12.6.13

Filfas y escogorcios

"Aprés dormir deu hom denegar son cors de les superfluïtatz en él multiplicades, no tan solament are avelan ho urinan, mas encare en altres maneres, axí con tussén, escupén, mocan, lo cap pentinan, la cara e les mans ab aygua tèbea tota via lavan.
[Del ajustament carnal, què val o nou al cors.] E carnal ajustamén, qui a profit de natura és hordonat, se deu fer aprés dormir, con lo cors és atemprat. Aquels, emperò, los quals an les junctures frèvols, e aquels que an morenes decorrens ho sordes, se deuen guardar diligentment que, mentre agen fam de menjar, ne encara aprés mengar, encontinent no agen cura d'ajustament carnal, e mayorment si natura per si matexa no o requeria, cor tots temps deu hom esperar que natura ho requeria"
Arnau de Vilanova, Regiment de Sanitat, cap. VI
eo que la Luna se aleja cada año 3,8 cm de la Tierra y que eso tendrá sus consecuencias en la duración de los días, en las mareas, etc. Me ha recordado un día que vi un profesor de secundaria de ciencias muy alterado porque ante él alguien había hablado de la influencia del satélite sobre la vida en la tierra. Me abstuve de intervenir, a pesar de que no tengo ninguna duda sobre el efecto que ejercen las mareas en la pesca, y de las fases lunares en las cosechas y demás. De hecho hasta había leído por aquel entonces algo sobre los Stradivarius, cuya madera se cortaba durante la fase lunar oportuna al objeto de que tuviera las condiciones ideales para la perfecta afinación de los violines. Y por mi parte había observado el comportamiento del polvo durante el cuarto creciente, cuando no se forma polvo alguno pero también es imposible retirarlo con eficacia. Esto requeriría una explicación tan prolija y tan poco asistida por razones de peso u otras consideraciones de relevancia científica, que prefiero dejarlo estar. De hecho llevo a mis espaldas los años suficientes para haber visto que este tipo de observaciones acaban por ser descubiertas en los laboratorios, como lo de los perros que huelen el cáncer o la pasteurización, técnica de conservación que se empleaba desde tiempo inmemorial incluso en mi propia familia. Por no decir nada de los ejercicios del periné que se atribuyó Arnold Kegel (1948), para reforzar el suelo pélvico de las mujeres añosas, que no son otra cosa que el mulabhanda, una llave yóguica que al menos hasta hace bien poco las mujeres de la India trasmitían a sus hijas para prevenir el prolapso uterino, la falta de tonicidad vaginal, las hemorroides ("morenes" diría Vilanova), etcétera. 
Que haya saberes que gocen de más prestigio que otros es algo no solo transversal, de un oficio a otro, de una profesión a otra, sino incluso dentro de un mismo sector. Por ejemplo, en general, los pianistas miran a los guitarristas no diré que como a hijos de un dios menor, pero algo parecido. Se considera que la guitarra es un instrumento de escaso repertorio, sin cuajo, para las tabernas y los centros parroquiales, útil solo para expresar sentimientos bastante elementales y poco elaborados.  Hasta la acústica de la guitarra se presta a poco más que la intimidad. 
De ahí suponemos que cada cual haga por establecer una jerga propia, que ayuda a aislarse y a crear un mundo aparte, más o menos como ocurre con los Amish, que conservan el alemán (un alemán además arcaizante) en medio de un entorno donde es poco probable que prospere no ya un idioma sin televisión sino incluso un idioma que solo pretende perpetuarse y ayudar a la cohesión de un grupo humano peculiar. Por esas cuestiones u otras parecidas, es por lo que me imagino que el lenguaje de las publicaciones de Enfermería y el de las publicaciones de Medicina transita en mundos paralelos, aunque aparentemente traten en muchos casos sobre el mismo tema o coinciden en alguna de sus facetas, que resulta al cabo irreconocible a no ser para quien como yo tiene que estar al caso de todo y no saber nada de nada.
La apropiación del lenguaje llega a que incluso, por poner un ejemplo, está prohibido al menos en Cataluña que los colectivos que ofrecen el aprendizaje o la práctica del chi kung, el tai chi, el yoga y otras técnicas de la tradición oriental, usen la palabra "salud" en sus estatutos, en su difusión y en sus clases. Todo lo más se les permite que emplean la palabra "bienestar", y eso a pesar de que ya hace muchos años que la Organización Mundial de la Salud admitió como indudables los efectos beneficiosos de tales ejercicios por lo menos en determinadas afecciones. Podemos admitir también nosotros que la Generalitat arbitre sobre qué es lo qué es salud y lo que no, y sobre qué profesionales se consideran fiables u homologados. Lo que ya me cuesta más entender son cosas como -pondré otro ejemplo- que un grupito de enfermeros elabore un protocolo para incorporar el tai chi en la rehabilitación de bla bla bla sin tener ni la más repajolera idea de qué es el tai chi ni el chi ni nada.
Hace unos años, cuando el método Pilates se convirtió en marca registrada o algo parecido (es que pereza me da comprobarlo, lo prometo) las hordas del yoga se plantearon hacer algo parecido, ya que en realidad Pilates se ha apropiado de muchos asanas yóguicos, se los ha hecho suyos, los ha comercializado o mercantilizado y encima -a la vista de lo que yo conozco- los ejercicios han perdido en gran parte sus virtudes y efectos beneficiosos, cuestión que puedo defender con conocimiento de causa y extensamente. Pero dentro de los principios del yoga, de forma parecida a como ocurre con el tai chi y el chi kung, se establece que es una tradición, que se trasmite tradicionalmente y que nadie puede apropiárselo. Que se haya permitido que el método Pilates se haya apropiado y haga un mal uso de un saber milenario se debe al hecho de que la gente del yoga es pacífica, desinteresada y demás. Por lo menos hasta ahora. La actitud normal es seguir preservando la tradición y lo otro ya sucumbirá bajo su propio peso. Y en ese punto andamos.
A veces el conocimiento se confunde con su formalización hasta tal punto que en muchos casos más allá de la formalización nos cuesta encontrar substancia, meollo y fundamento. En los últimos años, gracias a las tecnologías en gran parte, se ha podido transcribir el flamenco, su cante, su guitarra, se ha puesto al alcance de todo el mundo ( y cuando digo "todo el mundo" lo mismo digo Barcelona que Corea). Así que la preservación del saber es un bien, pero tampoco nos pasemos.
El texto de hoy pertenece al Regimen Sanitatis de 1308, de Arnau de Vilanova, uno de los médicos más importantes entre el siglo XIII y XIV, por no decir el más importante, no ya en la Corona de Aragón sino en Europa entera. Para quien no conozca otros textos de la época, que tantos no había, tal vez le llamará la atención no ya la familiaridad con los fluidos humanos, sino que se reparara en materias que la moderna Medicina considera objeto de la Higiene. De afirmaciones como que es mejor tener el "trato carnal" habiendo dormido porque el corazón está templado, estaba el mundo lleno. Y cuando nos reímos de un texto así es porque nos podemos reír prácticamente de todo cuanto se escribe y es tan perecedero.

"On the trail" (Winslow Homer, 1892)

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