27.8.22

Posmolerdismo cuir

Madri servili, abituate da secoli
a chinare senza amore la testa,
a trasmettere al loro feto
l'antico, vergognoso segreto
d'accontentarsi dei resti della festa.
Madri servili, che vi hanno insegnato
come il servo può essere felice
odiando chi è, come lui, legato,
come può essere, tradendo, beato,
e sicuro, facendo ciò che non dice.
(*)
Ballata delle madri, Pier Paolo Pasolini



 través de una cuenta femrad de Twitter que sigo, me llegan los ecos de otras cuentas que dan a conocer el empuje hacia la normalización de cuentas pedófilas, zoófilas, etc. Pero la mayoría de las informaciones tienen que ver con las tendencias transqueer de moda. Por ejemplo, gracias a esta cuenta terf (trans-exclusionary radical feminist), he sabido de la participación de una niña transexual de 10 años en la New York Fashion Week. La niña transexualizada va maquillada, responde a la imagen estereotipada femenina y trabaja para una marca trans. Es decir que está "integrada" a un sistema que tal vez no es el sistema que en algún momento fue el predominante, pero que no deja de ser un marco o un molde donde ella, aunque sea transitoriamente, se creerá aceptada y a sus anchas.

Mi posición en este tema lleno de aristas y de resbalones es exactamente la que se deja ver en la cuenta de @redindomitable. Transcribo uno de los hilos de esta cuenta porque es muy ilustrativo:

"Había una vez una sociedad tan homófoba y sexista, que trató de modificar la orientación sexual de gays y lesbianas con electroshocks, palizas, violaciones correctivas y demás salvajadas. Cuando vieron que torturarlos no funcionaba, decidieron buscar otra alternativa + 
Tras poner a trabajar a sus mejores especialistas en sexismo rancio llegaron a una conclusión ¿Y si en vez de intentar cambiar su mente intentamos cambiar su cuerpo para que la pluma no se les note y no nos moleste? Hicieron números y vieron que además es un negocio rentable + 
Y pensaron, no podemos decirle a la sociedad que queremos castrar y convertir en pacientes de por vida a todo aquel que nos de grima, habrá que venderlo como algo progresista porque si ya no les parecía bien un electroshock, qué dirán de amputar pechos y penes + 
Acordaron darle a esta terapia de conversión un aire místico para tapar el hedor a homofobia y sexismo que desprendía. Hablaremos de una esencia, de un alma que se cuela en un cuerpo equivocado, de un error de la naturaleza a subsanar + 
Diéronle entonces categoría de fe posmoderna, sabedores ellos de que quienes creen en aquello que no se puede demostrar, son fiel rebaño y dispuestos reclutas para guerras santas. Ya solo faltaban los mantras. + 
Qué sería de una religión sin un buen mantra, necesitamos los nuestros, pensaron, que permitan a nuestros acólitos propagar la fe y apelar al no debate. Unas buenas armas de distracción masiva que impidan ver que en el fondo estamos castrando homosexuales y críos con pluma + 
Y así repitieron sin cesar que las niñas tienen pene y los niños vagina, hasta que la sociedad acrítica lo asumió como cierto. Los padres que detestaban que su hija no fuera su princesa sino un dolor de cabeza, abrazaron el dogma llenos de esperanza, es un niño + 
Y así esa pobre cría rebelde al estereotipo y desobediente al sexismo acabo creyendo que es un chico, mutilando su cuerpo y convirtiéndose en paciente de por vida para parecerse a lo que nunca será, en una maratón clínico farmacéutica sin fin hacia ninguna parte. + 
Y todo porque una sociedad homófoba y sexista hasta la médula aceptó como cierto que hay comportamientos de chica y comportamientos de chico, y que si no cumples a raja tabla con el rol que se te asigna hay que rehacer tu cuerpo para que encajes en él. Terapias de conversión 3.0"
@redindomitable (https://twitter.com/redindomitable/status/1562708865682407425?s=20&t=h36ab75AF3bRR1E3JLi67g)

Es decir, que en definitiva, lo que podría parecer libérrimo no deja de ser el colmo de la sumisión al sistema, por irreconocible que parezca. La obsesión con los genitales y con algunos estereotipos machistas parece diáfana para la mayoría de las personas que como @redindomitable o @amanda49802476 o @madredetrans03 son capaces de analizar rectamente el negocio cuir y desentrañar lo que al final resulta evidente: la misoginia. Detrás o encima de todo el ruido cuir hay odio a la mujer. Que las mastectomías y otras amputaciones, que los tratamientos hormonales de por vida, sean lucrativos para la industria del "cuidado" (¡!) del cuerpo, no es un asunto menor.
Los progres ven todo este jaleo como lo más de lo más de la libertad, ya digo, cuando en realidad es una forma de sometimiento perversa. Que se haga con niños y niñas, incluso invocando la disforia y el suicidio adolescente, nos indigna y escandaliza. No se habla apenas de los casos de destransicionados, que pretenden "volver" a la precariedad de una identidad sexual sin cirugías ni alteraciones metabólicas, algo que visto desde esta orilla parece irreversible.
El tema tiene muchos flecos (los trans en el deporte, en la moda, en los derechos laborales, etc.) pero mi intención era simplemente amplificar lo que me encuentro en las redes, que no sé si tiene suficiente difusión o que se percibe como opuesto a las libertades y a los derechos sexuales, cuando es el último reducto de la honestidad ideológica.
No es baladí que el término empleado para el odio o el miedo a las mujeres sea "misoginia" en vez de "ginofobia", que sería el equivalente o simétrico a otras fobias que sí se esgrimen habitualmente. 




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(*) 
Madres serviles, habituadas desde siglos a agachar sin amor la cabeza, a transmitir a su feto el antiguo, vergonzoso secreto de conformarse con los restos de la fiesta. Madres serviles, que os han enseñado cómo el sirviente puede ser feliz odiando a quien está, como él, atado, cómo puede ser, traicionando, dichoso y seguro, haciendo lo que no dice.