"Es obvio que una cosa es la humanidad y otra bien distinta el público-masa,
ese conjunto de seres que han dejado de ser hombres
para convertirse en objetos fabricados en serie, moldeados
por una educación estandardizada, embutidos en fábricas y oficinas,
sacudidos diariamente al unísono por las noticias
lanzadas por centrales electrónicas, pervertidos y cosificados
por un «arte» de historietas y novelones radiales, de cromos
periodísticos y de estatuillas de bazar. Mientras que
el artista es el único por excelencia, es el que gracias a
su incapacidad de adaptación, a su rebeldía, a su locura,
ha conservado paradojalmente los atributos más preciosos
del ser humano. ¿Qué importa que a veces exagere
y se corte una oreja? Aun así estará más cerca
del hombre concreto que un razonable amanuense
en el fondo de un ministerio. Es cierto que el artista,
acorralado y desesperado, termina por huir al África o a
las selvas de Misiones, a los paraísos del alcohol o la morfina, a
la propia muerte. ¿Indica todo eso, por ventura, que es él quien está deshumanizado?"
Ernesto Sábato, El escritor y sus fantasmas
A este texto de Ernesto Sábato habría que añadir solo que se publicó el año 1963, y este dato lo que añade es frescura, porque es todo acertado y vigente. La sensación que hay desde algunos rincones de la masa es que todo está tremendamente estandarizado en la forma en la que Sábato lo juzga.
l domingo pasado fui al Cementerio de San Andrés en Barcelona y pasé por donde descansan los restos de la soprano
Montserrat Caballé (1938-2018). Es el nicho donde están también los restos de sus padres y los abuelos paternos, Abundio y Bibiana. Es modesto, discreto y siempre se muestra limpio. El marido de Montserrat Caballé falleció el año 2022 y está enterrado en Villarroya de la Sierra, su pueblo natal.
El nicho de la gran soprano pasa totalmente desapercibido, cosa que es de mi agrado. Hasta la fecha de hoy no se le ha concedido una calle en Barcelona, porque según la normativa tienen que pasar 5 años tras la muerte del homenajeado. Sin embargo, en Tarragona ya tiene calle. Parece que por una propuesta de cuando aún no era alcalde, de Jaume Collboni, se les dedicará en la Plaza de las Glorias Catalanas una calle a Freddie Mercury y otra a Montserrat Caballé. La idea es buena, aunque habrá que añadir que está impulsada por la simpatía y el apoyo a la diversidad sexual tanto o más que por la música.
Tal vez Sábato se dejó en su texto sobre la deshumanización el factor de distorsión que establecen las simpatías ideológicas y el éxito que se ve favorecido por el escándalo. Por la simpatía de género, de ideología, de identidad en general, se crían apoyos incondicionales y hasta irracionales a obras menores. El letrero de la Semana Santa sevillana de Salustiano García ha suscitado una polémica que pronto se olvidará pero que hace ruido. En el letrero, donde se representa a su hijo como El Cachorro, Cristo es mostrado con una postura y estética afeminada, o habría que decir elegetebeí. Aquí hay que detenerse para matizar que ni una mujer ni un homosexual tiene que identificarse con ese posado.
Se han difundido cuadros precedentes del mismo pintor donde se representan niños con un cierto aire pedófilo o con una carga pedófila que no se le escapa a nadie. Son cuadros donde hay un fondo sólido rojo, que recuerda vagamente a los fondos de algunos retratos de los maestros flamencos e italianos del Renacimiento. Las figuras quedan recortadas sobre ese fondo que casi se las come y son retratos realistas con alguna afinidad por los modelos publicitarios. Como dijo Goethe, el color rojo no se olvida.
A este letrero de Semana Santa, que se ha difundido tanto que me excuso de republicar, se le pueden achacar defectos o excesos desde el terreno meramento artístico, pero nos podemos limitar a otras dos cuestiones: 1) que ofende el sentimiento religioso, y 2) que cualquier cuestionamiento sobre este letrero será tildado de homófobo.
La contrapartida de la idolatría es la iconoclastia y de hecho se retroalimentan. Los simpatizantes del lobby elegetebeí además preferirán una obra menor que alimente la polémica y la rabia a cualquier otra obra que presente otros valores o cuyo valor sea intrínseco.
Nicho familiar donde están los restos de Montserrat Caballé (1933-2018)
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Dedico estas reflexiones a mi amigo recientemente fallecido, José Luis Montfort Llabinés, al que este blog debe el subtítulo de Locus amoenus y tantas cosas. Luis era un hombre enciclopédico, y un tratado de Medicina andante, además de por ser médico, especialista en Neurorradiología y en Medicina Interna, porque tuvo alguna que otra enfermedad. Con él supe que la paella se puede hacer con garbanzos y chorizo, a pesar de la estúpida polémica en X. Se podía hablar con él de cualquier cosa no solo por sus conocimientos sino porque no se imponía límites y su clara atención era psicodélica, alegre, generosa, simpática. No hace falta añadir que nació en Valencia. Me gusta poner motes y le puse el de "Monfortedro". Fue cuando supe que tenía 3 tallas de ropa en su armario, incluso de smoking (porque fue un gran aficionado a la ópera), dado que aumentaba y disminuía de peso en ese margen. Que Dios lo tenga en su gloria.