14.9.12

Post 876: Mis puntadas sin hilo

l año 2009 después de Cristo se me ocurrió dejar el siguiente comentario en una entrada sobre Educación de un blog muy concurrido:
"Zapatera a mis zapatos, simplemente me atrevo a leer atentamente lo que podría haber sido hipotéticamente el planteamiento del señor Eloi.
Y doy gracias, una vez más, por no tener que decidir en la vida de nadie o en el destino de la sociedad.
Lo que me gustaba de la educación llamada autoritaria, etc. es que aparentemente al menos no se fomentaba el individualismo. Pero insisto en que no sé nada."
Este comentario fue de los últimos con los que he participado en la blogosfera, donde ahora dejo en muy contadas bitácoras alguna exigua reflexión adelgazada al máximo y a veces incluso a destiempo, con tal de evitarme sobresaltos como el que te obtuve aquella vez cuando deshice mis pasos, volví al blog del llamado Joselu y me encontré entre otras cosas con lo siguiente:


El blog, entre algunas de sus carencias (las propias de un copióptero inveterado) cuenta con la falta de moderación, no ya la de los participantes, sino incluso la del dueño. Pero está claro que tal vez yo estaba y estoy en el error de que un blog es como un salón como el que tenía Madame Pompadour, en el que si se producía un roce pronto era tamizado por el savoir faire de la cortesana para devolver las visitas al orden, la cortesía, el humor y la mutua inteligencia. A los 10 días de que el señor Eloi me diera su particular lección sobre el "respeto de todas las opiniones" me dirigí por correo-e a Joselu para manifestarle mi incomodidad ante el trato de su amigo, a lo que adujo prontamente que era joven, que era maestro y que tenía una niña o un niño de tres años si mal no recuerdo. Por mucho que a ustedes les extrañe es muy común encontrarse que la gente tiene a bien dar por garantizado que una persona que tiene hijos demuestra con ello su probidad y que incluso las que no tenemos hijos estamos en una situación no solo irregular sino bajo las más terribles sospechas de irresponsabilidad, de ser aberraciones sociales y de sumar otras tachas sobre nuestra dudosa naturaleza.
Entonces me disgusté bastante y tuve una especie de episodio de arritmia o soplo que me decidió a proseguir mi vida como casi siempre la he intentado dirigir, más hacia la tranquilidad que hacia la felicidad, más hacia proa que hacia babor o estribor. Visto que mi víscera cardíaca no resiste según que sobresaltos me he abstenido, como digo, de participar en fórums donde cada día abunda más la incorrección no solo gramatical sino también de lo más elemental para la convivencia, el respeto y la no violencia. Pensar que hay individuos tan arrauxats como Eloi BLQ y  tan líquidos como Joselu en la enseñanza me consterna y al lado de las dificultades para criar niños (fiambreras, etc.) estoy más que convencida de que si acaso tendré directamente nietos, nunca hijos. 
No les extrañe tampoco que cada día aprecie más la enseñanza que yo he recibido. Si bien es cierto que mi colegio no tenía una línea ideológica (o que las tenía todas, si quieren), también lo es que la mejor maestra que tuve ya les dije hace cuatro o cinco posts que nunca nos inculcó nada, que solo nos daba lecciones pero de lo que tocaba y que con solo su presencia ya nos imbuía del sentido de la firmeza y de la templanza, de una sobriedad en los actos. La elegancia de la sencillez. Mis padres no pudieron recibir otra enseñanza que la primaria y si mi padre recibió un poco de la secundaria fue gracias al mecenazgo de unos indianos que se empeñaron en ilustrar a los niños pobres de su pueblo de origen. Y sin embargo nunca, como se suele decir, me "comieron el coco". Me rectificaron, sí, me castigaron, pero nunca me  adoctrinaron. Con 3 días ya fui bautizada (no en vano nací en la Clínica de Lourdes) el día de Santiago, que es el único día que yo celebro. Con 8 fui ofrecida a la Virgen. Pero toda la fe y todos los misterios que me fueron trasmitidos lo fueron en el colegio con motivo del catecismo previo a la Primera Comunión. Un día por Navidad vi a mi madre llorar, yo tendría 7 años. Me dijo que lloraba porque pensaba en el frío que habría pasado Nuestro Señor en Belén. Eso es todo.
Así que el adoctrinamiento y esa manía de inculcar a los niños ideas, incluso las categóricamente buenas, me produce un cierto malestar y desazón, de los que por razones obvias me libraré mucho de convencerles. Es mi sentir. De manera que, tal y como le decía ayer al amigo Cerillo entre bambalinas, ahí detrás del blog, me espanta que a la multitudinaria manifestación de la Diada hubiera habido una presencia tan numerosa de adolescentes y de niños. También los sacan para pronunciarse contra al aborto, como quien "éstos viven", pero los primeros me recuerdan directamente a las maneras de los regímenes totalitarios. La multitud que se reunió anteayer, entre 600.000 y 1.500.000 personas, niño arriba niño abajo, no es de extrañar en una comunidad autónoma que fletó para la Feria de Frankfurt creo que de 2007 más de 600 (!) escritores, cosa que reta toda veleidad numérica estadística sobre la creatividad y la intelectualidad de una nación sin estado que demográficamente es tan anómala como España misma o incluso más. Por lo demás, como le decía también a Cerillo, las turbas salvaron a Barrabás. Casi siempre asumo que pertenezco a la inmensa minoría con la que Juan Ramón Jiménez designaba a quienes nunca ganamos ni por error ni por horror, pero en este caso podríamos acordarnos del chiste de los chinos que haciendo uso de una de las 36 estrategias chinas de Sun Tzu le dijeron al enemigo: "Nos rendimos (¡a ver qué haréis con tantos prisioneros!)".
Más allá de la viabilidad del anhelo independentista (que ya dije que pienso que a todo esto es respetabilísimo) reparemos en otro factor, el de una actitud irresponsable y ambigua que parece responder airadamente contra la falta de libertad, como si no tuviéramos urnas ni Parlamento ni nada. Servidora pudo ir el año 1976 a la primera manifestación de Sant Boi de Llobregat, bajo el lema de "Llibertat, Amnistia, Estatut d'Autonomia". Posiblemente como espectáculo no era tan impresionante y preternatural como la cifra de la Feria de Frankfurt o un gol del Barça o la manifestación de anteayer, pero a mí me resultó más cabal y digna de admiración.
Sun Tzu

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P.S.: En "La Vanguardia", cuya línea ideológica oficial siempre ha sido la de ponerse al lado de los que están en el poder, la ambigüedad, admite que fueron 600.000 las personas que acudieron a la marcha.

Más lectura: Demasiadas-banderas (Gregorio Morán) en "La Vanguardia" (08/09/2012)