6.12.14

Post 1156: Las formas puras

"Man has no understanding. He can be taught a few simple tricks. Nothing more."
Dr. Zaius 
"El Planeta de los simios" (Franklin J. Schaffner, 1968)

"Varita o bastoncillo que el pintor toma en la mano izquierda, y que descansando en el lienzo por uno de sus extremos, el cual remata en un botón de borra o una perilla redonda, le sirve para apoyar en él la mano derecha".
(Una de las acepciones de tiento)
"Bastón corto con que el director de una orquesta, banda, coro, etc., marca el compás en la ejecución de una pieza de música".



bservo que la palabra tiento tiene muchos significados, como ocurre con la palabra agua, por ejemplo. Significados que atienden todos a lo más definitorio de cada palabra, pero que sirven para muchos usos, con lo que volvemos como el otro día a la utilidad. Lo útil podría ser considerado una categoría como lo es o lo fue lo bueno.
"Batuta" quiere decir lo que quiere decir, e incluso adopta su forma de battuta (it. "pulsación"), lo cual la distingue de palabras como "viento", "perro" o "corazón", que no se apropiaron del sentido de ninguna otra palabra para poder existir. Pero no quisiera seguir por aquí y por esas tonterías pseudofilológicas  que bien podemos añadir a otros saberes como la heráldica, la placomusofilia, la gestión cultural y demás.
El tiento los diestros lo usan con la mano izquierda y los zurdos con la derecha, mientras que la batuta obligatoriamente se debe usar con la mano derecha, cuando se usa. La batuta es una extensión del brazo derecho para dirigir con autoridad la orquesta, sin menoscabo de que se usen otros miembros, mientras que el tiento es una especie de reconocimiento implícito de la propia debilidad porque sirve para asegurar el pulso sobre el lienzo ante pinceladas de especial dificultad en el tino. Veo que se venden en internet algunas que son de arce con empuñadura de tipuana palo rosa, mientras que otras son de vara de abedul, material que ocupa un dudoso lugar privilegiado en la historia de la educación porque se usó mucho para azotar a los niños en las escuelas inglesas. La vara de abedul y el látigo de piel de hipopótamo son objetos hermanados. Es de suponer que el abedul tiene una madera muy flexible, equilibrada y de notable ingravidez. Como el movimiento de la batuta es muy suave o muy enérgico, según vaya la pieza de música, tiene en su extremo un mango en forma de pera para su mejor sujeción. El tiento no tiene mango pero acaba en un cabezal mullido, cubierto de cuero, por bien de apoyarse en el lienzo sin arañarlo ni resbalar. El mahlstick más habitual sería el que se ofrece en Jackson's o el de Barna-Art. Por decirlo de una vez, el tiento (apriorísticamente hablando) no es elegante, sino que parece un elemento de las postales navideñas de nuestro querido dibujante Ferrándiz o un arma de juego de rol. Y sin embargo la batuta destaca y fácilmente es un buen símbolo para los ejecutivos formados en la Wharton para manejar y domeñar piramidalmente hordas de empleados.
Lo digo porque hace un tiempo estuve en una casa donde por toda decoración había una batuta de abedul, para ir situando el tema. En la casa recientemente se ha incorporado en el patio, inglés, que se ve desde la cocina, americana, diáfana, un planta de petunia fucsia, en un enorme macetero que ya se ve que persigue un contrapunto estético a la frialdad y vaciedad del resto del jardín. No es todo tierra y sin embargo levanta más de un metro. Los otros tres elementos de la entrada son un sofá cubatero canapero de cuero negro, una gran pantalla de plasma y una escalera. La escalera hacia arriba lleva a un nivel donde se encuentra una biblioteca técnica, una silla y una mesa, lugar de trabajo del señor de la casa. El de la batuta. Desde ese despacho asomado a la cocina diáfana -tan diáfana que no tiene ni un huevo- se accede a otro nivel, donde hay una terraza que lo son una mesa y cuatro sillas peladas comidas por la intemperie y el sol inclemente de Barcelona.
En el nivel más bajo, desde el sofá (que es el centro de la casa) junto con la matraca de las alarmas antirrobos, se baja al dormitorio de la pareja, un vestidor, un aseo completo y una especie de cuartito de planchado atiborrado de ropa y algún pequeño electrodoméstico. Es lo que en catalán llamamos quarto dels mals endreços, una especie como de trastero pero de la day life.
En el álbum hemos hablado de las cocinas, de las terrazas, de los balcones y de los salones-comedor, pero no hemos hablado aún nunca ni del trastero ni del cuarto multiuso. A veces funcionan como encrucijadas, otras como bodegas, pero casi siempre tienen la propiedad de mostrar lo que en otras piezas bien podría quedar escondido en los cajones, en los armarios y en las entretelas o el ADN de los sofás
Conozco a la señora de la casa desde casi nuestra época protozooaria y recuerdo bien que en su casa familiar tenía mil recuerdos que conservaba y desenpolvaba de tanto en vez con sin igual cariño. Coleccionaba postales, guardaba todos los posavasos, las servilletas con membrete, una brizna de hierba retenida en un bolsillo, cualquier cosa que encerrara como una perla un instante feliz. Seguro que aún tiene cuantas cartas le escribí. Y sin embargo la casa de ahora no tiene ni un solo rastro de que ella viva, si quitamos el tablón de anuncios del cuarto de planchado y mals endreços. Tampoco es que "vivan" mucho, siempre de viaje. Las petunias sí.

Fotografía: Josef Sudek

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