2.1.11

Estatuas vivientes y coleantes

"Insanity: doing the same thing over and over again and expecting different results" (A. Einstein)
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o soy yo muy amiga de las frases célebres ni de la paremiología en general, aunque a veces hay logros fulgurantes, sobre todo si no se pretende ir muy lejos. Por lo general, cuanto más rimbombante es una frase, menor es su vigencia. O no, ni siquiera eso funciona. Ocurre un poco como con la también célebre frase de "Los niños no se tocan la nariz", que lo que indica precisamente es que los niños otra cosa no harán, pero tocarse la nariz es algo que invariablemente lo hacen, lo hicieron y lo harán todos. La cita de Einstein es válida, especialmente en el método científico, donde cada vez es más cierto que se persiguen determinados resultados y que sean reproducibles.  A toda costa, cosa que no deja de ser un error metodológico, pienso. Al lado de la sentencia del físico también es cierto aquel aforismo ripioso que dice "La persistencia es la madre de la excelencia".  Y, como ocurre con los refranes, aunque observemos una cierta tendencia a ensalzar el esfuerzo y la virtud, hay afirmaciones para todos los gustos y rebuscando también se encuentran máximas a favor de la pereza.  Para el mío, mi gusto digo, tengo una cierta debilidad por las máximas de José Lezama Lima. Por ejemplo, "La caca del huérfano hiede más", que está en Paradiso, es una de mis preferidas. Pero Oscar Wilde, los poetas muertos y los clásicos latinos vivos también alternan en mis querencias.

Colgué esta mañana una presentación con fotografías que tomé este verano pasado de la escultura de Josep Llimona de Sant Jordi Nu ("San Jorge desnudo"), en el Parque de Montjuïc en Barcelona. Este Sant Jordi (1924), el gato de Botero y la Font de la Granota de Josep Campeny son tal vez mis esculturas preferidas de Barcelona. La Font de la Granota o "fuente de la rana", de 1912, fue golpeada el año 2009 por la grúa de quienes hacían un anuncio publicitario y quedó malparada pero después fue restaurada y la última vez que la pude ver estaba bien. 

Gato de Botero
Desconozco si la estatua de Sant Jordi siempre tuvo el actual emplazamiento, pero sí que sé que el enorme gatazo de Botero ha pasado por tres lugares hasta que fue colocado creo que el año 2003 en la Rambla del Raval. Lo compró el Ayuntamiento el año 1987 a su autor, Fernando Botero. Su primer emplazamiento fue el Parque de la Ciudadela, el segundo fue el Estadio Olímpico, después lo dejaron en las Atarazanas o Drassanes (en la Plaza Blanquerna) y luego ha ido a parar un poco más arriba, en el Raval. Está que se sale.
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No creo que el monumento que el Ayuntamiento quiere levantarle al movimiento gay sea ni la mitad de la mitad de bonito que el gigantesco gato gordo de Botero.  Y "aquí se encarcó mi canto como dijera Violeta", como dijo Víctor Jara, porque estoy informada de que el Gobierno ha adornado el acerbo acervo de leyes con otra disposición sobre el cuidado que hay que tener para no discriminar a los ciudadanos con sobrepeso y a los homosexuales. No he leído la ley aún, así que no sé qué consecuencias ni alcance tiene, pero en general desconfío del intervencionismo político en la vida civil. El monumento gay que se levantó en Berlín, de M. Elmgreen e I. Dragnet (¿2008?) es horroroso y feísta. A mí no me gusta. Cualquier chorrada que salga de un huevo Kinder tiene más valor artístico y testimonial que esa cosa. El que se pretende colocar en Barcelona es al parecer un enorme triángulo rosa. La polémica se ha desviado en la prensa hacia su emplazamiento, que se ha descartado que sea ante la Sagrada Familia porque podía tomarse como una "provocación" [sic], pero en realidad la ciudadanía normal y corriente ve desacertado dedicar diez millones de euros a un monumento de dudosa utilidad ante el déficit colosal que tenemos en las cuentas municipales y ya no digamos en la autonómicas.
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En el candor y el ardor de las protestas en los diarios con participación, muchos proponían que el alcalde Jordi Hereu, que cada vez se parece más al Peter Ustinov que quemó Roma en el papel de Nerón insano, se metiera su monumento en su casa. No creo que eso arreglara el problema, a no ser que recondujeramos la petición y solicitáramos que lo pusieran junto a las fuentes Wallace desaparecidas, para encontrarlas. Y por favor, que no nos pongan más reproducciones, hombre, queremos las doce fuentes verdaderas. Hereu no aprende. Después del plebiscito por la renovación de la Diagonal él sigue a lo suyo, ajeno a lo que pasa. Over and over.


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