2.6.19

La eterna memoria

“Recordar es fácil para el que tiene memoria. Olvidar es difícil para el que tiene corazón” es una frase que se le suele atribuir a Gabriel García Márquez. Que yo crea que es una atribución falsa es indiferente cuando en realidad lo que además la trae aquí es una idea muy socorrida y popular. De hecho, recordar significa algo así como "volver a tener en el corazón".
En agosto de 2010 me di cuenta de que el autobús en el que yo me desplazaba hacia la Plaza Urquinaona dejaba ver la frase que está en el vidrio de delante: ""Perquè l'estrès no sap on queda Fisterra" (Porque el estrés no sabe donde para Fisterra). Me pareció sorprendente ver ahí el nombre del pueblo de mi madre, que es conocido pero creo que no tanto como para usarlo en una campaña. También porque en el fondo la frase es un poco absurda, por lo menos me lo resulta a mí. Obviamente tiene un sentido figurado, pero aún así debo suponer que como sugerencia no fue llamada al éxito. Por otro lado, la frase me trajo recuerdos y me hizo imaginar ─ya que la imaginación siempre corre al lado de la memoria─ qué estarían haciendo mi gente en el pueblo. Si hacía buen día, aunque era (según veo ahora en mi calendario perpetuo) martes, pensé que seguramente estarían en la playa. 
De una cosa a la otra vamos del "calendario perpetuo", otro término absurdo o paradójico, a la "eterna memoria" (que es lo que nos ocupa) y busco en el Nomenclàtor de las calles de Barcelona la calle del mismo nombre. Si mal no recuerdo el "carrer de l'Eterna Memòria" se encuentra por el Clot o Sant Martí. Por si ya no nos lo indicara el nombre, que parece sacado de una de las lápidas del cementerio de Poble Nou, la información del nomenclator os lo acaba de aclarar: "Nom proposat per Maria Miquela de Borràs i de Valls, vídua de Peguera, l'any 1847, quan va demanar permís a l'Ajuntament de Sant Martí per parcel·lar un camp que tenia al Camp de l'Arpa." A Maria Miquela también debemos el carrer Joan de Peguera: "El 13 de març de 1862, l’Ajuntament de Sant Martí de Provençals va acordar canviar el nom de carrer de Montserrat pel de Don Juan de Peguera, a instància de la seva vídua, casada aleshores amb Maties Ramon de Casanovas" (Martín Checa Artasu). Bueno, parece ─según la Wikipedia─ que Maria Miquela para entonces ya había vuelto a enviudar ya que Maties Ramon de Casanovas murió el año 1849. El artículo de Can Fargas al que me refiero deja muy lejos los líos de Falcon Crest y hay que leerlo despacio. Baste decir lo que conmueve pensar que el nombre de la calle de la Eterna Memoria se lo debemos a la viuda Miquela.
Repasando fotografías de mi archivo de más o menos la misma época, 2010 y 2009, encuentro la instantánea de una pintada hecha con plantilla que ponía "Recuerda olvidar". Es la misma pintada que veo ahora en Muros hablados y como me doy cuenta de que también ahí aparece algo borrosa reparo en que yo descarté publicarla tal vez porque creí haber tomado mal la fotografía. Veo que es la pintada la que está borrosa. La frase es más sugerente que la que se atribuye a G. García Márquez y más estimulante que la del autobús, pero con todo yo aún diría que lo sería más si en vez de decirse "Recuerda olvidar" se dijera "Olvida recordar". Y eso sin que sepamos si olvidar es un acto de la voluntad o no. Pero me gusta más.
Llegado un momento el tiempo todo lo cura, dicen, y algo de cierto es. Lo que es un recuerdo insistente que sin piedad nos trae pesar o hasta un dolor agudo, se acaba diluyendo y aunque deja un punto de amargura muy pequeñito parece como si no ocupara un lugar clavado  y ya no nos anula tanto y hasta nos deja respirar y lo soltamos porque no hay ni por donde agarrarlo. Las reminiscencias son casi un matiz, algo como lo que identifica el tono aterciopelado de los violines de Cremona.
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Al lado de este sentir del pasado que se cuela en nuestras vidas como solo lo haría la luz o el agua, resulta más inverosímil que haya gente soberbia y descomunal que se entretenga en difundir vídeos como el de la pobre mujer de Iveco, Verónica. No hace nada que se ha suicidado y veo en Twitter tuits de gente que seguramente lo ha lamentado pero que con la misma mano y las artes de Onán ridiculizan al empleado de un hotel por su corte de pelo (captura de pantalla del día de hoy para plasmar el total oprobio del seguidismo y el eco). Se dirá que no es lo mismo un vídeo con contenido sexual de la intimidad de una mujer que un clip con una entrevista de la TV en la que aparece un recepcionista atendiendo las preguntas por culpa de su trabajo. El daño causado es muy parecido y la mentalidad pobre de quienes se ríen de esas gracias es la misma mierda de mentalidad, por mayoritario que llegue a ser ese género de humor verdoso y por mucho que nos tachen a la gente de orden de "ofendiditos". No ofende quien quiere. Por mucho que tengan recursos digitales los zopencos que se regodean en bromas con galletas oreo rellena de pasta de dientes, peinados y demás, son más antiguos que el hilo negro. Por mucho que dominen los medios, la retuitez y ostenten una culturilla cinéfila, son cerriles y zafios. Lo digo no porque me importen un bledo, que no, sino por el daño que pudieran hacer en sus juegos.



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