5.12.18

Mío, tuyo, nuestro

Hace unos años corría un infograma que giraba en torno a dos ejes. Uno era sobre nuestras intenciones, que podían ser buenas o malas (era así como se solía expresar) y el otro eje era sobre el resultado de nuestras acciones, que podía ser beneficioso o perjudicial. De una acción buena podía obtenerse entonces un resultado perjudicial, de la misma manera que de una acción mala era posible obtenerse un resultado beneficioso. También se representaban sinópticamente la acción buena con resultado beneficioso y la mala con resultado perjudicial, siendo esta última posibilidad la peor. Ahora se me ocurre la de chorros y litros de tinta que nos hubiera evitado el conocimiento de esta sencilla representación gráfica entre los aficionados a ver el bien en el mal y el mal en el bien.
El razonamiento que he resumido guarda un cierto parentesco con el que encontramos vertido en los dos libros de Enric Boada:
Col shelí shelí - Col sheljá shelí
Col shelí shelí - Col sheljá sheljá
Col shelí sheljá - Col sheljá shelí
Col shelí sheljá - Col sheljá sheljá
Todo lo mío, mío - Todo lo tuyo, mío
Todo lo mío, mío - Todo lo tuyo, tuyo
Todo lo mío, tuyo - Todo lo tuyo, mío
Todo lo mío, tuyo - Todo lo tuyo, tuyo
El último libro de Enric Boada, ¿Imbéciles para siempre?, podemos decir que es una transcripción de una selección de sus conversaciones con miembros de EPBVN (Espacio Psicoanalítico de Barcelona) en una edición preliminar que se ha publicado recientemente. El texto abunda sobre todo en dos temas de la planética que ya había desarrollado en Cuando morir sea una fiesta, el Antropoceno y la catástrofe climática más la superpoblación humana. Se habla de planética y aunque asoman preocupaciones actuales y rabiosas como el hambre o la homofobia y el machismo no hay una visión que descienda a la anécdota ni tampoco a las regiones y a la política o al (des)orden mundial. El punto de vista sugiere modelos que redimensionan lo que es local y lo que es global, frase que queda como de diapositiva pero que es inevitable para referirse al pensamiento de Enric Boada.
En ninguno de los dos libros se indica la fuente original de la cita de "Col shelí...", un poco también por eso, por su redimensionamiento del saber. Con todo, soy una maníaca de la originalidad y de citar las fuentes de la forma más concisa posible, así que he buscado la cita que ─según Boada─ reproduce las etapas "como quedaron descritas en lengua hebreo hace casi dos mil años con una fórmula memorable".
El texto original es el Pirkei Avot o Tratado de los padres. Se encuentra en la Mishná y ésta en el Talmud. Recoge principios éticos y jurídicos. La compilación de la Mishná se suele datar a finales del siglo II pero en realidad su fuente es la tradición oral rabínica, mucho más antigua. La cita indirecta de Boada y el EPBCN procede del capítulo 5:10 del Pirkei Avot:
«Existen cuatro tipos de cualidades entre los hombres: El que dice: "Lo mío es tuyo y lo tuyo es mío" es un ignorante. El que dice: "Lo mío es mío y lo tuyo es tuyo" posee una cualidad intermedia; y algunos dicen que es la cualidad de la gente de Sodoma. El que dice: "Lo mío es tuyo y lo tuyo es mío", es un ignorante. El que dice: "Lo mío es tuyo y lo tuyo es tuyo" es generoso. El que dice: "Lo mío es mío y lo tuyo es mío" es un malvado.»
Esta representación que tanto me recuerda a la que menciono al principio del post, se reproduce en los siguientes mishná:
"Hay cuatro tipos de temperamentos: el que es ligero para enojarse y ligero para calmarse, es más lo que pierde que lo que gana. El que es tardo para enojarse y tardo para calmarse, es mas lo que gana que lo que pierde. El que es tardo para enojarse y ligero para calmarse, es generoso. El que es ligero para enojarse y tardo para calmarse, es malvado." 
Como vemos el esquema de precepto apto para ser memorizado se reproduce e incluso se repiten las palabras para el generoso (jasid) y el malvado o perverso. Eso me hace pensar en que las conexiones entre el Talmud y el psicoanálisis quizás no se acaban ahí, pero no es el tema del post.
Llegar a la conclusión de la máxima generosidad y alcanzar como algo que incluso diríamos es inevitable (Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es tuyo) concuerda bien con mi certeza hace años de que parece inverosímil no ya que no pueda estar bien y tranquilo quien hace el mal a sabiendas y especialmente cuando no va en pos de un resultado beneficioso para sí, sino que en realidad quien hace el bien no puede estar completamente bien y tranquilo si lo tiene como suyo y no cuenta con los demás.
Supongo que el estado de derecho introdujo la noción del "nuestro" (lo que vendría siendo en hebreo shelanu) para que cada cual tuviera algo suyo y algo en común que hay que considerar como propio de todos. Pero lo ideal es que todo sea shelanu.

Yad Torah. Puntero de plata para leer la Torah

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