11.8.14

Biblia y calefón

¡Qué falta de respeto, qué atropello
a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stavisky va Don Bosco
y "La Mignón",
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón...
Enrique Santos Discépolo, "Cambalache".



Parece increíble que hayan ojos que repararan en el "Laura Pausini" de Isabel Pantoja, durante una actuación en la que lleva un vestido azul muy bonito hasta los pies. Y bien podría ser que lo que mostrara en uno de los giros en todo caso fuera la pieza de refuerzo que llevan las medias mismamente donde se juntan las piernas. Hay un vídeo de RTVE y me es imposible determinar si el "Laura Pausini" está en el minuto 2:48 o en el 2:49, porque es muy rápido. Porque todo es muy rápido es por lo que pienso que no hay por parte de la tonadillera intencionalidad, mientras que es la lentitud lo que delata la intencionalidad del Laura Pausini verdadero. Pero estamos en el terreno de las apoteosis (*), digo de las hipótesis.
Yo no he leído ni Mujercísimas ni Chulas y famosas, de Terenci Moix, y apenas recuerdo Garras de astracán, pero lo que sí recuerdo es que me pareció reconocer a Isabel Pantoja entre los personajes. Y que la lectura de la novela me resultó deliciosa. Si no era ella se le parecía mucho. No sabe una a que atenerse, con tanta ironía y tanto marketing. Porque no me digan que no es una perla de la mercadotecnia el artículo de Fernando Trias de Bes (**) "Jo perdono Pujol", donde en realidad lo que se desliza es que lo perdona si todo lo que ha hecho es cuanto confesó el pasado día de Santiago. Aunque el artículo también podría contextualizarse en el alud de consideraciones favorables que se le han hecho en estas tierras a Jordi Pujol Soley.
Isabel Pantoja es mucho más interesante, a mi pobre entender, que Penélope Cruz, a quien -hasta donde yo sé- se refirió solo una vez Paco Umbral: "Entonces me doy cuenta de que soy yo el que estoy pasado y no ellos, que están de plena actualidad, como Penélope Cruz, y son para mí una sucesión de desconocidos. Y lo mismo me pasa con los premios, no reconozco los nombres de muchos de los premiados." Pene Cruz ha dirigido un anuncio que da la impresión de estar hecho de plástico, como ella misma, tal vez a causa de la tensión erótica. Umbral, que nos dejó unas páginas de los usos y costumbres de un Madrid del que no sé si quedará algo, tampoco sé qué hubiera pensado o dicho del anuncio.
De manera que, por recapitular, conviven en este cambalache siglo XXI, varias formas de ganarse la vida que nos hablan de las dificultades de los candeleros. Y los candelabros. Además de las cuestiones generacionales, que no son mínimas, hay muchos otros factores. A ver, básicamente tendríamos además los que hablan y los que dan que hablar. Hay un sector primario, como en la Agricultura, que es el que trabaja, y luego hay los que como Monegal o Arús se dedican a criticonear lo que hacen los otros, com mayor o menor calidad. Es el sector secundario y hasta terciario. Esta pureza de los medios, desde la más prístina o auténtica a la más mezclada en la batidora, se reproduce en todas las esferas de la actividad humana. Siempre habrá, si se me permite, "parásitos".
Lo de Isabel Pantoja es todo un fenómeno, porque ya fue singularísima su viudedad. Tantos toreros no se han muerto en una enfermería de una plaza, y más desde que lo hizo "Paquirri". su muerte, tan desgraciada, sirvió para que cambiara " la legislación de espectáculos taurinos obligando a las plazas (en todas sus categorías) a disponer de unidades sanitarias UVI's móviles, y a las plazas de 1.ª y 2.ª categorías a disponer de quirófanos convenientemente equipados ya que, hasta entonces, más bien lo que se hacía en ellos era administrar unas primeras curas teniendo que contar más con la pericia médica que con medios adecuados" (Wikipedia). Que la niña que adoptó el año 1996, Chabelita, esté ahora relacionada con un pariente del torero José Ortega Cano, tampoco es que sea muy corriente. La vida de la cantaora se parece cada vez más a una de aquellas novelas bizantinas en que no faltaba un naufragio y un cautiverio, salían caballos y todo resultaba terriblemente convulso y lleno de colorido.
Hace años, en este mismo blog o en su predecesor, *A la flor del berro, yo decía que de tener que elegir entre pasar las vacaciones con una de las dos infantas (Elena o Cristina, no Leonor -que ya no es infanta- o Sofía), que tenía muy claro con quien las haría. Si ahora tuviera que elegir entre la Pantoja y la Cruz, me iba a resultar más difícil. Pero no por lo reñida que estarían mis preferencias, que no lo están, sino porque cada vez valoro más la tranquilidad.
*
Desde esa tranquilidad les recomiendo una lectura del artículo de Albert Sánchez Piñol sobre la "Historia criminal del azúcar", tan ameno como interesante. No digo yo que lo puedan leer los niños, pero sí que es un buen ejemplo de como se puede hablar de lo que han hecho nuestros congéneres sin empeorar las cosas, que ya de por sí son terribles.
Enrique Santos Discépolo (1901-1951)

(c)SafeCreative *1408111738697 (2022: 2212172888241)
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(*) "Estoy que no salgo de mi apoteosis" (Norma Duval).
(**) Publicado en el diario Ara para sus suscriptores, alguien amablemente lo ha reproducido en Twitter en su integridad gratis et amore.