1.7.18

La churrería de Valle Hebrón

omo tenemos en Barcelona muchas colinas, es frecuente tener que habérselas con la horizontalidad y el nivelamiento. Las barandas de las escaleras a veces encuentran soluciones intermedias que no convencen porque ni conservan la línea inclinada ni saben seguir una línea recta, paralela al plano de los escalones. Desde mi ignorancia no creo que sea tan difícil encontrar un sistema. Los barracones de las churrerías y de otros establecimientos como los de los puestos de castañas o petardos suelen revelar la falta de nivel de nuestras calles porque necesitan ser "calzadas" con todo tipo de montantes y tacos. 
La churrería de la Avenida Jordà con el Paseo de Vall d'Hebron está bien pintada y calzada y, lo que es mejor, sigue preparando unos churros excelentes. Aunque en su rótulo pone que es de la Plaza Alfonso X "El sabio" (que está en la Ronda de Guinardó), suele pasar una parte el año ahí arriba. Aunque desde hace un tiempo se habla del peligro de extinción de las churrerías barcelonesas, porque las concesiones tampoco es que se vean facilitadas por el Ayuntamiento y por otros factores no menores, parece que van resistiendo.
Hace 15 días estuve tomando un cortado y una ensaimada en La Pallaresa de la calle Petritxol y vi a un grupo de extranjeros que podían ser ingleses y a una oriental que podría ser coreana comiendo churros. La señora oriental comía sus churros canónicamente mojándolo en el suizo (chocolate deshecho con nata) y era indudable que disfrutaba, que no había simplemente una especie de fruición turística ante algo exótico.
Como hoy en día la oferta de dulces es vasta y hasta excesiva, no sé si prevalecerá el aceite o las otras grasas. ¿Quién lo sabe?




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