31.12.17

256 pares de narices (1)

"En una burla que se haría célebre, el obispo Samuel Wilberforce 
le preguntó a Thomas Huxley —partidario de la teoría de la 
evolución— si descendía de los monos por parte de abuelo o de abuela".
Daniel McNeill, El rostro





egún Daniel McNeill, de acuerdo con el Tratado de la pintura de Leonardo da Vinci (*) tendríamos cosa de 256 tipos de narices más sus combinaciones. Y habría que añadir a las combinaciones naturales las huellas de los trastornos de la piel, accidentes y operaciones. Estoy pensando en el cuadro de Domenico Ghirlandaio, Anciano con su nieto (1490). Francesco Sasseti padecía rinofima o rosácea fimatosa, por lo que tenía una nariz bulbosa, enrojecida y con los poros y las glándulas sebáceas irritadas. Para lo que puede dar de si un rinofima, aún salió bastante agraciado el viejo Sasseti. 
También según McNeill, la nariz domina físicamente la cara, sobre la boca, como el resultado de un proceso evolutivo que nos preservara de comer alimentos en mal estado o simplemente disuadirnos por su olor. Y sin embargo se diría que para lo grande que tenemos la nariz, como órgano sensorial no está muy desarrollado y mucho menos educado. Así que más bien nos ayuda a nadar, porque funciona como una especie de quilla, y tiene funciones térmicas y nos protege de las infecciones, acondicionando y humidificando el aire que inspiramos.
Pronto iremos a parar a la nariz de Francisco Umbral y a su célebre autorretrato en Mortal y rosa, ausente por cierto en la antología de  El retrato literario de Ricardo Senabre. Umbral reparó en cómo su nariz se había ido redondeando y alargando a la vez, detalle que hay que tener en cuenta también para una posible tipología nasal, al lado del soneto de Quevedo a la archinariz de Góngora. En nuestros retratos veremos que un rostro es el resultado de muchos años, que reflejan el envejecimiento y la actitud vital. El envejecimiento hace que los que llegan a una edad como de 70 años o más verán que sus orejas y su nariz habrá crecido hasta un centímetro respecto a sus orejas y nariz cuando habían adquirido el pleno desarrollo. Un centímetro en una oreja de 7 centímetros es algo que nos arroja en la caricatura.
3 de mis cuatro abuelos tenían lo que se dice una buena nariz. La de mi abuelo paterno era aparatosa. La de mi abuela, la niña de la fotografía que reproduzco, era de punta redonda, con las narinas y aletas redondas. Ya se ve en la primera foto que ese rasgo venía de su madre, y que en otros rasgos no se le parecía. En la tercera foto, el día de la boda de mis padres, se ve un curioso mimetismo entre mi abuela Consuelo y mi padre. Los arcos de las cejas casi idénticos (más viriles en mi padre, más suavizados en su madre), el óvalo de las mejillas muy parecido, aunque en mi padre más marcado por un mentón contundente.
Nos damos cuenta en las reuniones familiares de cómo se superponen los rasgos de las diferentes familias y de cómo se difuminan en un instante por una sonrisa que todo lo cambia o por una palabra que transfigura el rostro y nos lo devuelve al presente. Cuando conocemos a los niños nos obstinamos en ver en ellos el parecido con su padre o su madre o su hermano y nos damos cuenta de que tal vez el gesto cuando se detiene podría ajustarse a la fisonomía de una abuela, pero que en cuanto cobra animación por la sorpresa o languidece por el aburrimiento, se disipa el parecido. Por eso hay pintores que nos dejan retratos que en sus trazos son exactos pero que en ellos no alienta la vida, como si fueran maniquíes.
Desconozco el nombre de mi bisabuela de Betanzos (La Coruña), tal vez sólo podrían dar cuenta de él las únicas nietas que viven aún, mi tía Fina (que hizo recientemente 95 años) y mi tía Mercedes, que ha hecho creo que esta semana 101 años. El día de Navidad hablé por teléfono con mi tía Fina, que vive en Madrid, pero no era cuestión de sacar un tema tan extemporáneo. Creo que se esfuerza por no confundirnos. A veces mi voz le parece que es la de mi madre y cuando me ve no sabe si soy ella o su hermana Raquel, que murió cuando yo tenía 24 años. Los ancianos que han perdido un poco sus facultades tienen esas confusiones, más en una familia como la nuestra en que nos vemos de higos a peras.

Foto de Consuelo Fernández con su madre (c. 1880). Clicar sobre la imagen para verla aumentada

Foto de Consuelo Fernández con su madre (detalle). Clicar sobre la imagen para verla aumentada



____
(*)
"§ CLXXXVIII. Diferencias de los rostros. Las partes que constituyen la mediación ó cañón de la nariz son de ocho modos diferentes: I.º ó son igualmente rectas, igualmente cóncavas, ó igualmente convexas: 2.º desigualmente rectas, cóncavas, ó convexas: 3.° ó rectas en la parte superior, y cóncavas en la inferior: 4° ó en la parte inferior convexas, y cóncavas en la superior: 5.º ó cóncavas en la parte superior, y en la inferior rectas: 6.º ó en la parte inferior cóncavas, y convexas en la superior: 7.° ó arriba convexas, y debajo rectas: 8.° ó arriba convexas, y debajo cóncavas. La unión de la nariz con el entrecejo es de dos maneras, ó cóncava ó recta. La frente varía de tres modos: llana, cóncava ó llena. La llana puede ser convexa en la parte superior ó en la inferior, ó en ambas, y también llana generalmente. 
§ CLXXXIX. Modo de conservar en la memoria y dibujar el perfil de un rostro; habiéndole visto solo una vez.  En este caso es menester encomendar á la memoria la diferencia de cuatro miembros diversos, como son la nariz, boca, barba y frente. En cuanto á la nariz puede ser de tres suertes recta, cóncava ó convexa. Entre las rectas hay cuatro clases: largas, cortas, con el pico alto, ó con el pico bajo. La nariz cóncava puede ser de tres géneros, pues unas tienen la concavidad en la parte superior, otras en la media, y otras en la inferior. La nariz convexa puede también ser de otros tres géneros: ó en el medio, ó arriba ó abajo. La parte que divide las dos ventanas de la nariz (llamada columna) puede igualmente ser recta, cóncava ó convexa.
§ CXC. Modo de conservar en la memoria la forma ó fisonomía de un semblante. Para conservar con facilidad en la imaginación la forma de un rostro, es preciso ante todas cosas tener en la memoria multitud de formas de boca, ojos, nariz, barba, garganta, cuello y hombros, tomadas de varias cabezas. La nariz mirada de perfil puede ser de diez maneras diferentes: derecha, curva, cóncava, con el caballete en la parte superior ó en la inferior, aguileña, roma, redonda ó aguda. Mirada de frente se divide en once clases diferentes: igual, gruesa en el medio ó sutil, gruesa en la punta y sutil en el principio, delgada en la punta y gruesa en el principio, las ventanas anchas ó estrechas, altas ó bajas, muy descubiertas ó muy cerradas por la punta; y de este modo se hallarán otras varias diferencias en las demás partes, las cuales debe el Pintor copiar del natural, y conservarlas en la mente."
Leonardo da Vinci, Tratado de la pintura

 (C)SafeCreative *1712315227391  (2022: 2212172887480)