19.6.22

Post 1772: Santa Clotilde de Lloret de Mar


iguiendo con la serie de jardines históricos, me refiero hoy también al de Santa Clotilde en Lloret de Mar, desde donde se puede ver la Cala Boadella en plena Costa Brava. Lo primero que habría que decir es que es una jardín que se puede visitar durante todo el año. Aunque eso mismo podríamos decir de todos los jardines, en este cobra especial valor por el hecho de que lo constituyen en su mayoría árboles de hoja peremne: cedros, pinos, cipreses y alguna encina son su principal arbolado. En algún caso le encontré un gran parecido con El Capricho pero es por lo que tenía de inspiración italiana supongo. La cuestión sin embargo, y me cuesta admitirlo, es que el conjunto de los cipreses, el césped y los agapantos, me lo hacían muy parecido. 

Las especies arbóreas son muy perfumadas, o lo son de una forma agradable y que al lado del mar forman el famoso "marco incomparable" cuyo aroma no se puede apreciar en las fotos más que por sugestión. Nicolau Rubió i Tudurí empezó el año 1919 las labores de construcción, para el Marqués de Roviralta y su primera esposa, Clotilde.

Jardín de Santa Clotilde en Lloret de Mar (Fotografía: Marta Dominguez Senra)

Jardín de Santa Clotilde en Lloret de Mar (Fotografía: Marta Dominguez Senra)

Jardín de Santa Clotilde en Lloret de Mar (Fotografía: Marta Dominguez Senra). Glicinas y camelias

Desde el Jardín de Santa Clotilde en Lloret de Mar, Cala Boadella

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Césped y agapantos (las verdes praderas y los lirios del campo)


stos días atrás pude hacer un viaje relámpago a Madrid simplemente para visitar El Capricho y las salas del Museo del Prado sobre el siglo XIX. 
Hacía tiempo que tenía muchas ganas de visitar El Capricho, construido entre 1787 y 1839 para los Duques de Osuna, en el actual distrito de Barajas, en Madrid. El jardín tiene un estilo ecléctico, no tanto porque lo proyectaron 3 jardineros, que eran franceses, sino porque adoptaron ideas de los típicos jardines inglés, italiano y francés.
A mí me recordó, y no solo por las folies, a nuestro Jardín del Laberinto (1794-1908). Como El Capricho pasó en la decada de los setenta al uso público, pero la concepción se debe a un italiano que reunió conceptos románticos y neoclásicos. El parecido es inmenso, aunque hay que decir que el barcelonés es más pequeño ─como lo que va de una duquesa de Osuna a un marqués Desvalls─  y tiene muchos elementos que aun siendo clásicos inspiran una carga esotérica.
El parque del Laberint de Horta no tiene césped, mientras que el de El Capricho sí. Aunque ahora los agapantos y el césped abundan en todos los jardines y parques, los agapantos no llegaron a Europa hasta el siglo XVII. Se encuentra entre el conjunto de láminas que le dedicó Pierre Joseph Redouté a Les liliacées, cosa que lo demuestra fácilmente. Otra cosa es el césped, que yo quiero pensar que no se encuentra en los jardines históricos italianos. Ahí dejo la pregunta. Las verdes praderas
Es una lástima que El Capricho no pueda abrir entre semana un día, que solo se abra los festivos y los fines de semana, porque eso hace difícil visitarlo desde otras ciudades, y más caro.
 

El abejero de El Capricho de la Alameda de Osuna

Dos granados enmarcados por un castaño y un roble (El Capricho de la Alameda de Osuna)

Dos granados de El Capricho

Lámina de Agapanto de P.J. Redouté

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