13.1.13

Antes y después (3)


en la manía por clasificarlo todo podemos encontrar siempre material, de manera que se constata aquello de que cuando uno está en un error puede que todo le de la razón. El antes y después es un tema muy socorrido, no ya solo en espacios como "Sesamo Street" sino en los laboratorios, en las consultas de cirugía plástica o discapacidad capilar y en las revistas de decoración. 
Pero el antes y el después del que voy a hablar hoy es aquel que se produce cuando todo adquiere sentido al contar con un dato o un detalle del que previamente habíamos prescindido o que no habíamos tenido en cuenta. Sin más merodeos les cuento por ejemplo que cuando me compré mi primera cámara digital fui a probarla por las Ramblas. Solo cuando llegué a casa y visioné las instantáneas me di cuenta de que las imágenes estaban llenas de señoras trabajando en aquel oficio que dicen que es el más viejo del mundo. Aún teníamos de concejala a Itziar González, pero precisamente el tema de la prostitución se había salido de madre y empezaba a ser un problema. Aparte de que había menores, se trabajaba a todas horas, en la vía pública y con una proliferación que ya se veía que no respondía a la demanda. Por lo menos a la demanda mercadotécnica. Ahora hay que meterse más adentro en el Raval para encontrar a las chicas, pero el espacio de siempre se mantiene ahora más o menos en su cauce y los hombres no se ven acosados. 
La cuestión es que no fue hasta que vi las fotos cuando reparé en que en todas ellas había una puta. Mejor dicho, en todas menos en las que hice de los puestos de flores, plantas, bulbos y semillas. Y este efecto me va persiguiendo de vez en cuando a la hora de ver con tranquilidad en casa lo que acuciada por el momento capté horas antes. 
En la fotografía de hoy me sorprendió ver un grupo de gente a la puerta del Consell de Districte de Nou Barris. No me cuadraba con nada de lo que yo podía suponer. Hasta que llegué a casa y vi en la fotografía inmediatamente anterior un grupo menor de personas que iban vestidos como para una boda, y es cosa sobre la que no tengo ninguna duda.




De manera que a posteriori pude llegar a la conclusión de que se trataba de una boda civil que se iba a celebrar en nuestra dependencia consistorial. Y de hecho aquí se podría acabar el asunto de no ser que añadamos que este edificio es uno de los pabellones de lo que fue un psiquiátrico que prácticamente funcionó hasta los años 70. Vemos en la Wikipedia que tenía capacidad para 600 pacientes y es algo de lo que tampoco tengo ninguna duda. Habrá que decir que en el siglo XIX se podía encerrar en un psiquiátrico a todo tipo de enfermos:
Dentro del parque, en lo que abarcó su primera fase, se encuentra parte del antiguo Manicomio de la Santa Cruz (inaugurado en el año 1889, diseñado por el arquitecto Josep Oriol Bernadet siguiendo las directrices del doctor Emili Pi i Molist y con capacidad para 600 pacientes) hoy convertido en un recinto que alberga la Biblioteca Popular de Nou Barris, el Consejo Municipal del Distrito de Nou Barris, el Archivo Municipal del Distrito de Nou Barris y una comisaría de la Guardia Urbana. Al lado se encuentra un edificio finalizado en el año 1995 llamado Fòrum Nord de la Tecnologia que está en parte rodeado por un lago, y ocupado por diferentes empresas tecnológicas, un aparcamiento subterráneo, un bar-restaurante, aulas de Barcelona Activa y el Cibernarium.
Pienso que por un largo período de tiempo las personas enfermas que no iban a parar a la prisión, podían acabar en el Manicomio de la Santa Cruz o en una institución que aún existe y que está regida por las Servidores de Jesús del Cottolengo del Pare Alegre. 
De la misma manera que Narcís Serra descapitalizó el Ejército y mandó a la reserva a casi todos sus mejores oficiales (lo que en la Wikipedia se traduce eufemísticamente como democratización y modernización de las Fuerzas Armadas), Ernest Lluch desmanteló toda la red de instituciones mentales y de hecho quedan muy pocas y su excepcionalidad y complejidad me impide entrar en detalles. Ya sabemos que a Ernest Lluch lo mató ETA. Narcís Serra casi sin solución de continuidad después de ese antes pasó a presidir la Caixa de Cataluña, y al parecer también la democratizó y modernizó porque es uno de los lastres por el que tenemos que responder los contribuyentes.
Cuando aún funcionaba el Manicomio de la Santa Cruz había por el paseo Pi i Molist, que lleva el nombre del médico que lo proyectó, algún enfermo. Recuerdo uno que se sentaba cerca de una caserón del siglo XVII que tiene en su fachada un reloj de sol con el lema "El cel es ma regla". Cerca, en Sant Andreu del Palomar, hay los dos que tiene Can Verdaguer, una casa que ya estaba asentada el siglo XVI. Pero, yendo a lo que íbamos, este loco se sentaba horas sobre un amasijo de mantas y cartones y allí se fumaba unos liados de papel de estraza y ramas de árboles que echaban un humo espeso espesísimo.
Después pude visitar alguna institución mental como la de Santa Coloma de Gramenet o la del Paseo Universal y he podido comprobar que hay muchos enfermos que fuman mucho más de lo que nadie puede imaginarse. Como si en ello les fuera la vida. Y es que de hecho la alquimia del humo nos conecta con algo intenso de lo que no podemos llegar a apropiarnos, supongo. En Santa Coloma conocí una enferma que llevaba allí desde los 17 años y tenía 45. Esquizofrénica. Ahora creo que a los esquizofrénicos les tratan con fármacos, pero a esa buena mujer no le debió de pillar la moderna Psiquiatría, por lo menos entonces, porque entonces era Antes y ahora es Después. Aunque Después también es Antes pronto, a la que pasa un poco de tiempo. Un pitillo, menos aún.

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