10.2.19

¿Vida? o ¿Familia?

ún es posible ver en el Monestir de Pedralbes una parte de la obra que Charlotte Salomon (1917-1943) pintó en su refugio en Saint-Jean-Cap-Ferrat, casi 800 gouaches autobiográficos. Se ha hecho mucho hincapié en los suicidios de su madre, su tía y su abuela, o en que asesinó a su abuelo con una tortilla de veronal. También en su condición de judía perseguida por el nazismo. Lejos de las tres cuestiones, cualquiera de ellas del mayor peso, lo que a mí más me atrae es su obra y por supuesto la capacidad de hacer con su corta e intensa vida una obra plástica.
Los pocos textos que se refieren a su estilo o influencias remiten a Munch, Miguel Ángel o incluso a Chagall, uno de mis pintores preferidos. Algunos se refieren a ¿Vida? o ¿Teatro? como una novela gráfica, y eso también es cierto, y está especialmente remarcado por el hecho de que en muchos gouaches hay referencias musicales y tiras narrativas que nos recuerdan al Beato liebánigo y la incorporación de textos no es algo excepcional. Su limitada paleta (azul, rojo, amarillo) nos hace pensar en un cierto primitivismo o ingenuismo, pero también habla elocuentemente de una técnica sucinta y sincera.
El catálogo de materiales de las bellas artes es tan variado que es difícil no perderse en la oferta, y ya no digamos cuando la carta de colores se hace profusa. Es todo un mundo en el que no es ajena la superabundancia que también encontramos en la sección de galletas de un supermercado o en tantas cosas. Supongo que al final los artistas se deciden por aquellas técnicas que se acomodan más a sus habilidades o a sus veleidades. También dependerá del soporte elegido: papel, lienzo, madera, etc. Pero, en resumen, creo que la oferta de materiales es inmensa. Lo que va de un lápiz de color acuarelable Caran-D'Ache a un Faber-Castell es mucho, y sin embargo aunque el trazo es muy importante, el tono del color y su brillantez también es muy definitivo. Un mundo, ya digo.
Parece que algo le decía a Lotte Salomon que no había mucho tiempo por delante y había mucho que decir. Esta especie de catarsis o de volcado masivo ha ocurrido en muchos artistas y conmueve pensar que de alguna manera intuían el final de su vida.
Es posible "ver" toda la obra en la web del Jewish Historical Museum holandés. Como no se suele decir, me detengo en notar que ¿Vida? o ¿Teatro? está dedicada a Ottilie Moore, filántropa norteamericana que acogió a niños refugiados de la guerra en su casa en Villefranche-sur-Mer. Para situar mejor la colección como un desarrollo total artístico (arte total) diremos que la pieza (play) dice en su preludio: "La creación de las pinturas siguientes se imagina como sigue: Una persona está sentada al lado del mar. Pinta. Una tonada surge en su mente. Cuando empieza a tararearla se da cuenta de que la melodía coincide exactamente con lo que está intentando llevar al papel."
Lejos de perderse en los materiales y por supuesto en academicismos o aun en vanguardismos, la pintora fue derecha a lo que la llenaba o la desgarraba, que parece que no era fácil. Aunque plásticamente sus gouaches podrían ser enarbolados como el no va más del qué se yo expresionista o abstracto o lo que fuere, en realidad sabemos que eso es accesorio ¿Cuántas veces no se acude a unas formas que nada añaden por el gusto de aparentar innovación o ruptura, alambres?
Hay un vídeo  del padre de Salomon y su madrastra años después de la guerra, a la que ellos sobrevivieron por estar en Amsterdam. La sensación que deja es un poco extraña, porque claramente se ve que quieren estar tranquilos y mostrar un recuerdo también tranquilo de Lotte. Pero hay algo raro. La contralto Paulina Lindberg Salomon parece estar haciendo el papel de su vida, cosa que no es buena ni mala, pero que es inquietante. Hace creer que sí que hubo un abuso o más del abuelo o alguien.
Gusta ver que los azules del modesto gouache, pequeño formato, se conservan limpios y que a diferencia de los maravillosos óleos marinos de Sorolla que vi en su casa-museo, el mar provenzal tiene luz y aquello primordial que tanto nos fascina, que el tiempo no ha deslucido aún su color como la familia no pudo con Charlotte Salomon.

Charlotte Salomon, 1941-1942

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