17.8.11

El dos de bastos

yer di un vistazo rápido a blogs en los que en algún momento había participado, cosa que ya digo desde ahora que no tiene que ver con la foto elegida para hoy y la mirada que una quimera tiende sobre París, apostada bajo una torre en la fachada oeste de Nôtre-Dame. Curiosamente siempre que decimos "le Penseur" solemos pensar en la famosa estatua de Auguste Rodin y menos en la quimera, que a mí peronalmente me gusta mucho más y me hace fantasear con encuadres en la que aparece junto a Quasimodo, otro monstruo. Si acaso rescato esta imagen para referirme a dos tendencias blóguicas,  que no existen más que en la pura teoría, la de quienes hacen un despliegue de la cerebralidad y la de quienes están en el plano de las emociones. Todo esto, como digo, es teórico y por lo tanto para mí es inservible, porque también hay blogs del estómago, testiculares y hasta de sobaquina. Pero siguiendo el esquema clásico admitiremos que hay personas que estamos más a merced de los sentimientos (como el jorobado de Nôtre-Dame) mientras que otras son más razonables. Y, aunque continuamente voy entorpeciendo el hilo del discurso, aquí habrá que añadir que hay entre los razonables quien en realidad lo que le pasa es que solo tiene un sentir, mientras que hay entre los emotivos quien tiene demasiadas razones para organizarlas ni estratégicamente ni jerarquicamente ni nada. Por razones temperamentales los únicos blogs que no me gustan ni me gustaron nunca son los del insulto bilioso, el círculo vicioso  de bromitas internas y el autobombo bien o mal temperado.
Siempre he visto en mis padres muy bien hipostasiado, hasta la caricatura, lo de la persona de tipo cerebral y la de tipo emocional. Servidora siempre se ha parecido a su padre, de manera que mis errores tienden a ser siempre del orden de los sentimientos y los impulsos. Cuando mi cabeza consigue ponerse en funcionamiento es raro que me equivoque. Del equilibrio entre estas dos fuerzas habla con gran elocuencia en la cartomancia popular el dos de bastos, arcano menor que representa el dominio sobre el pensamiento y sobre las emociones. "Dominio" digo porque "control" me parece algo restrictivo, asfixiante.
Quimera "Le penseur" de Nôtre-Dame, foto de Florian Siebeck

Esto de la cabeza opuesta al corazón, aunque bien pudiéramos desplazar la atención al cuello, como puente donde se produce una especie de comunicación entre las dos vísceras, es como lo de la derecha y la izquierda y tantas otras cosas ¡Pero qué bonito, París!

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