10.10.11

Brangulí que te vi

ace nada tuvimos aquí un recuerdo para Català-Roca a cuento de una exposición nada antológica en "La Pedrera" y ya les recuerdo con el título del post, La mirada decisiva, que yo cuestionaba lo del "instante decisivo" y juzgaba su mirada como demasiado selectiva o, por así decirlo, sesgada. Obviamente no por ello dejamos de encomiar el valor técnico fotográfico de Francesc Català-Roca. Pocos días después otra exposición de fotos, de Josep Brangulí i Soler, aunque no sé si en algún momento las dos llegaron a coincidir y solaparse, me sugiere verdaderamente hacer lo que más me gusta, recomendarles encarecidamente que no se la pierdan. Sobre todo porque ha sido prorrogada del 23 de octubre hasta el 6 de noviembre.
La reproducción que hoy incluyo es a bien seguro una fotografía tomada directamente de la misma exposición en Madrid, que si no me equivoco fue auspiciada por la Fundación Telefónica. Se ha editado un catálogo espléndido, pero como no está el patio para rascarse el bolsillo, puesto que el volumen (aunque es grueso y está perfectamente editado) no baja de 50 neuros, nos conformaremos con esta muestra. Ya les digo que la exposición en el CCCB (Centre de Cultura Contemporània de Barcelona) no baja de 400 fotografías o, si me apuran, de 350. Hay muchas y todas ellas proceden del Arxiu Nacional de Catalunya. La colección Brangulí consta de "más de medio millón de imágenes, placas de cristal y carteles" según la Wikipedia. Y no es de extrañar, porque Josep Brangulí i Soler (L'Hospitalet de Llobregat, 1879-1945) fue periodista gráfico y medio millón de disparos aún me parecen pocos, a ser que contemos la escasez de recursos en varios períodos de su vida. Precisamente ni la impresión está tan cuidada como en Català-Roca, ni encontramos tanta plata como en el otro fotógrafo catalán, pero si les digo que es más de verdad me quedo corta. Es emocionante.
Bien es cierto que suelo quedar más larga que corta, pero en esta ocasión me quedo, como les digo, corta. Cortísima (*). Por ejemplo, la fotografía del Bar Canaletas, me rescató del olvido este bar del que quedan trazas en mi memoria sea porque el letrero, la disposición de la entrada o ambas cosas persistían en el bar que yo pude ver alguna vez en mi niñez. Ahora si no recuerdo mal hay como una especie de recreación con toques de charcutería y es uno de esos sitios que tenemos ahora en las Ramblas que están llenos de turistas. Me parece una imagen tan emocionante, tan sugerente y tan viva, como si por alguna cosa de los neutrinos o vayan ustedes a saber qué, hubiera podido hacer servidora un viaje en el tiempo y hasta verme capaz de salvar esos peldaños y traspasar ese umbral y ver esos camareros tan serviciales y en su papel. 
Como Brangulí vivió la Semana Trágica (1909) vemos fotografías de las barricadas, así como muestras de los numerosos incendios que hubo de conventos, iglesias y escuelas religiosas. Anteayer hablaba del marqués de Comillas, suegro de Eusebi Güell, y de su damnatio memoriae. Pues la Avenida que recibió su nombre, subiendo a Montjuïc, se llama hoy de Francesc Ferrer i Guàrdia, que fue uno de los 5 presuntos instigadores de la revuelta de 1909 y que fue ejecutado siendo Antonio Maura presidente de la República, medida que fue tan antipopular que al final tuvo que renunciar incluso a su acta de diputado. Antonio Maura es el abuelo del recientemente fallecido Jorge Semprún, o Jorge Semprún su nieto. Carmen Maura es bisnieta de un hermano (de Antonio Maura). Ferrer i Guàrdia al parecer era masón de la logia "Verdad", nombre que a mí me da un cierto repelús, pero ya se sabe que bien podía ser una moda y así es como hay que recibir la palabreja. Por lo demás en el álbum no atendemos mucho al parentesco puesto que, ya ven, la corresponsal vaticana Paloma Gómez Borrero ("la novia del Papa") es descendiente de Juan Álvarez de Mendizábal. Sí, Mendizábal, aquel economista que quiso desposeer a la Iglesia y a las órdenes religiosas de sus propiedades improductivas para cederlas al pueblo por la famosa desamortización de Mendizábal pero que -por cuestiones que otro día trataremos- fueron a parar contrariamente a lo deseado a las oligarquías terratenientes. Sería de mal pensados aventurar que ese fue el móvil.

Copia de una fotografía de Josep Brangulí (c. 1920-1925) (Sabor de Familia)
Esta mañana estuve mirando la hemeroteca del ABC mientras escuchaba música clásica en la radio. Lo digo no por pedantería o cursilería o todo a la vez, sino para que ustedes sepan que me cuido mucho de sobresaltos y ya no quiero oír la radio de buena mañana. En realidad buscaba todo el ejemplar que salió a la luz el mismo día que nació mi madre, el 20 de mayo de 1934. Es imposible tener un sobresalto leyendo un periódico tan primoroso y decoroso. Leo en la página 28: "Por la señora viuda de Hevia, y para su hijo D. José, ha sido pedida a los señores de Caunedo la mano de su bellísima hija Angelines. La boda se celebrará a principios del próximo otoño" ¿Lo ven? Pues así todo. De paso que me perdía en la navegación de 1934 he buscado la portada digitalizada del ABC del 9 de octubre de 1930, en donde sé que había un foto preciosa de Brangulí y allí estaba. La prolífica obra de Brangulí para mí demuestra aquello de que a veces lo bueno es abundante y lo breve raquítico. Harta de cagapoquitos.

Carnet de Joaquim Brangulí, hijo de Josep Brangulí, también fotoperiodista

(*) Como a media exposición me dio lumbalgia y en la entrada me habían comentado la posibilidad de verla en dos días con el mismo tique, depuse mi entusiasmo inicial, pero volveré y prometo rectificar el pie de foto para concretar la fecha.

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