28.2.10

Perdedores y buscadores

a caja de pastillas de regaliz, aumentada en la foto, seguro que significa bien poco para la mayoría de la gente. Yo, que no sé si soy una perdedora pero de lo que sí estoy segura es de soy una buscadora, la encontré el mes pasado en un establecimiento de chucherías y golosinas. He probado sino todas casi todas las marcas de regaliz que estuvieron a mi alcance, lo mismo que las galletas. Como Saila no he probado nunca nada que se le parezca. Lo de extravergine es rigurosamente cierto. Claro está que a quien no le guste la regaliz y en general no le gusten los sabores fuertes, las pastillas Saila no le gustarán. Tampoco está de más recordar que no hay que abusar de la regaliz porque puede provocar pseudohiperaldosteronismo y además está contraindicada en los hipertensos. Nosotros los hipotensos siempre llevamos regaliz a mano a falta de una petaca de güisqui, y la verdad es que son mano de santo. El polen también va muy bien los jamacucos equinocciales de la presión arterial baja pero ese tema ya será tratado en el momento oportuno.



Se dirá que tratar estos días de este tema tan marginal es poco menos que una impertinencia y una inmoralidad o amoralidad. Pero a la vista de que una de las pocas cosas que consiguieron movilizar a este país últimamente, además del fútbol, ha sido por ejemplo la edad de jubilación, ¿a qué andarse con remilgos? Ando preocupadísima porque a pesar de que estoy dosificando mi consusmo de cilindritos Saila a uno en días alternos, veo que se me está acabando mi "contingente" y no veo cómo voy a poder reponerlo. Todo lo más que he conseguido, además de patear media Barcelona como alma en pena, y darme cuenta de lo poco diversificada que está la oferta (tema que también será tratado en el momento oportuno), es descubrir en internet tres grupos de fans en Facebook y gente desesperada por encontrar Saila en ciudades como Nueva York. También he descubierto que Leaf compró la empresa propietaria de Saila enl año 2006, y que Leaf ha potenciado más las pastillas de menta Saila que los tradicionales cilindritos a los que todo el rato me voy refiriendo. Excuso decir que he escrito a Licorice International y que una tal Elizabeth me correspondió en pocas horas para decirme que no me podía ayudar. Sí distribuyen o tienen en nómina los productos de Amarelli, una liquirizia que se encuentra por doquier en Italia y que está omnipresente en los tabaccai. Las latitas de Amarelli no están mal. Bien cuidadas. Muy primorosas y como modernistas, pero servidora prefiere el art déco (aún no me he recuperado de la visión del edificio Chrystler en N.Y.) y aquel momento de entregeuerra en que la buena tipografía se divorció definitivamente de lo que ahora conocemos como "diseño gráfico" y que es la rotulación de toda la vida. Principios verdaderamente gloriosos fueron los del diseño gráfico. Si una tuviera días de 48 horas estudiaría un instrumento musical y tipografía. Por un decir. La lata de la foto no sé si está en el tipo Futura Script o si está emparentada con la Bauhaus o el futurismo, o si es una reprodución de la lata original o qué, pero me vuelve tarumba. Oh. Y en el interior hay un papel que se desdobla delicadamente como antes los de las cajas de bombones o de las corbatas de los altos ejecutivos.  ¿Hará falta decir que si alguien me consigue alguna cajita de Saila, aunque no sea de latón, aunque no sea conmemorativa, le pagaré los portes y que se la pagaré mejor que bien?

Me acuerdo de la película que comentamos días atras, "A serious man" o "Un tipo serio"". Los hermanos Coen. Magnífica. De momento lo mejor de este año. Cuando el hijo del protagonista le llama por teléfono al trabajo en un momento difícil y hasta delicado para decirle que no puede sintonizar su programa de TV favorito, "F troop". Como en el bloque de pisos en el que vivo hubo una crisis verdaderamente insalvable entre los vecinos, el año 2007, a causa de que se había cambiado la antena por no sé qué zarandajas de la TDT y se dejó de ver Telecinco durante un fin de semana, me creo cualquier cosa. Yo era entonces la presidenta de la escalera y me acuerdo perfectamente porque me llamaron al celular con mi padre de cuerpo presente, cuando nos quedamos solos, a eso de las nueve de la noche del sábado que nos dejó y dio el alma a quien se la dio. Por eso, a pesar de todo lo que está cayendo, no miraré ni un solo programa de Telecinco en toda la vida, y enterarme de la logística de Leaf entra dentro de mis prioridades. Lo prometo por Snoopy.

P.D.: He encontrado cajitas de Saila en algunos establecimientos de Schleker y también en una pequeña tienda de prensa que hay al principio de la callé Amigó o Santaló, en Barcelona. La distribuidora me aseguró que también las venden en algunas gasolineras de Repsol.

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