25.10.20

Vuelo bajo

Et donarà la fúria dels viatges,
t'enfebrarà la febre del treball,
voldràs entendre i discutir les coses,
i res al capdavall aclariràs.

Josep Maria de Sagarra, Cançons de rem i de vela

oy publico una extraña imagen que diciendo que procede de la Segunda Guerra Mundial ya en parte se aclara. Los bombardeos de 1944-1945 sobre Berlín y su zoo en particular provocaron la muerte de muchos animales y que se los pudieron comer. Los poquitos que sobrevivieron, muchos de ellos, estaban muy malparados y con trastornos psicológicos. Uno de los supervivientes famosos fue Knautschke (¿"michelines"?), un hipopótamo que ahora cuenta con una estatua en el Zoo de Berlín. Otro fue por ejemplo el picozapato de la fotografía, que fue cuidado en una casa particular. Algún inteligente colectivista de la Wikipedia ha insertado en el artículo correspondiente de los Balaeniceps rex el comentario  de que no vuelan. Aparte de que el artículo ha quedado muy desestructurado o desordenado, mal hecho sin entrar en detalles, los picozapatos sí vuelan, tal y como se puede ver en un vídeo que tenemos en Youtube (2:11). Es cierto que su vuelo es uno de los más lentos que hay en aves, unos 150 aleteos por minuto, que vuela bajo y que incluso se conoce como "pájaro estatua" porque puede estar inmóvil mucho tiempo, cosa que si no nos dijeran otra cosa lo que nos indica es que tiene unos hábitos que tienen que ver con su condición de cazador o, mejor dicho, pescador. Que los picozapatos sean dóciles hace comprensible la cautividad que ilustra la fotografía. Seguramente esa misma imagen sería imposible con una avestruz.

Pienso que seguro que ya habrá alguien por ahí que habrá hecho una asimilación entre las dos guerras mundiales y las dos olas de la pandemia de Covid-19. Sé que algunos medios hablan de 3 olas y no de dos. Lo que hemos percibido en Barcelona son 2 olas. Una de las condiciones más llamativas ─al menos para mí─ de esta segunda ola es el hecho de que la mitad de los contagios de todo el mundo se han producido en Europa. Se dirá que siempre será mejor que haya el doble de contagios en Europa a que haya el doble de contagios en todo el mundo. Desde el primer día en el álbum remití al parecido que guardaba la epidemia con una guerra y porqué había que recurrir a la disciplina. En estos momentos la distribución también hace pensar en una estrategia militar. No estoy segura de estar contribuyendo con mi opinión en nada, por lo que la dejo ahí y me repliego.

No se puede decir que mi actitud sea cobarde puesto que estos meses he estado trabajando o dentro del Hospital más grande de Cataluña o bien en una unidad de este Hospital que recibe casos de otras enfermedades infecciosas. Y eso sin mampara y sin triaje en la entrada. A puerta caliente. He observado que ha aumentado la ansiedad y que las conductas alejadas del orden se iban a la manía por la limpieza o bien al cachondeo. Observo también que los maníacos a veces lo son consigo (pero no cuentan con los demás) y a veces les sobreviene como una especie de afán policial y se irritan contra todo y contra todos. El complementario del maníaco egoísta (que es limpio para lo suyo pero sucio para los demás) es el cachondo provocador, que escupe en el Metro o se enjuaga con una Xibeca y luego reta al público y les llama fachas. Quiero pensar que la mayor parte de la población está en una actitud más centrada.

A pesar de que llevo 35 años trabajando en la Sanidad pública y en algunas ocasiones en puestos de trabajo que me permitían tener una visión comprehensiva comprensiva, no entiendo la razón de que días atrás se programaran tantas operaciones pendientes de la lista de espera quirúrgica. En mi entorno, mucha gente que estaba en la lista de espera fue llamada a operarse estos días. Si se veía venir el aumento de la presión en las UCI éste no es precisamente el mejor momento para operarse. Ni para un paciente ni para un hospital. Como digo, la decisión ─que seguramente fue política y no clínica─ me resulta incomprensible. Lo peor es que me temo que no lo es por mi ignorancia, lo que deja el terreno a teorías sobre la conspiración, cada día más numerosas. En la Sanidad pública siempre ha estado claro que su desmantelamiento siempre favorece a la privada. Pereza me da recordar las puertas giratorias.

El caso es que mi interés por el mundo se ha ido asimilando también al que tiene el mundo por mi o por mi forma de ver las cosas. No se trata de algo "personal", como se suele decir. Si el plan A era formar parte del mundo, de esa parte que ya de entrada no es el mainstream, finalmente he tenido que irme retirando. Dejo esta puerta, que también es una ventana, pero poco más. Sé, como ya sabía desde el principio del Álbum del tiempo, lo que cuenta mi opinión y lo que pesa mi complejo de Casandra. El plan B ha ido cobrando valor y el exilio interior, el jardín propio y su locus amoenus son mi realidad. Por lo menos por ahora. Así que gracias al plan B podré emplear mi tiempo en conocer la técnica de acuarela.

El poema de Sagarra se sale mucho del que a mi entender predomina en el libro, pero representa muy bien lo que siento cuando veo los últimos movimientos que he visto estos días, de muchos pakistaníes que aprovechan la crisis económica para pasar unas semanas en su país con su familia. Creo que los extranjeros solteros que teníamos en Barcelona sin que muy bien podamos saber de qué vivían, se fueron hace tiempo. Es comprensible, lo de los pakistaníes y bangladeshíes, porque además muchos de ellos vuelven con su esposa o van a una boda. Como van certificando obligatoriamente una PCR negativa, que no es barata, a algunos les empezaron a detectar positivos que han malogrado los viajes previstos. Yo misma, que pocas veces tengo la necesidad de viajar, he sentido la opresión por no poder salir de mi entorno. Pero en otras personas se manifiesta con impaciencia. Así que me doy cuenta de que soy como los picozapatos, que vuela bajo y despacito.


Picozapato rescatado de los bombardeos de 1944-1945 en Berlín


No crezca mi niño, 
No crezca jamás, 
Los grandes al mundo, 
Le hacen mucho mal. 
El hombre ambiciona, 
Cada día más, 
Y pierde el camino, 
Por querer volar. 
Vuele bajo, 
Porque abajo, 
Está la verdad. 
Esto es algo, 
Que los hombres, 
No aprenden jamás.
Por correr el hombre 
No puede pensar, 
Que ni él mismo sabe 
Para donde va. 
Siga siendo niño, 
Y en paz dormirá, 
Sin guerras, 
Ni máquinas de calcular. 
Diógenes cada vez que pasaba por el mercado Se reía porque decía que le causaba mucha gracia.
Y a la vez le hacía muy feliz. 
Ver cuántas cosas había en el mercado. 
Que él no necesitaba. 

Facundo Cabral, Vuele bajo

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