21.1.18

Barba llena de mariposas



stos días ha sido actualidad la imagen de Roger Torrent, el joven President del Parlament de Catalunya. Incluso el Diari de Girona nos muestra la evolución de su look en una especie de orla en la que se nos muestra al político desde que era estudiante (gafas, cara de nerd y pelo corto sin estilo) hasta haber adquirido barba de fucker, como acertadamente le bautizo @Armunho en su cuenta de Twitter. Otro tuitero (@Fordon_Gekko_NY), no menos acertadamente le hizo ver que el cambio adoptado por Roger Torrent era parecido al de Rubén Sánchez, el portavoz de Facua. Aparte de que tanto Torrent como Sánchez han incorporado alguna rutina de ejercicios o de deporte a su vida diaria, está claro que la barba es una máscara idónea para quienes no tienen un mentón atractivo y además permite modelar tanto el perfil como el ángulo frontal.
Algo escribí sobre el tema de la barba en El ojo derecho del caballero de la mano en el pecho, pero es inagotable. No me resultaría nada difícil creer que la barba es una especialidad peluquera, para aquellos hombres que la quieren llevar cuidada o ya no digamos para quienes desean modelar su imagen y camuflar defectos faciales blandos o duros. Aunque mi opinión personal poco importa, debo decir que a mí una barba espartana sin casi cuidados me da hasta un poco de repugnancia. Un poco de pelo está bien, mucho pelo (una barba tupida y larga, poco cuidada) es un poco asqueroso. Es mi opinión.
Esta semana que hoy acaba es según una tradición catalana, la semana de los barbudos. Por eso abundan los refranes, que tienen que ver con la climatología y con los tres santos barbudos de la semana: "Quan vénen els tres barbuts [Sant Pau Ermità, Sant Maur i Sant Antoni Abat] vénen els freds cascarruts", etc. 
Se me ocurrió hojear el Libro de descripción de verdaderos retratos, ilustres y memorables varones (1599-1637)  de Francisco Pacheco ("edición foto-crom-typica") y veo que la gran mayoría usan barba. Tal vez podríamos extraer la conclusión de que de Felipe II todos usan barba excepto los frailes y pocos más. Y tal vez lo de los frailes provenga del canon 44 del Concilio de Cartago (clericus nec comam nutriat nec barbam radat).  Por supuesto hoy en día en los medios cool el crecimiento de la barba tiene que ver con la abstinencia sexual, el deporte y el estrés.
Si viéramos una fotografía de Ernst Hemingway o de Jules Verne sin barba probablemente o no los reconoceríamos o nos parecerían desfavorecidos. Cuando alguien lleva barba mucho tiempo y después se la afeita, los demás le vemos como desnudo (como si la cara fuera como el cuerpo) y la cara lampiña inspira una sensación un poco incómoda, y parece que la nariz y la boca sobre todo se vean más desvalidas, debilitadas, expuestas.
El Roger Torrent sin barba y después de algún deporte se parecía algo a Albert Rivera. Los asesores de imagen, que seguro que los tiene, le aconsejaron usar barba porque además de sugerir más carácter lo hacían más atractivo y masculino. La barba llega donde no llegan los ojos. También es posible que una barba lo haga más atractivo al electorado homosexual, no digo que no.
De acuerdo con los posts de mi serie sobre los retratos literarios, incluyo hoy la poco conocido oda de García Lorca a Walt Whitman. En especial los versos de la barba "luminosa y casta" del americano: 
Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,
he dejado de ver tu barba llena de mariposas,
ni tus hombros de pana gastados por la luna,
ni tus muslos de Apolo virginal,
ni tu voz como una columna de ceniza;
anciano hermoso como la niebla
que gemías igual que un pájaro
con el sexo atravesado por una aguja,
enemigo del sátiro,
enemigo de la vid
y amante de los cuerpos bajo la burda tela.
Ni un solo momento, hermosura viril
que en montes de carbón, anuncios y ferrocarriles,
soñabas ser un río y dormir como un río
con aquel camarada que pondría en tu pecho
un pequeño dolor de ignorante leopardo.

Roz Chast

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