro da basura. Carallo. E vai nesto, ai, nesto, entra a miña irmán Charo e dixo ela “Ai dios santo”. Que non me saía.

-Pero, cona que che pintou, e por qué non foras a Urxéncias?.

-Atrevesóuseme. E a mín non me viña, non me viña, non me viña. E logo entra Manolo, o meu Nolo. Xa me deron algún viño. “¿E logo que che pese?” Eu non podía falar. A salvación foi que sin decir nada a elas eu un collín una botella de agua pequeña que era de Chola e un anaco de pan que si facías una bola e tirabas contra as baldosas e quedaba coma un chicle pegado ... Tomei o viño e a botella de auga. Aiiirgg!. Quedei nova.

-¿Pero qué pescado era?

-Eran unhas, chamabanlle dorada. Eran unhas, eran unhas. Cheiraban que apetrinaban. Dixen eu “vaites!”. Si non m’aguanta a miña Charo pola miña dentadura xa ma tiraran aquelas cabronas. O dia dos enamorados. Dixen eu ali iba eu sin dentadura. Ai, Dios mios querido.

(Esp. "En la televisión y en el periódico. Hasta salimos en el periódico, que nos cogieron para, para, hacer propaganda de la gente que iba a comer. Fui y dije yo: “Ay, en mi vida vi pescados como estos, Dios mío!”. Estaba Chola. Dijo: “Parecen pirañas, de aquellas que tragan, corren que saltan y cojen los pájaros por las ramas y todo. Tamaños dientes mordientes, que hasta los tenían en punta. Los debían tener en el congelador, porque había tanta gente… Todo era lechuga. En los platos […] Me empezó a venir como un tufo, un olor tan malo, que me dije, déjame probar haber si…, como sabe. Voy a probar. Tan pronto como puse el primer bocado en la boca, ¡allá voy!. Se me fue, ya ya se me fue, se me resbaló tan restabalizo debía ser aquel limón.

-Parece un tobogán.

-…con aquel limón de la navaja, que estaban todas que no había dios que las comiese.¡Ras! Allá voy, allá me fue. Yo…, atragantada, atragantada. Carajo. Me levanté. Nadie supo nada. No le dije a ni un alma que me había atragantado. Dije yo que no podía hablar. Me saqué la dentadura y la dejé tirada allí. Me dije: “Carajo, me caen los dientes en el wáter y le doy a la cisterna, carajo, que ya no veo”, atraganda. Atragantada que estaba. Voy a parecer un perro sin dientes. Puse la dentadura allí encima en el lavabo. Llegaron unas putarracas de la aldea, “ja, ja, ja” y yo me moría de atragantada. “Caramba” dijo mi hermana, “algo le debe de pasar a Julia”. Y las putarracas de la aldea “ja, ja, ja, ay, que alguien vino a vomitar y dejó la dentadura tirada en el medio del aquel”. De milagro no me cogieron y no me la tiraron en el cubo de la basura. Carajo. Y en esto, ay, en esto, entró mi hermana Charo y dijo “Dios santo”. Que no me salía.

-Pero, por el coño que te pintó, ¿y por qué no fuiste a Urgencias?

-Se me atravesó. Y no me volvía, no me volvía, no me volvía. Y luego entra Manolo, mi Nolo. Me dieron entonces algo de vino. “¿Y que te pasa?”. Yo no podía hablar. La salvación fue que sin decir nada a ellas cogí una botella de agua pequeña que era de Chola y un pedazo de pan que si hacías una bola y la tirabas contra las baldosas se quedaba como chicle pegado […] Tomé vino y la botella de agua. ¡Aiiirggg! Quedé como nueva.

-¿Pero qué pescado era?

Eran unas, les llaman doradas. Apestaban que te dejaban sin aliento. Dije yo “¡Vaya!”. Si no me vigila mi hermana Charo por la dentadura me la tiraban aquellas cabronas. El día de los enamorados. Dije “allí voy yo sin mi dentadura”. ¡Ay Dios mío querido!".)


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