27.2.10

Tan dulce como su boca

Tres días hai que non como
se non unha laranxiña
para te-la bouca dulce
para che falar meniña
Trad. gallega ("Canto de Monzo", Berrogüetto)

Las orejas de Augusto
ué más se puede añadir a la fotografía del camafeo de Augusto, si no es el sello que incluyo después? Poco o casi nada. El artista anónimo hizo un trabajo que apenas tiene que ver con las cabezas de perro tomadas en gran angular, o con el cartel de las elecciones de Obama. Por decir algo. Ni con el brain storming de las campañas mediáticas. Principalmente porque el camafeo es el trabajo fruto de una tradición de un oficio, aunque se trate de una labor personal y se añade algún factor de estilo, que es lo que al parecer distingue la técnica del arte. El diseño gráfico también está por la labor de convencernos de las propiedades de lo que nos muestra (publicidad), pero cualquiera que pase por aquí estará de acuerdo conmigo (si quiere) en que el camafeo de Augusto a la que se reprodujera perdería mucho de su valor y de su gracia. Que conste que estoy al caso de la disputa por los derechos de autor del afiche de Barak Obama, puesto que la imagen de Shepard Fairey en realidad procede de una fotografía que tomó Jim Young o Mannie Garcia (así, sin acento en la i). Un rollo macabeo, lo de la propiedad intelectual y todo eso. Porque el camafeo de sardónice (así, con e) sí que es un maravilla y una delicia para los sentidos. Aunque sea así, aquí, "reproducido" de otra manera.

Camafeo de Augusto con la Gorgona, año 14 (12,8 x 9,3 cm). British Museum.

Se suele menospreciar la escultura romana y se suele recalcar en todo caso que los escultores de la época republicana eran todos griegos. Y sin embargo el retrato romano me parece una aportación importantísima. No superior a la tortilla de patata española pero tampoco inferior a la perspectiva o a las caligrafías china o árabe. Los 7000 guerreros y caballos de terracota del mausuleo del emperador Qin tienen rasgos individuales, pero no sé si están inspirados en modelos reales. Los guerreros de Qin (del año 210 a. J.C.) estaban policromados, pero al ser descubiertos y al contacto con el oxígeno pierden la pigmentación. También era polícroma la escultura de Augusto thoracatus, como general victorioso inspirado en el Doríforo de Policleto, más conocido como el Augusto de Prima Porta. El hecho de que Augusto siempre aparezca con las orejas un poco prominentes, como Obama, incluso en la estatua como Augusto thoracatus, en pleno revival helenista y por lo tanto la estilización y menor realismo (yes, we can), me hace creer que "efectivamente" (como está de moda decir ahora) tenía unas buenas orejas.

Ya que sacamos a relucir el par de orejas de Augusto, no estará de más que incluya lo sugerentes que siempre me resultaron las Guerras Cántabras (29-19 a. J.C.), a las cuales se dice que tuvo que venir el emperador Augusto en persona para ver de acabar la romanización de Hispania. Teniendo en cuenta que Cádiz, la ciudad más antigua de Europa, era civitas faederata desde el siglo III a. J.C. y la matanza del monte Medulio fue en el 22 a. de J.C., los pueblos galaicos, astures y cántabros no podían ser más que un estorbo, un incordio de insurrectos irredentos y lo que fueron, unos suicidas redomados.

Para ir recapitulando y centrando el tema: las orejas de Augusto o las de Barak Obama también de alguna manera thoracatus no son un tema menor. ¿Qué diría la escultora Louise Bourgeois sobre las orejas del emperador y por qué fueron reducidas en el camafeo? Pensemos en la famosa fota de la escultora admirando una oreja esculpida, fotografía que le hizo Inge Morath (1991). O en la escultua que hizo la misma Louise Bourgeois de una oreja derecha (2002). Algo sabría de orejas.

El peinado de Julia Domna

Sello de berilo de Julia Domna. Año 205-210 (2,4 cm). The Metropolitan Museum of Art

Los retratos romanos siempre eran de hombres y además de la clase patricia, aunque se conservan algunos retratos en efigie de mujeres patricias. Retratos excepcionales. Hay muchos de Julia Domna (Iulia pia felix Augusta mater nostri et castrorum et senatus et patriae), con su particular peinado:
"En el 193, año en que Septimio Severo es proclamado emperador por las tropas de Panonia, Julia Domna obtiene asimismo el título de augusta, llegando incluso a acuñarse monedas con su efigie. [...] Entre el 202 y el 205, el papel ocupado por la emperatriz motivará las envidias del prefecto del pretorio, Cayo Fulvio Plautiano, consejero muy influyente en el emperador, y que le convenció de que Julia había sido adúltera, con el consiguiente proceso y la retirada de ella de la vida pública. Este alejamiento de la corte le permite dedicarse intensamente al estudio de la filosofía y la religión, formándose alrededor suyo un círculo de figuras intelectuales importantes, entre los cuales se encontraban el filósofo Filóstrato y el médico Galeno." (Wikipedia)

La verdad es que aparte de que el peinado es muy patricio y preciosista, yo sospecho que las orejas no las tendría la emperatriz Julia Domna nada agraciadas.

Damnatio memoriae
En la Wikipedia también, por cierto, encontramos una lista de emperadores condenados, sujetos a la damnatio memoriae. Cuando el Senado decretaba la damnatio memoriae, se procedía a eliminar todo cuanto recordara al condenado: imágenes, monumentos, inscripciones, e incluso se llegaba a la prohibición de usar su nombre". Una cosa (los retratos, los triunfos, los honores) llevó a la otra (la deshonra pública). En este sentido es muy interesante un artículo en "El País" de su press ombudswoman o defensora del lector, Milagros Pérez Oliva, o que lo era al menos cuando publicó "Condenados a permanecer en la Red" en marzo. Y es que yo me pasé una vez (hace unos 2 años y medio) mucho tiempo buscando el rastro de un ex-conseller de la Generalitat de Catalunya que estuvo años en su puesto y que luego desapareció sin dejar ni una sola señal en la red. Antoni Comas. Creo que fue cesado e incluso se le llegó a imputar un delito de apropiación indebida. Así es que cuando se quiere bien que se puede limpiar la red de toda traza poco honorable.

¿Se acuerdan de "To viemma tou Odyssea"/"La mirada de Ulises" (Theodoros Angelopoulos, 1995)? ¿Harvey Keitel buscando la mirada inocente? ¿Se acuerdan entonces de la enorme estatua de Lenin destrozada deslizándose en una barcaza por el Danubio? ¿Se acuerdan al menos de la magnífica música de Eleni Karaindrou? Claro está que esa estatua, no la de la película, sino la mayoría de las estatuas de Lenin, tenían escaso valor escultórico.

Me acuerdo cuando nació mi sobrino. Teníamos su retrato sobre todos los televisores. Como si fuera un dictador. Y de alguna manera lo fue, pero por poco tiempo. Apenas 3 años.

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