16.6.11

Ya

"Los propios indignados admiten que están divididos entre los que se consideran no violentos y los violentos. Algunos de los manifestantes han tratado de impedir a los medios de comunicación que se grabaran los altercados por ser perpetradas, a su juicio, por personas que no representan todo el movimiento. Más tarde, un grupo de personas ha comenzado a formar una cadena humana alrededor de la Ciutadella para evitar que haya nuevos disturbios" (La Vanguardia, 15 de junio de 2011)

Para mí está bien claro que habrá violentos y no violentos, pero el mero hecho de impedir los no-violentos a los medios de comunicación que  grabaran es violencia y es antidemocrático y torticero. Además de que el movimiento plantea explícitamente incluso el desprecio a las urnas, ("no nos representan"), cosa que ocurre especialmente cuando los resultados se tuercen hacia la derecha y  que ya es suficientemente grave per se, vive de la publicidad. Vive sea a través de las redes sociales, sea a través de la tv y los media convencionales, y la publicidad es una condición que está  asumida en los sistemas parlamentarios pero con unas garantías de participación, representación, transparencia, estabilidad y contraste.



Tienda estándar para la indignación. Se planta en dos minutos.


Ya he dicho en los comentarios que he ido dejando por ahí que el movimiento originado el 15M aglutina diversas tendencias y grupos e individuos, por lo tanto es quimérico pretender en caliente analizar su formación o su orientación. La adhesión irreflexiva y hasta reflexiva de una parte de la blogosfera, incluso de ultramar, que reproducen las consignas y los llamamientos, me inspira una cierta perplejidad aunque no extrañeza, matiz que no vale la pena ajustar más. Como no sea para indicar lo fácil que es, como se suele decir popularmente "apuntarse a un bombardeo".  Tan fácil como borrarse. Y tan fácil, se dirá, como adoptar mi actitud, de verlas venir. Lo que ocurre es que yo no he zarandeado a un diputado ciego, no he ocupado la calle porque no es mía (es de todos) y no hago ni digo nada constitutivo de delito, como impedir la actividad parlamentaria, la actividad comercial o la jornada de reflexión electoral.
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Si además de que no se aclaran y aglutinan fuerzas diversas (*) a merced de la circulación de llamamientos asamblearios, si algunas de ellas son de origen ignoto, no hay con quien hablar ni de qué. Imposible llegar a un acuerdo, imposible llegar a un compromiso. Como ayer se introdujo el factor de no dejar trabajar a los periodistas, esto ya (otro valor para el adverbio) no habrá quien lo aclare. El domingo cuando me pasé por allí camino a otro sitio hasta vi a un ex-jefe mío. Lo digo porque he tenido infinidad. Y de él me gustaría decir al menos aquello de "solo le faltaba robar y matar" pero ni siquiera eso puedo decir. Un tipo siniestro que se había criado en  la extrema izquierda. Listo. Aunque la mayoría de los personajes que yo he conocido que empiezan en la extrema izquierda  acaban en la extrema derecha, el caso de este hombre se diría que es singular. Lo que más recuerdo de mi trato con él, que fue bueno, es la facultad que tenía para hacer que no te veía en determinadas ocasiones. Lo hacía tan bien que incluso yo había llegado a dudar si no sería yo perfectamente invisible o si en realidad lo había llegado a conocer nunca. Es imposible olvidar como desvió una financiación extraordinaria de siete millones de pesetas de su destino a otro. Pero lo que estoy segura que no olvidaré nunca es de aquella vez que descubrí mi firma en un documento que yo no había firmado. Le pregunté y debo decir, no sé si en su favor, que al menos no mostró cinismo, sino que simplemente me concedió una explicación amoral y pragmática.  Como mucho maquiavélica.
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Así que en general y para ahorrarles más explicaciones, yo diría que lo más significativo de la Plataforma aglutinadora de indignados es que en el caso de que supiéramos de donde viene no sabríamos qué quiere ni adonde va. Y en el caso de que distinguiéramos algún instigador oculto, eso sería lo más definido que encontraríamos. Y que se busca la desestabilización o la perturbación sin más.

Quisiera hacer una mención especial a Montserrat Tura y a Josep M. Llop. Josep M. Llop es el diputado de CIU invidente, que fue zarandeado junto con su perro lazarillo. Al saber que habían marcado con una cruz de pintura la gabardina de la ex-consellera de Interior, me acordé de  los nazis. También me acordé de su actitud cuando hace unos años en el desarrollo de su cargo se le exigió que empleara la fuerza en unas fiestas desmadradas de Gracia. Los antisistema, perroflautas, okupas y cojomantecas en general habían organizado una fiesta paralela a la del barrio, que se celebra cada año por la Asunción y que cada año más incluye en su programa de festejos el desorden público. Recuerdo las declaraciones de la socialista diciendo que las fuerzas de seguridad estaban para otras cuestiones y que no quería emplear la fuerza. Considero a esta diputada una señora competente, consecuente y decente, y por lo tanto no creo que se alteren sus principios por el ataque. Lo que pretendo señalar es la brutalidad del caso y que nunca ha habido represión, que yo sepa. Que todo el mundo nos podemos expresar. Que los violentos callejeros se hayan ganado un aura libertaria en vez de evidenciar el autoritarismo que colean, es como para alquilar sillas.

Mi "ya" no se reviste del populismo o el apremio de la Plataforma 15M, incluso el de las personas más bienintencionadas, sino que es una onomatopeya de cansancio, de rendición y de desconfianza.

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"Comunicado ante los hechos acaecidos durante el día de hoy en Barcelona (15/06/2011)
Ante lo ocurrido esta mañana en Barcelona, Democracia real YA quiere dejar claro que:
1- El acto no estaba convocado por Democracia real YA, sino por acampadabcn y Aturem el Parlament.
2- Rechazamos los actos producidos por una minoría, que no representan el espíritu con el que se había convocado el bloqueo del Parlament. Desde Democracia real YA sostenemos que el camino para lograr nuestros objetivos pasa por actuaciones pacíficas, y en todo caso, desobediencia civil.
Queremos también solidarizarnos con todos los heridos hoy a manos de los Mossos y denunciamos el tratamiento de los medios de comunicación ante los hechos acontecidos, dando más énfasis a hechos aislados y no al porqué de la protesta: recortes y más recortes." (En la página de "Inicio", sin página propia estable y contrastable por lo tanto, de Plataforma Democracia Real Ya)

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