29.6.15

Post 1243: Hahéuiah

[...] Je trouve ridicule au fond qu'un homme de son intelligence souffre pour une personne de ce genre et qui n'est même pas intéressante, car on la dit idiote», ajouta-t-elle
 avec la sagesse des gens non amoureux qui trouvent
 qu'un homme d'esprit ne devrait être malheureux que pour une
 personne qui en valût la peine; c'est à peu près comme s'étonner
 qu'on daigne souffrir du choléra par le fait d'un être aussi petit que le bacille virgule
Marcel Proust, Un amour de Swann (Du côté de Swann), À la recherche du temps perdu.
(*)




iene Hahéuiah un papel entre los 72 ángeles de la guarda que nos cuidan. Este trono tiene como especialidad los robos. Se dice en las páginas esotéricas al uso que los nacidos en la semana de su dominio (que es mi caso) son sinceros y sienten la injusticia. Algo de eso será verdad, aunque ya digo desde este momento que la injusticia la mayor parte de las veces es un producto de la ignorancia y otras del abuso. Sin embargo, la falta de sinceridad siempre me ha repateado mucho. Y soy de aquellas personas que más prefieren una mala cara que una sonrisa hipócrita o que una sonrisa que me haga siquiera dudar de su autenticidad, para ser más exacta.
Pero Hahéuiah, que podría resultarnos recto, demasiado severo, parece que pertenece cabalísticamente hablando al pilar de la misericordia, que no es que esté opuesto a la justicia, sino que la corrige y atempera. Todas estas cuestiones se me escapan en gran manera y simplemente el tener que adquirir nombres raros ya me produce una pereza insuperable, pero me gusta pensar que en el día que yo nací el ángel de la guardia de ese turno era el ángel de la lealtad.
Perdonen que hable de mí, si no es que ya lo estoy haciendo siempre, de una manera inevitable, y que diga que no se me ocurre otra forma de amor o de afecto que no sea la lealtad. De hecho, estoy convencida de que -como dirían en el lenguaje de la gestión- mi fuerte y mi debilidad es precisamente ser leal. Pensemos en esos perros que a pesar de ser maltratados siguen obedeciendo a sus dueños, por viles que nos resulten. Esa condición a  veces la he lamentado en mi propio temperamento. Pensemos también en la cita traída de Marcel Proust, que nos recuerda como un bacilo puede causar estragos en nuestro cuerpo, como si no se tratara de un ser microscópico en el que no vale la pena reparar. Esa comparación de En busca del tiempo perdido es del todo magistral, porque nos recuerda como hay seres despreciables a quienes entregamos sin embargo nuestra atención y que nos pueden llegar a perturbar u ocupar intensamente. Eso no solo por un enamoramiento sino también en otras circunstancias. ¿Cómo puede ser que se nos cruce en nuestro camino y nos robe toda nuestra atención una persona que no la merece? Lo inteligente -usando la palabra que introduce Proust- sería no dejarnos llevar por alguien idiota o de escaso interés. Lo inteligente sería acercarnos a personas de interés, esto es, interesantes (no "interesadas") y ver de minimizar los daños y el tiempo dedicado a las personas idiotas y que no interesan. Veremos.

Gerhard Glück

__________

(*) "Ese pobre Swann –dijo aquella noche la princesa a su marido- sigue tan simpático como siempre, pero tiene un aire tristísimo. Ya le verás, porque ha dicho que va a venir a cenar una noche. En el fondo me parece ridículo que un hombre de su inteligencia sufra por una persona de esa clase, y que, además, no tiene ningún interés, porque dicen que es idiota”, añadió, con esa prudencia de las gentes que no están enamoradas y que se imaginan que un hombre listo no debe sufrir de amor más que por una mujer que valga la pena; que es lo mismo que si nos asombráramos de que una persona se digne padecer del cólera por un ser tan insignificante como el bacilo vírgula”. (Traducción clásica de Pedro Salinas).


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21.6.15

Meditating monkey

ecordarán un anuncio de Maxell que se dio en titular "Blown-away guy". Conoce muchas variantes, versiones y hasta parodias. En el original, del fotógrafo Steve Steigman, el sofá es de Le Corbusier y la copa de Martini. Parece que la versión del clip con la música cuya potencia era capaz de levantar una gran ráfaga de aire, en Reino Unido se sirvió posteriormente en vez de con la Cavalgata de Las Valkirias, con " Una noche en la montaña pelada" de Mussorgsky. Y he visto en algún vídeo que la copa en vez de ser de Martini es de vino tinto.
Hay otro anuncio también sobre audiocassettes que me parece que en España no se vio y que creo que puede datarse el 1987, en pleno apogeo del walkman. No conozco la canción que se supone escucha el macaco en su aparato. Recuerdo los walkman como los primeros aparatos que nos metimos en los bolsos y que tenían una cierta autonomía energética. Muy poca, porque iban con pilas (AA o AAA) y duraban poco. Con apenas uso el cassette empezaba a girar más despacio y ya no servía. Sin embargo, fue válido como avance de lo que luego sería el IPod y en general los dispositivos con mp3 y otros formatos mínimos. Los walkman permitían llevarse la música a todas partes, sin molestar, aislándose durante un trayecto, chutarse aliento durante una caminata o una carrera. En la actualidad cualquiera puede llevar una barbaridad de canciones en su tarjeta de memoria, por no decir nada del Spotify y otros recursos. Es posible oír el glissando de la Rapsody in blue de Gerswin trescientas veces seguidas sin que el soporte se resienta lo más mínimo, buscar una frase exacta de una de las 9 sinfonías de Beethoven en instantes, etcétera.
Y sin embargo nada más lejos de la idea del "meditating monkey" que ver un vagón de metro con prácticamente todo el mundo usando el móvil para el Whatsapp, Facebook, Twitter, Kindle, y todo tipo de servicios. Si hace un tiempo el walkman me evocaba la diálisis, pero en vez de renal auricular, ahora estos dispositivos usados así masivamente pero cada uno a lo suyo, me inspiran -tengo que reconocerlo- vergüenza. Cuando los monos están un ratito a lo suyo enseguida se quitan los parásitos los unos a los otros o se pelean o fornican. Nosotros somos más o menos igual, aunque no voy a decir en cual de las tres actividades clasificar el uso continuo de los celulares.
Como tengo el problema del "gusano de oído", aunque no siempre, evito escuchar música a través de auriculares, porque ya observé que la incidencia es mayor que oyendo la música con altavoz. Pero sí que los uso para escuchar puntualmente la radio o alguna grabación en uno de esos idiomas que pretendo practicar. También consulto el móvil en la calle para una aplicación que informa de la llegada del próximo autobús y los tiempos. Si veo que perdí mi autobús elijo el metro. Si recibo un mensaje lo contesto, siempre que sea fácil y lleve puestas las gafas. En otro caso no. Pero tengo la sensación de que a mi alrededor se usan los móviles frenéticamente. Pienso que algún día se cansarán.

Blown-away Man (Steve Steigman, 1978)


Anuncio del walkman de Sony ("Meditating monkey")

Aviso
De ahora en adelante no enlazaré los posts, tal y como venía haciendo, en LinkedIn y en Twitter. En mi experiencia he observado que si no lo hago recibiré menos visitas. Pero, sin caer en ser desagradecida, he observado que a veces me marcaban como "FAV" un post que apenas hacía dos segundos que había anunciado y que por lo tanto es imposible ni con la mejor técnica de lectura rápida que se hubiera podido no ya leer sino ni siquiera ver. Sé que entre mis followers hay personas que leen y que incluso publican aquello de "Lectura imprescindible...", "Magnífico artículo..." y "Excelente post de...", aunque por supuesto siempre es para referirse a otros escritores. Esto es legítimo y además natural, pero acabó mellando totalmente la confianza en mi impacto. Como ha pasado mucho tiempo como para poderlo aseverar, no se puede decir que no lo he intentado.
Por lo tanto, a partir de ahora estaré simplemente en el Álbum del tiempo y menos en los otros blogs que tengo abiertos en esta misma plataforma. Este es mi sitio principal y a pesar de que soy consciente de su escaso interés a mi me sigue interesando como el primer día.  

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20.6.15

Bochornos y sobornos

Summertime and the livin' is easy
Fish are jumpin' and the cotton is high
Your daddy's rich and your ma is good lookin'
So hush, little baby, don't you cry

One of these mornin's, you're gonna rise up singin'
you're gonna spread your wings and you'll take to the sky
But 'til that mornin', there is nothin' can harm you
With Daddy and Mummy, Mummy standing by
Don't you, don't you cry

Summertime, "Porgy and Bess" (George Gerswin, 1935)

uizás una de las últimas bien sentidas versiones de "Summertime" es la de Melody Gardot, pero no me atrevo a afirmarlo. Creo que no todo el mundo sabe que "Summertime" es una aria de una ópera situada en un barrio negro de Charleston (Carolina del Sur). La versión más conocida es la de Ella Fitzgerald, pero hay muchas y seguramente las seguirá habiendo. El aria la canta un personaje a un niño, su hijo, mientras lo acuna.
Ayer vi en la TV una entrevista a "Colita" de Cayetana Guillén Cuervo. Decía la fotógrafa, que después de haber visto bailar a Carmen Amaya no había visto nada igual, ni había sentido el flamenco tanto. La pude llegar a comprender. No solo porque yo también creo que Carmen Amaya era lo que se dice "auténtica" sino porque son, somos, muchos los llamados y pocos los elegidos. Lo de caer en gracia y ser gracioso es otro tema. La versión de Melody Gardot de "Summerime" es auténtica. Parece puro verano, cuando a la mayoría de la gente no les gusta el verano. Les gustan las vacaciones, la cerveza fría, las gafas de sol, pero mucha gente hace todo lo posible por atenuar hasta eliminar el calor o pretende llevar la misma vida todo el año.
El verano para mí empieza a ser agradable cuando pasa San Juan, porque ahora los días son demasiado largos, en paralelo a la época del año opuesta, hacia el solsticio de invierno, cuando los días son tan cortos y disfrutamos de poca luz aunque sea hermosa.
Si "Summertime" es una canción de cuna sin duda tiene que ser tranquilizadora. Por eso se le dice al niño que es verano, que los peces saltan y los campos de algodón están a rebosar, que papá es rico y mamá guapa. Pero en el escenario la berceuse resuena en medio de una realidad bien diferente, de pobreza y afanes.
Aunque parezca lo mismo, este efecto es una cosa y una muy otra es el de quienes justifican su mala conciencia adhiriéndose abstrusamente a ideas y causas lejos de su verdadera estirpe. No estoy diciendo que los pobres son buenos y honrados y que los ricos son malos y deshonestos. Estoy diciendo que lo mismo que ha habido pobres que se quisieron hacer pasar por ricos, también ha habido ricos que se han querido hacer pasar por pobres o que se han querido hacer perdonar haciendo ostentación de su denodado esfuerzo o un talento sobrenatural. Las cosas no son tan simples, sobre todo si tenemos en cuenta la gran abundancia de nuevos ricos y de neopobres. Al lado del nepotismo y los sobornos de toda la vida están los subvencionados de nuevo cuño.  El nepotismo y las subvenciones se pueden más o menos denunciar, los sobornos son mucho más opacos. En realidad es lo que más abunda. Hasta donde yo sé.
Por eso, aunque estemos entrando en el verano, me veo tentada de escribir una Dinámica del interser y los monológicos imperativos de Dick y Jane: un estudio de los modos psíquicos transrelacionales.


Calvin y Hobbes (Bill Watterson)

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La alegre primavera

From fairest creatures we desire increase,
That thereby beauty's rose might never die,
But as the riper should by time decease,
His tender heir might bear his memory:
But thou, contracted to thine own bright eyes,
Feed'st thy light's flame with self-substantial fuel,
Making a famine where abundance lies,
Thyself thy foe, to thy sweet self too cruel.
Thou that art now the world's fresh ornament
And only herald to the gaudy spring,
Within thine own bud buriest thy content
And, tender churl, makest waste in niggarding.
Pity the world, or else this glutton be,
To eat the world's due, by the grave and thee.

William Shakespeare, Sonnet I (*)

Ayer y antesdeayer tuve que estar por una de las partes más renovadas del Poble Nou. No conozco muy bien los límites de cada barrio de Sant Martí de Provençals, que es el nombre del distrito pero también del pueblo que dio origen a esta zona de Barcelona. De la misma manera que Tribeca o TriBeCa en Nueva York, se transformó en una zona cool y los antiguos edificios de almacenes se han transformado en las famosas viviendas llamadas lofts, se diría que el Poble Nou después de ver abandonadas sus muchas fábricas y talleres, transitoriamente convertido en lugar de copas a finales de los ochenta, con los Juegos Olímpicos conoció una transformación profunda. Ahora hay muchos solares, fábricas convertidas en equipamientos de entidades, hoteles de cuatro estrellas y una gran concentración de edificios modernísimos. 
Los que traje al post de hoy corresponden a los Hoteles Silken y Novotel. En la primera fotografía los dos edificios parecen dos láminas que el fuerte sol de la mañana realza en su fantasmagoria. Lo bonito de estas dos construcciones está en el hecho de que según desde que ángulo se vean parecen tener formas diferentes. No ya uno respecto al otro, por supuesto, sino en sí mismos. Es como si no tuvieran centro.
Si alguna vez dije aquí que las obras arquitectónicas básicamente difieren en las que invitan a entrar y las que no, se diría que éstas no. Como el Hotel Silken está muy cerca de la Torre Agbar y la polémica Plaza de las Glorias Catalanas, que ha quedado profundamente despejada del scalextric que la acribillaba, las vistas desde algunas vacaciones son atractivas. Se puede ver tanto desde el Silken como desde el Novotel el skyline del Tibidabo y la cara de la fachada central de la Sagrada Familia. 
La otra condición de muchos de los edificios de nueva planta del llamado distrito @22 es que creo que deliberadamente se han evitado las medianerías, esto es que los edificios están aislados, rodeados por el espacio. Y esto es definitivamente lo que más me gusta, aunque no sé si ocurrirá como ocurrió con otros planes urbanísticos. Estoy pensando en el Plan Cerdà, que originalmente tenía unos chaflanes muy amplios y patios interiores. Pero aquellos espacios se fueron rellenando y se construyeron los famosos sombreros, que alzaban los edificios dos y hasta tres pisos. Pero en principio el espacio siempre tiene una función loable, de respiro, y sospecho que de seguridad. Además, estéticamente, permite a los arquitectos destacar las líneas.
Estoy pensando en el Edificio Fluter, más conocido como Flatiron (Flat iron), de Nueva York, que destaca como un farallón en la Quinta Avenida con la calle 22. El Flatiron tiene más de cien años pero sigue siendo impresionante. Lo que me lleva a decir que lo que no me gusta del @22 es que si hay viejos no se les ve. Ni tampoco se ven niños. Como hay centros de estudios de grado y postgrado, equipamientos públicos, hoteles y negocios, vemos muchos turistas y muchos jóvenes. Es decir  que hay pocos miembros de lo que Josep Sala i Culell ha llamado la generación T (nacidos entre 1945 y 1965), creo que por venganza contra aquello de la generación X. Lo que no sé es si a este bloguero y a sus seguidores les gustará esa especie de mundo feliz, preconizado en tantas novelas de ciencia ficción, donde los niños nacen programadamente y todos son jóvenes.
En los años que pasé trabajando en el Hospital de Bellvitge, que no tiene Pediatria ni Obstetricia, había semanas que porque pasaba allí mucho tiempo y salía tarde, no coincidía con niño alguno. De repente, cuando me tropezaba con alguno o algunos, el impacto era muy intenso. Si se me habían olvidado los niños, si se me había olvidado que existían, de repente me daba cuenta de que seguían allí y su mera presencia me recordaba una buena parte del sentido de todo.
Y sin embargo algunas veces situaciones como las que intento explicar, el distrito @22, un hospital, nos hablan de una especie de segregación. Incluso se dirían que muchas fiestas son segregacionistas, que buscan en vez de incorporar a la gente apartarla, sea mediante los decibelios, porque en ellas corren toros en estampida o porque se echan tomates o pigmentos. En fin, ya lo han dicho los antropólogos: las fiestas son un sucedáneo de la guerra.

Hotel Silken y Hotel Novotel (Barcelona) (1)

 Hotel Silken y Hotel Novotel (Barcelona) (2)

 Hotel Silken y Hotel Novotel (Barcelona) (3)



Hotel Silken y Hotel Novotel (Barcelona) (4)

_____
(*) Traducción de Manuel Mújica Láinez:
De los hermosos el retoño ansiamos
para que su rosal no muera nunca,
pues cuando el tiempo su esplendor marchite
guardará su memoria su heredero.

Pero tú, que tus propios ojos amas,
para nutrir la luz, tu esencia quemas
y hambre produces en donde hay hartura,
demasiado cruel y hostil contigo.

Tú que eres hoy del mundo fresco adorno,
pregón de la radiante primavera,
sepultas tu poder en el capullo,

dulce egoísta que malgasta ahorrando.
Del mundo ten piedad: que tú y la tumba,
ávidos, lo que es suyo no devoren.

Traducció de Gerard Vergés:
Que es propaguin les belles criatures
perquè la rosa de l'encant no mori,
i, quant el temps mustigui les madures,
siguin els tendres fills recordatori.
Però tu, dels teus ulls enamorat,
nodrint la teva llum amb el teu foc
i mudant l'abundor en escassetat,
amb tu ets cruel, i dir enemic és poc.
Tu, que ets ara del món el fresc ornat
i anunci de l'alegra primavera,
el goig del teu capoll has enterrat,
i, avar, la teva bossa es desdinera.
Compadeix-te del món! Que, si ets voraç,
junt amb la tomba el món et cruspiràs.

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17.6.15

Propuestos y presupuestos

iento que hoy no me pueda entretener más que 20 minutos y tener que escribir aquí desde hace varios días así, a salto de mata, entre mis tareas domésticas, deberes sociales, compromisos adquiridos, plazos ineludibles, etcétera. Pero no puedo menos que dejar unos apuntes sobre algo que hace tiempo me voy encontrando y que exigiría un mayor detenimiento. El tatuaje que vimos lucir en su mano izquierda el otro día durante la investidura de Ada Colau como alcaldesa de Barcelona, al tercer concejal de la CUP (Josep Garganté) me recordó al que lucía Robert Mitchum en su papel como asesino en serie, el reverendo Harry Powell. Creo que Josep Garganté luce en su mano derecha la palabra AMOR tatuada a lo largo de sus cuatro dedos. Esa mano con la que destrozó una cámara de TV3 durante la huelga general de 2010. Tan poco me gustan los gestos, que ni a favor estoy. Tampoco en contra.
El gesto con el que Artur Mas, Presidente de la Generalitat de Catalunya, suele coronar sus faenas es el de las cuatro barras, que hoy también ilustra este pobre blog. Curiosamente, a bote pronto, yo diría que no ha cumplido ni una sola legislatura (4 años). Y ese gesto, por algo en lo que hoy tampoco me puede detener debido a mis múltiples ocupaciones, me recuerda al saludo vulcaniano de Star Trek más que a otros saludos a los que la política de masas nos tiene acostumbrados (el saludo nazi y el comunista principalmente). El mundo de Star Trek es apasionante y me zambulliría en él si no es por lo que llevo diciendo desde el principio del post y porque antes tendría que consumir todos los DVDs que tengo de las diferentes épocas de "Xena, la princesa guerrera". Creo que soy más de Star Trek que de Xena, pero si tengo salud todo se andará. Y habrá tiempo para todo.
Hace una semana pasé un ratito -a pesar de mis problemas para poder gestionar bien mi tiempo- con una conocida que lleva meses de baja por un trastorno crónico agravado e intratatable que le impide trabajar. Su padre es pensionista y ya tiene adquirido un 67% de dependencia (o 65%, ahora no estoy segura). El buen hombre vive lejos, en un pueblo, al cuidado y del cuidado de otra hija, la mayor, que percibe una pensión a causa de ser una enferma mental. Síndrome bipolar. Son independentistas. Viajan mucho: Etiopía, Costa Rica, Perú, Bolivia, Islas Maldivas. Nunca España.
Ya he tenido ocasión de decir aquí y no una vez sino por lo menos tres o más, que no veo mal que "la gente" -como se dice ahora- aspire a la independencia. Otra cosa es que se pueda. Que económicamente y socialmente esa aspiración esté respaldada y tenga futuro viable. La situación de mi amiga me recordó unas declaraciones que le oí una vez a Julia Otero en este mismo sentido. Y en que la solidaridad que se le quiere retirar a las regiones menos favorecidas o más empobrecidas de España  es un modelo que también actúa fractalmente o no en cada una de las regiones. Porque en Cataluña también hay pobres y podríamos decir "ah no, yo no tengo porque estar todo el día trabajando para mantener la sociedad del bienestar de los que están enfermos o son discapacitados psíquicos o físicos". Es decir, para que se me entienda -porque también he de suponer que los demás tienen tan poquito tiempo como tengo yo-: me importa lo mismo que un señor de 85 años quiera meterse en una residencia geriátrica municipal barcelonesa con piscina, taller de memoria y voluntariado que un parado alcoholizado de Moaña (Pontevedra). Borro lo de alcoholizado.
Pero por si esto pudiera estar mal explicado o mal entendido añado que quiero que las personas con aspiraciones independentistas, o no, pero con familias llenas de miembros que son una carga para la sociedad (y permítanme por las prisas esa expresión tan áspera) no nos estén "robando". El mundo de Star Trek o de Xena es más realista que lo que en sus delirios discurren las mentes de algunos soberanistas defensores del concierto y el procés. 

Siempre, siempre, cuando hablamos de las razones de las fronteras no hay más remedio que ir a las fronteras de la razón.

Josep Garganté i Closa. Tercer concejal de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona

Robert Mitchum  en "The night of the hunter" (Charles Laughton, 1955)

Artur Mas
Saludo vulcaniano de Star Trek

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15.6.15

Malvaloca (2)

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Albizia julibrissin (3 y 4)

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Ser humanos

"Al ego le gusta que la iluminación sea un logro
sobrehumano, sólo apto para los mejores,
pero la iluminación simplemente es dejar que surja
nuestro estado natural. Un estado de unión con la vida
que hay dentro y que hay fuera. Y en ese estado natural, que podríamos
llamar iluminado, hay atención y frescura,
alegría y vitalidad, ligereza y fluidez. En ese estado,
nos parecemos a un niño, o a un animal salvaje"
Julián Peragón, Meditación síntesis


Hace muchos años un médico me regaló un libro que se titulaba algo así como Las diez primeras horas con WordPerfect. Fue antes de Windows, claro. Y antes de la moda de los tips (diez castillos que hay que visitar, las doce razones para no usar coche, cinco formas de decir no sin que lo parezca, etc.) Ese libro lo usé de pe a pa, lo dejé y no me lo devolvieron, como me ha ocurrido con el 87,74 % de los libros que he dejado. Pero es cierto que a ese libro yo ya no le podía dar un segundo uso. Es un libro que hoy todo lo más tendría dos valores: uno sentimental, porque renovaría mi agradecimiento a Manuel Borràs Pascual, y otro histórico, porque me recordaría los rudimentos de un procesador de textos ya bastante avanzado pero que precedió a Word de Microsoft. A pesar de ser un prontuario utilísimo, tenía un propósito muy determinado y, una vez satisfecho, ya no podía ofrecer más respuestas.
Hay libros que se pueden y se deben leer varias veces. No me refiero a los libros de consulta o de referencia como lo eran los diccionarios. Me refiero a libros que se resisten a ser consumidos  porque su lectura nos va a ofrecer en cada momento lo que estamos preparados para recibir o asimilar.
Otra médica que también conocí en el Hospital de Bellvitge me dijo un día que leía los suplementos de color salmón de economía de la prensa aunque no los entendiera, como si en el fondo tampoco se entendiera el resto de las páginas de los periódicos y nuestro conocimiento fuera imperfecto siempre.
Esa reflexión me acompaña desde entonces y la revivo cada vez que me enfrento a textos difíciles o a tareas que exceden mis posibilidades, o siemplemente a materias a las que nunca me había intentando aproximar.
*
Hace un tiempo traje aquí La revolución del silencio de Consuelo Martín, filósofa que conoce la meditación advaita y que dirije talleres de meditación que pasan totalmente desapercibidos por su discreción en internet y otros medios.
El libro al que me voy a referir ahora se titula Meditación síntesis: 7 etapas para una meditación inteligente y su autor es Julián Peragón, antropólogo y profesor de yoga, y profesor de profesores de yoga desde hace veinte años o más. No es un libro para ser consumido. El libro lo constituyen 2 partes bien diferenciadas y me voy a reservar la segunda (sobre las etapas) para mi experiencia más íntima, por lo que solo voy a reseñar -es un decir- la primera, que trata sobre el sentido, la estructura, los preparativos y las actitudes de la meditación.
El apellido "síntesis" está en relación con la escuela que dirige Julián Peragón y su propósito de sintetizar las tradiciones orientales y occidentales, el pasado y el presente, la espiritualidad y la neurociencia. Así explicado el propósito puede inspirar que se trata de uno de esos batiburrillos con que nos encontramos a menudo y que no tienen ni mucho menos la elaboración ni el rigor o vigor que sustenta este texto.
Cuando traje a este pobre blog el libro de Consuelo Martín fue para referirme a la autoficción y ahora presente este otro desde ese mismo ángulo. Y ya que es mi intención solo transcribir un párrafo elijo este:
"Así que parte de nuestro tiempo lo dedicamos a recontar las historias viejas y a acomodarlas mejor para que hagan menos daño y para exorcizar las culpas y las pérdidas, o bien para contar las ganancias y realzar las victorias. La otra parte del tiempo lo dedicamos a escudriñar el futuro, ese tiempo por venir que desasosiega porque apenas puede ser controlado."


Naturalmente hay muchos más párrafos que podrían ser extraídos del libro y descontextualizados sin que por ello perdieran valor alguno, pero por respeto al trabajo de los editores, me limito a la cita que he reproducido al principio y a la segunda.
Para las personas que necesitamos calmar la mente y reposar en medio del torbellino de ideas y ruidos de que nos rodeamos, este libro es ideal para orientarse bien en los aspectos más prácticos (cómo sentarse, por ejemplo) sin perderse en hopalandas, mantras, sándalos, inciensos y ritos. Éstos tienen su sentido pero no son el fin. Otros libros que he visto sobre meditación o eran excesivamente metafísicos para mi gusto o bien eran adaptaciones de libritos de divulgación con pautas (tips) a siglos luz de la realidad. 
Aunque alguna vez había meditado (en el sentido meditativo de la palabra, no en el reflexivo), es en el presente cuando se ha convertido en una necesidad. De hecho es imposible pensar correctamente si no hay una higiene mental como lo es la meditación. Higiene como lo es cepillarse los dientes ni más ni menos. Sin aspirar a la iluminación, a la que creo que cualquiera puede llegar y no precisamente a través del orgullo, me conformo -y no es poco- con encontrar un poco de paz y de claridad.
*
Cuando practicaba tai chi me contaron que en el lenguaje de signos de los sordos para referirse al tai chi el hablante desplazaba las palmas de las manos encaradas hacia el suelo formando un círculo imaginario. Un uroboros. Y es que en nuestra tabla taoísta al menos había convencionalmente 108 pasos pero el último nos situaba en el principio. Como el laberinto del rondeau cancretizante de Guillaume de Machaut, "Ma fin est mon començament", con un traqueteo muy peculiar. Pero cada tabla con ser igual era diferente y el eterno retorno lejos de desfondarnos nos alimentaba.




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12.6.15

The elephant in the room

"Banksy, en 2006, presentó su primera exposición en Los Ángeles en la que la pieza central era un elefante vivo decorado y un cartel en el que se podía leer. «Hay un elefante en la habitación que todos estamos ignorando que dos billones de personas están viviendo todavía bajo el umbral de la pobreza»."

En la exposición a la que refería el ABC de 2013, un elefante vivo de 37 años iba pintado completamente con maquillaje no tóxico para niños de color rosa magenta y dorado. Con todo, los activistas de la justicia animal consiguieron que el elefante fuera librado de ese tormento al segundo día de la exposición, cosa que me parece más que bien. Sin por ello despreciar la campaña, pienso que se podría haber conseguido lo mismo sin buscar ese efecto de parecido entre las paredes del decorado y el aspecto del elefante. Hubieramos entendido igual la idea, sobre todo los anglosajones, que tienen ese modismo -"Un elefante en el salón"- para referirse a problemas obvios de los que nadie quiere hablar por ser embarazosos o difíciles.  Un elefante en el salón no llega a ser un tabú ni tampoco el vestido nuevo del emperador, pero guarda relación, sobre todo por es esfuerzo denodado que se hace por ignorar algo cuyo silencio es atronador y no ensordecedor.
Supongo que a veces hay temas que se prefieren ignorar para ver si se "reabsorben" o esfuman en sí mismos. También puede ocurrir que lo difícil sea (Juan 8, 1-11) "tirar la primera piedra". Aunque con ella Jesús de Nazaret se refería al linchamiento de una mujer adúltera. Está claro que es o era difícil distinguir qué piedra había sido fatal y entonces el castigo quedaba repartido entre todos menos el ejecutado, que lo recibía multiplicado y prolongadamente. Supongo por el contrario que si alguien señala el elefante en el salón lo que se suele hacer es también ignorarlo o darle a entender que el elefante solo lo ve quien dice verlo. Es un problema de pereza, de cobardía, pero también de no saber si podremos manejar lo que puede llegar a continuación de abrir un tema. No es indiferencia.
A veces es difícil decir en el momento oportuno y con palabras adecuadas algo que no empeore las cosas cuando ya son complicadas. Yo creo que vale la pena intentarlo. Y es que un elefante africano puede llegar a pesar más de 6000 kilos.

Viñeta de Dan Piraro (Bizarro)

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9.6.15

Jacaranda y hospital

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Moradas y nonadas

Las pantuflas" de Samuel Dirksz van Hoogstraten siguen resultándome sugerentes. Hace 3 años me quedé con las ganas de colgar una copia en el blog, aunque sí puse la de "El corredor", cuadro  con el que guarda ciertas similitudes. Cuando era pequeña me gustaba tirarme por el suelo para ver el techo tan blanco o vivir debajo de una mesa y también me gustaba descubrir algún escorzo de la cocina desde el comedor o ver como la luz transformaba las sombras o se posaba en algún brillo. También me subía por las paredes (porque teníamos un pasillo que me permitía treparlas con los riñones apoyados en una pared y los pies en otra) y así me pasaba horas, sin que aparentemente a mis padres esto les inspirara preocupación alguna. Y veo aún que sigue habiendo chiquillos que en cuanto se tropiezan con un elemento urbano que se puede escalar o del que se puede uno colgar, no dudan en probarlo.
En casa hay una sucesión de tres piezas que se presta a pretender hacer una variación fotográfica de "Las pantuflas".  En mi caso serían unos chanclos de piscina, azules. El cuadro de van Hoogstraten insinúa  que una mujer, en plena dedicación a las tareas del hogar, las abandona. Y todos cuantos analizaron el cuadro dicen que en la escena, además de un fascinante ejercicio de perspectiva se ofrece una sutil lección de moral que da a entender que la mujer de la casa ha abandonado sus obligaciones por algún escarceo amoroso: la escoba dejada, las zapatillas que indiscretamente hacen patente su ausencia y un libro dejado sobre la mesa como dando a entender una lectura interrumpida. Las llaves colgando en el ojo de la cerradura no son insignificantes. Al final es a través de ese punto por donde se guarda la pieza, y los goznes son la frontera entre una parte más de batalla y otra más privada.
Seguramente los mismos elementos aunque con diferente apariencia están en todas las casas de todas las tradiciones que en el mundo son. En la casa japonesa tradicional el espacio más íntimo es el opuesto a la entrada y da a un jardín que no se puede ver desde el exterior. Las mamparas que se suceden de fuera adentro van señalando los espacios. La casa romana patricia o no tan patricia tradicional rodeaba un patio que tampoco se podía ver desde el exterior. Era un exterior interior.
¿Cómo sentirán las personas llamadas "de mobilidad limitada" su  espacio habitual? Conozco personas que por problemas de salud severos hace años que no salen de sus casas o apenas han salido para ir al médico ¿Cómo sentirán el espacio público? ¿Como un medio hostil lleno de peligros y sobresaltos, ruidos?
Cuando aún predominaban en Barcelona los pequeños comercios, esas tiendas eran una especie de lugar intermedio entre lo público y lo privado, porque eran algo conocido con lo que se guardaba una cierta familiaridad y se establecía un trato de confianza. No sé si establecer una relación, ni que sea sintáctica, entre ese estado de cosas y haber estado a cambio en casas donde parece que no vive realmente nadie. O que los que viven están como en un decorado que bien podría ser de una película de televisión o de un catálogo de Ikea. Un "hogar" es algo que parece estar en franca decadencia, algo sin mucho sentido y que cada vez más tiene que ver con un sofá y cuatro cosas más. Entre las familias desestructuradas, los horarios irreconciliables con la vida, la vida social fuera y lejos del núcleo familiar, el turismo y demás, el domicilio acaba siendo todo lo más una especie de unidad de consumo y la tabla de salvación de sus componentes más débiles o dependientes.
Hay días que cuando una regresa a casa cierra la puerta como si afuera hubiera un monstruo voraz e imprevisible, terrorífico y muy agresivo dispuesto a reventar los quicios. Y una vez en casa estoy segura no de no me va a pasar nada malo pero sí de que muchas cosas que por ahí ocurren las parapeta mi puerta y su llave y estoy no como in utero pero sí a salvo y además en la intimidad.
Es curioso el parecido de íntimo (lat. "en el interior") e intimidar (lat. "producir miedo") o tímido (lat. "temeroso"). La semana pasada en un programa de Julia Otero en Onda Cero hablaban de la humildad pero hallé que muchas veces la confundían con la discreción. Por ejemplo, Amancio Ortega en principio yo diría que es discreto pero no diría que es humilde, aunque puede que lo sea, que no lo sé. También hay personas a las que les resulta difícil distinguir entre timidez y vergüenza, que se usan muchas veces indistintamente. Ahora mismo no sé, ni me importa, si la verecundia latina era una virtud. Creo que sí. Y está asociada al hecho de ruborizarse. El rubor se ha explicado por ahí como una forma que tiene la naturaleza de mostrarnos a otras criaturas con las que podemos intercambiar información genética como seres pudorosos y por lo tanto fiables.

"Las pantuflas" de Samuel Dirksz van Hoogstraten


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8.6.15

El verdecillo

"Journalism is printing what someone else does not want printed.
 Everything else is public relations."
George Orwell

a me dijo una conocida aficionada a la Astrología que éste no sería un año tranquilo y la verdad es que, con Astrología o sin ella, puedo decir a estas alturas de lo andado que tiene razón. Es un año bastante movido. 
En lo político estamos asistiendo a pactos ajenos que nos avergüenzan, cuando en realidad -tal vez no de forma tan masiva- esto de los pactos lo teníamos al menos en Cataluña ya hace lustros. La cosa se dirimía por sectores ("vosotros os quedáis la Sanidad y nosotros la Enseñanza", por un decir) y casi no nos enterábamos los ciudadanos de a pie. Para la gente de bien o básica, sin entrar en si pactar es decente o no, estos trapicheos nos decepcionan bastante. Y llevan a pensar no ya en los votos útiles sino en lo que es peor, en la inutilidad de votar. Me cuesta comprender la intervención de Felipe González en la república de Venezuela, mientras el actual secretario general del PSOE mira de nivelarse con Pablo Iglesias Turrión. A pesar de que mis conocidos afines o afiliados de Ciudadanos abominan de cualquier queja que he hecho hasta ahora sobre la debilidad y desintegración del partido socialista, como origen o muestra de muchos de los males en España, sigo pensando que a todos nos iría mejor con un PSOE "recompuesto y reconciliado". Adopto el lenguaje del ex-Presidente por pura pereza, no por reprocharle nada.
No solamente me dejaron de interesar los "analistas" o opinionólogos que hasta hace bien poco escuchaba en la radio sino que además empiezo a pensar que saben poco, que no lo saben, que hay mucho barro en las ondas y que es cierto lo que dijo Orwell ("Periodismo es imprimir lo que alguien no quiere ver impreso. Todo lo demás son relaciones públicas").  No sé si Orwell se refería al autobombo bien temperado o al mercantilismo, que es otra cosa, pero en cualquier caso me ha dejado de interesar el periodismo predominante, el de impacto. Para el de investigación parece que no hay tiempo ni dinero.
El sábado tenía mucho trajín, el tiempo contado. Pero solo salir de casa me tropecé con un verdecillo medio vivo. Aunque me salió al paso, estaba además de medio vivo medio muerto y se dejó coger. Lo llevé a mi casa a sabiendas de que necesitaba beber, pero yo tenía mucha prisa. Le di a beber con una jeringa algo de agua. La bebió con ansia y allí lo dejé en la cocina, dentro de una fiambrera con un trocito de manzana. Hasta tres horas después no pude volver. Lo encontré acurrucado detrás de un grifo, pero observé que había mordisqueado la manzana. Intenté cogerlo para darle de beber otra vez pero el animal no se dejaba. Así que después de telefonear a una amiga veterinaria lo solté, le "di" la libertad.
He recibido tantas y tan buenas lecciones de los pájaros, de aquellas que no hace falta repasar, que no puedo estar más que admirada. De camino a la peluquería ya le había encontrado un nombre  al de la foto de hoy, Candelillo, cuando aún pensaba que era un jilguero. El sábado me impresionó en mi breve "maternidad" haberle "salvado" la vida a una criatura tanto como haberle "dado" la libertad. La libertad es tan importante como la vida. Y no merece la pena tener un Porsche (quien dice un Porsche dice lo que quieran) si es a costa de vender uno su tiempo, su naturaleza verdadera y su decencia. Empleo con menos complejos la palabra "decencia" desde que se la oí emplear a Emilio Lledó. Pero hasta de los filósofos dudo.

Foto de móvil. Verdecillo

P.S.: Seguramente este el el post más flojo de este pobre blog,pero se cansa una hasta de escribir. Total, después de enterarme de lo del efecto Mateo, ¿para qué matarse?

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