31.5.08

Lo dicho


Libro en hojas de palma

Juliet: "What's in a name? That which we call a rose
By any other name would smell as sweet."
W. Shakespeare, Romeo and Juliet (II, ii, 1-2)
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"Escribir es saber que lo que no se ha producido todavía en la letra no tiene otra morada". Jacques Derrida, Cómo no hablar.
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Es fácil a veces situar el lugar y hasta el tiempo en que nacimos por nuestros nombres. Evangelina, María Rosa, Paula, pueden muy bien representar tres generaciones consecutivas. Donde yo intento vivir no se les pone ya a los recién nacidos José o Carmen ni Josep o Carme, y ya no digamos Emerenciano, Eulogio, Perseveranda, Dolores, o Manuel. Lo mismo nos ocurre con los títulos de los libros, hay modas e incluso podría advertirse una curiosa y pétrea uniformidad. Hojeando el último catálogo de ofertas de un librero observo hasta regularidad sintáctica en los títulos: El palacio de la medianoche, Las luces de septiembre, El príncipe de la niebla, La Biblia de barro, La catedral del mar, Los pilares de la tierra, El búfalo de la noche, El árbol de las cuentas, La casa de los espíritus, El hombre del salto, etc. ¿Qué importaría decir a cambio El palacio de septiembre, La catedral de barro, La Biblia del mar, La casa de la noche, El búfalo de la niebla? Y sin embargo me gustan títulos como El corazón de las tinieblas, y no sólo porque sea de Joseph Conrad, y Los príncipes valientes, de Javier Pérez Andújar. Y también me gusta como título La emperatriz de los etéreos, que creo que es una novela juvenil, de Laura Gallego (que a su vez es joven).
Parece que los editores se afanan mucho en los títulos y presionan en ese sentido a los autores. De ahí debe provenir la homogeneidad:
"¿Cuál es la gran meta de un título?
¡Todo! Es lo primero que el lector potencial leerá, la línea que atrapará la atención de un editor o hará que deseche a una papelera el libro. [...]
"Hay tres grupos distintos de títulos:
El primero el de los buenos: los que llaman la atención, hacen que el lector coja el libro, mire la cubierta frontal, lo gire para leer la contracubierta" [...]
"Haga una lista:
Los nombres de los personajes principales.
Los lugares más importantes de libros.
Cualquier objeto o talismán que juegue un papel específico o relevante (La espada de Shanara)
Criaturas, animales, aliens, nombres.
¿Cuál es el propósito de su libro?
¿Es un viaje? ¿A qué lugar? ¿Para qué?
¿Está escribiendo acerca de un significado más profundo?
¿Se relaciona su libro con hechos actuales o temas populares?
¿Qué persiguen sus personajes? [...]
(Post del blog de Leucrota Press, en California)

Para nuestros vecinos del norte -¡esos bárbaros!- y para sus descendientes en América todo cobra sentido y orden cuando lo convierten en una lista, en una check list. Tras haber releído algunas de las recomendaciones del post aún me resulta más evidente el patrón que rige en los títulos de los libros de ficción actuales. Merecerían además sendos posts dos géneros muy formalizados que me son particularmente llamativos: las tesis que se defiende cada año en nuestra universidades y los manuales de autoayuda. Miro la base de datos Teseo de tesis y ahondo en mi ignorancia ante títulos que no entiendo del todo independientemente de cual sea su especialidad: 

HETEROMERIZACIÓN DE RECEPTORES DE ADEVOSIVA AZA, DOPAMINA D2 Y CAMBINOIDES CB1. IMPLICACIONES PARACOLÓGICAS Y FUNCIONALES


LA OBRA RELIGIOSA DE GERARDO DIEGO (VERSO Y PROSA)

DIALÉCTICA DE LOS CONCEPTOS EN LAS POLÍTICAS CONTRA LA POBREZA (BRASIL 1995-2002)

EL KITAB AL-ANWAR AL-SANIYYA DE ABU I-QASIM IBN YUZAYY: EDICIÓN Y ESTUDIO


ESTUDIO DE LOS PELOIDES ESPAÑOLES

PROBLEMA DE GYLDÉN-MESCERSKIJ EM CENÁRIOS PERTURBADOS. MÉTODOS E APLICAÇÔES


L' AJUDA HUMANITÀRIA DELS QUÀQUERS ALS INFANTS DE CATALUNYA DURANT LA GUERRA CIVIL, 1936-1930


MIKELETEAK ETA BIDELAPURRAK: GIZARTE KONTROLAREN ALDAKETAK GIPUZKOA TRADIZIONALEAN, 1688-1808


Me pasaría ratos y ratos consultando esa base de datos, porque me pica la curiosidad ver en qué se interesa la ciencia universitaria, que cada vez es menos universal. Seguro que hay más de una tesis sobre los títulos que se ponían a los volúmenes romanos con una etiqueta de pergamino que colgaba de ellos cuando estaban en los anaqueles. Seguro que hay una tesis sobre los anaqueles, otra sobre las etiquetas de pergamino y otra sobre los rollos.
Sin embargo, por el contrario, el alud de manualitos de autoayuda no me suscitan interés y me resultan tediosos. Un libro cuyo título contenga modos imperativos (Aplícate el cuento o Cuida tu espalda), me resulta además disuasorio puesto que soy una rebelde y siempre lo seré. Ese imperativo, lejos de inspirarme decisión o coraje me inspira desesperación. Es curioso como la regularidad mercantilista se reproduce en las fórmulas del éxito y de la espiritualidad etnoguay organizada: la última arenga sideral de Tenzin Gyatso, el reencarnado dalai XIV, que a lo mejor ni siquiera está escrita por él, se titula Los siete pasos al amor. Aparece en el catálogo que hojeo por la misma sección que otro producto que se le asemeja, bien mirado: Aprenda inglés en siete días. Siete pasos y siete días. También hay un manual para aprender chino que si no recuerdo mal tenía 164 páginas. Debe de ser un prontuario para optimistas. Pero si con las Recetas de cocina para inútiles se me hacía una montaña, no digamos el inglés y el chino. 
Hay un grupo de novelas cuyos títulos invocan directamente el crimen, la perversidad, la devastación y la miseria moral, la sangre derramada, las enfermedades y otros males horrendos: Crematorio, Desaparecidas, Out, Boca sellada, Huérfanos del mal, La voz del diablo, Insomnia, Desesperación, Maldad bajo el sol, Dos niñas vestidas de azul, La cuna caerá, C de cadáver, Ese dulce mal, etc. Tenemos en la Barceloneta una librería especializada que se llama "Negra y criminal" por si hubiera alguna duda.

Los libros modernos impresos nos eximen de los datos legales que conllevan, a no ser el ISBN y el D.L. Recordemos el primer Quijote, un libro que tenía tras la portada, la dedicatoria, el privilegio, la aprobación o aprobaciones que emanaban del poder civil, la licencia de la autoridad civil, la licencia eclesíastica, la aprobación del clero regular, la fe de erratas, la tasa, escritos en prosa de otros autores, poesías del propio autor, poesías laudatorias de otros autores y el prólogo. El "s.c.s.r.e." (Totum sub correctione Sanctae Romanae Ecclesiae) no hace tanto tiempo que desapareció de las portadas de los libros que garantizaban así su conveniencia.

En uno de mis tratados preferidos de la historia del libro, el de Albert Labarre, se lee:
"Comme les manuscrits, les primiers imprimés no comportaient pas de titre. Ils étaient désignés par les premiers mots du texte, l’incipit; cette absence d’"état civil" rend délicates la datation et la localisation de beaucoup d’incunables. On prit vite l’habitude de placer à la fin du volume une formule qui indiquait, en quelques lignes, l’auteur et le titre de l’ouvrage, le lieu et la date de l’édition, le nom de l’imprimeur; c’est le colophon (d’un mot grec qui veut dire: achever). [...] Le texte commençait dès le recto du premier feuillet. Comme cette page avait tendence à s’abîmer, certains typographes ne commencèrent a l’impression qu’au verso du premier feuillet. Puil ils furent amenés à imprimer sur le recto resté blanc le titre de l’ouvrage, abrégé en une ou deux lignes. Ensuite, l’espace resté vide sous le titre fut rempli par une illustration, le plus souvent la marque de l’imprimeur ou de l’éditeur" [...]
(A. Labarre. Historie du Livre. Paris: P.U.F., 1970 Què sais-je; 620, pág. 66 )
Es decir, que primero existió el colofón y más tarde su fue configurando paulatinamente la actual portada (que no cubierta) tal y como hoy la conocemos sin demasiadas variantes. Ahora nos parece de lo más natural, como si no pudiera ser de otra manera, pero es el resultado de una evolución. La otra gran historia del libro, la de Dahl, nos recuerda otro aspecto que a mi entender tuvo que influir mucho en la progresión del título del libro como identificador:
"Mientras durante la mayor parte del siglo XVI se siguió aún la costumbre medieval de colocar los libros sobre pupitres, se fue generalizando cada vez más el dar al local de la biblioteca la forma de una sala con estanterías a lo largo de las paredes, donde los libros se situaban en tablas; con frecuencia las estanterías se levantaban hasta el techo, por lo que fue necesario dividirlas por medio de una galería. Este sistema de construcción de bibliotecas en forma de sala, aparece por vez primera en el espléndido local contruído en la segunda mitad del siglo XVI para la biblioteca de El Escorial, en las proximidades de Madrid; pronto se convirtió en el modelo exclusivo, que no fue reemplazado hasta mediados del siglo XIX por sistemas más prácticos"
(S. Dahl. Historia del libro. Madrid: Alianza Editorial, 1972. El libro de bolsillo; 373, pág. 173)
Si no recuerdo mal en la película de El nombre de la rosa se ve en la escritorio monacal como los libros con los que se está trabajando se guardan en posición horizontal. La verdad es que eran muy pesados. No decimos cualquier cosa al recordar que una de las primeras bibliotecas del mundo en que sistemáticamente se colocaron los libros de forma vertical fue la de El Escorial. De ahí a repasar los lomos doblando la cabeza a derecha e izquierda repetidamente, no hay nada.
Detecto en los libros propiamente literarios y paraliterarios títulos que son propios de los libros de poesía. Luego están aquellos títulos cultistas o hasta pretenciosos que extraen su nombre de algún verso clásico, de los mitos o hasta del catolicismo. El poder y la gloria, de Graham Greene es uno de ellos. La pasión según Renée Vivien inspira más que el sufrimiento o el calvario, algo más ardiente, hedonista y libérrimo. Algo parecido pasa con el De Profundis, de Oscar Wilde, escrito en la prisión a Lord Alfred Douglas, donde la crítica ha visto un "arrepentimiento" que a mí me pasó totalmente desapercibido cuando lo leí en mi juventud y seguramente ahora también me pasaría desapercibido porque más bien lo que había era perdón. Proviene este libro de Wilde (el último que publicó) tal vez del salmo 130 (De profundis clamavi ad te), lo mismo que la poesía homónima de Lorca en Poema del cante jondo.
Estoy no por las fórmulas exitosas, como se ve, sino por lo que decía Rainer Maria Rilke: "Creo en lo que todavía no ha sido dicho". 

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27.5.08

Otras enciclopedias (2)

an acabado el edificio construido a cambio de aquel en el que yo viví la primera parte de mi vida. Le han puesto con gran prurito urbanístico a la puerta el mismo número que tuvo la nuestra, el 22. Tras las demoliciones sólo quedó en pie la bajada de la esquina, con su escalera, no la rampa por donde resbalamos con tierra y cartones. En esa escalera puede encontrar un punto de apoyo la memoria. A partir de esa escalera se pueden situar las coordenadas, reconstruir los escenarios donde transcurrió mi infancia. Bien se podría creer que allí no pasó nada, que por allí no pasaban los barrenderos, ni las mujeres volvían cargadas del mercado, ni se jugó a canicas o al churro media manga mangotero adivina lo que tengo en el puchero de mi abuelo. Nada hace pensar que hubo allí una tienda de hielo.
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Gracias a La voz del niño, en donde Gabriel Celaya recogió todo tipo de cancioncillas, ensalmos, trabalenguas, canciones de comba y gomas, es posible reconstruir algo aquellos años. Claro está que ese libro precioso no recoge la cancioncilla "Guamerú, Guamerú, llamando a Campamento Guamerú Guamerú", que se salmodiaba cuando se saltaba sobre dos gomas. Era una de mis preferidas. La otra era "Un gato se cayó en un pozo, las tripas le hicieron guá, arremoto pitipoto arremoto pitipá". Aunque nací en el barrio de Gracia, más concretamente en la Clínica de Lourdes (que después del baby boom pasó directamente a ser un geriátrico y ahora es una especie de residencia estudiantil para los de Erasmus), pues aunque nací en el barrio de Gracia, me crié en el Turó de la Peira. Tuve la suerte de ir a un colegio mixto y encima sin ningún patrón ideológico, donde lo mismo se rezaba el mes de María en mayo como nos ponían en un tocadiscos de vinilo a Serrat. Hasta tuvimos un profesor que nos llamaba por el nombre y no por el apellido. Jiménez. Como en el colegio se admitía a cualquier niño con tal que pagara, teníamos en mi clase hasta dos disminuidos psíquicos. Nos enseñaron muy bien las Matemáticas, y eso se nos nota. 

Castellers de Barcelona
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En la calle donde crecí y donde tantas veces me dejé la piel de las rodillas, había gente de Andalucía, de Asturias, de Castilla. Hasta había algunos catalanes, pero los menos, y apenas salían a callejear. Aunque después de la declaración de demolición progresiva por la aluminosis, se fueron derrumbando y construyendo otros bloques, todo está cambiado. En la actualidad hay muchos rusos, centroamericanos, sudamericanos y paquistaníes. Los vecinos de toda la vida son ancianos, nos hemos mudado o se han muerto.
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Pero ese es otro tema, el que yo perseguía hoy es el de una infancia llena de "ofertas culturales". En verano me enviaban al pueblo y allí las tijeras eran más grandes pero los vasos eran más pequeños. Pero nunca se me ocurrió comparar. Todo me parecía, y me parece, una oportunidad, una celebración, una ofrenda, un regalo, una sorpresa. La leche.
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La Historia también me gustaba, y me gusta, pero por una parte hay muchos historiadores demasiado terciaristas y por otra parte hay muchos historiadores que no son sugerentes. Entre los historiadores terciaristas circula por ejemplo un "dato" que se repite y se repite y se repite, pero que encima no es del todo verdad. Se dice que los Reyes Católicos expulsaron a los judíos de España y es verdad, pero también es verdad que antes, por ejemplo, habían sido expulsados de la Corona de Aragón. Hacia la segunda década del siglo XV si mal no recuerdo. Los judíos expulsados de Cataluña digo yo que se irían a Mallorca, a Castilla, o a Andalucía, o a Italia.
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Otra cosa que pasa con los libros de Historia es que se omiten datos (porque se obvian o eliden) o bien simplemente se omiten para dar más relieve a los que sí interesa destacar. Verbi gratia: éstos últimos días he estado buscando y buscando los castillos humanos de la India, pero no había manera de encontrarlos en internet. Hasta que se me ocurrió la frase "human pyramid", que sin embargo recuperaba las pirámides humanas que hacen las cheerleaders americanas, las de los forzudos del circo, las de los elefantes, etc. Finalmente di con las dahi handi, los castillos humanos que se elevan durante el Festival de Janmashtami, durante el cual se celebra el nacimiento de Khrisna. E incluso encontré información sobre las muixerangues (mojigangas) de Algemesí, en la Ribera Alta de Valencia, cuyo origen no es posterior a las fiestas de la Virgen de la Salud de 1724. Las muixerangues se imitaron en las comarcas tarragoninas a finales del siglo XVIII. Pero, explicado por la Enciclopedia Catalana, no se llegaría nunca a esa elemental conclusión:
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"La ciutat de Valls és considerada el bressol casteller per antonomàsia, malgrat que hom ha suggerit que l'origen dels castells es troba a la veïna vila d'Alcover, on hom té constància d'un casteller anomenat Cargol el 1789. El fet d'ésser Valls la població on arrelà amb més força el costum d'aixecar una torreta com a apoteosi del ball de Valencians, i també a causa de la popular composició de J.A. Clavé, Els Xiquets de Valls, han convertit la locució xiquet de Valls en sinònim de casteller. Amb tot, durant bona part del s XIX, prevalgué arreu el terme Valencians, mentre que el de xiquets de Valls és de mitjan segle." [...] L'increment de l'afecció pels castells al llarg del s XIX conduí a la formació de colles en altres indrets. Entre les més importants, cal citar la Moixiganga d'Igualada —colles del Traguetes i del Carinyo— i els Torraires de Montblanc, també amb colles Vella i Nova, la colla de la Mercè dels xiquets de Tarragona, constituïda per elements de colles anteriors i escindida en dues al cap de poc temps, i una colla a Gràcia formada el 1890 per immigrants procedents del Camp de Tarragona i el Penedès." [...] D'altra banda, cal destacar la proliferació de colles tant pel que fa al nombre com a la procedència: al principi del 1997 caldria comptar-ne una seixantena i esmentar la creació de les primeres colles a les comarques gironines, a Mallorca i a la Catalunya del Nord. [...] L'any 1998 es crearen colles catelleres a Querétaro (Mèxic) i a Castelar (Argentina).
[Traducción: La ciudad de Valls se considera la cuna castellera por antonomasia, a pesar de que se ha sugerido que el origen de los castillos se encuentra en el vecino pueblo de Alcover, de donde se tiene constancia de un casteller llamado Cargol ["Caracol"] el año 1789. El hecho de ser Valls la población donde arraigara con más fuerza la costumbre de levantar una torre como apoteosis del baile de los Valencianos, y también a causa de la composición de J. A. Clavé, Els xiquets de Valls, han convertido la locución xiquet de Valls en sinónimo de casteller. Con todo, durante una buena parte del siglo XIX, prevaleció por todas partes el término Valencianos, mientras que el de xiquets de Valls es de mediados del siglo. [...] El incremento de la afición por los castillos a lo largo del siglo XIX condujo a la formación de "colles" en otros lugares. Entre los más importantes se debe citar la Moixiganga d’Igualada –"colles" del Traguetes y del Carinyo- y los Torraires de Montblanc, también las "colles" Vella y la Nova, la "colla" de la Merced de los xiquets de Tarragona, constituida por elementos de "colles" anteriores y escindida en dos después de poco tiempo, y una "colla" de Gracia, formada el 1890 formada el 1890 por los emigrantes procedentes del Camp de Tarragona y del Penedès. [...] Por otra parte, hay que destacar la proliferación de "colles" tanto en número como en procedencia: en el principio de 1997 se podían contar una sesentena y mencionar la creación de las primeras "colles" en las comarcas gerundenses, en Mallorca y en la Cataluña del Norte. [...] El año 1998 se crearon "colles" castelleras a Querétaro (Méjico) y en Castelar (Argentina)].
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La web de los Castellers de Barcelona, abunda en la idea del origen vallense de los castillos:
"Los "castells" -palabra catalana que significa castillos- son una manifestación cultural propia de Catalunya, que consiste en levantar construcciones humanas. Los orígenes de esta tradición se remontan a finales del siglo XVIII en Valls, cuando las cuadrillas, llamadas "colles", empezaron a rivalizar en la construcción de diferentes tipos de estructuras humanas, como las que hoy conocemos. "
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Yo no sé si se puede hablar de los dahi handi de la India como precedentes de las mojigangas de Algemesí, y sólo me atrevo a señalar la cronología documentada de éstas respecto a los posteriores castells de Tarragona. Como en la India casi todo tiene 3000 años, está claro que los dahi handi de Mumbai y Pune no son catalanes ni valencianos, pero es algo que también habría que poder contemplar. Nunca se sabe.
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A cambio, me ha encantado la explicación llana y vivencial de María Isabel Gavina en su bitácora. Por eso escribo un blog.
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La Colla Vella dels Xiquets de Valls actuará el 15 de junio en Barcelona e iré a verlos alzar sus prodigiosas pirámides humanas si no surge ningún contratiempo. De un tiempo a esta parte hasta se calculan la disposición de cada uno de los sostenes, de las "manilles" y el "folre", la base o piña en forma de estrella, todo, con complejos programas matemáticos y de ingeniería del movimiento. Después de un desafortunado accidente hará tres años, todo "anxeneta" (niño o niña que sube el último y corona el castillo alzando su mano) lleva un casco en la cabeza. Entre los logros alcanzados en número de pisos y las novedades en la seguridad y en los algoritmos, y la retransmisión televisiva, la tradición se ve renovar cada día. Nada que ver con tirar cabras desde los campanarios. 


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22.5.08

Siete estrellas


Él ha hecho la Osa y Orión,
Las Pléyades y las Cámaras del Sur
Job 9;9
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omo hoy tenía un día muy tonto estuve vagando un rato por internet, buscando imágenes de Dubai, uno de los Emiratos Árabes Unidos, y particularmente del Hotel Burj Al Arab, uno de los hoteles más caros del mundo. Se alza 321 metros sobre una isla artificial a 280 metros de la playa, donde en ningún caso se refleja su sombra. Tiene 202 suites, la más pequeña de las cuales hace 169 metros cuadrados, por lo que se le suelen atribuir 7 estrellas. Uno de los restaurantes es el llamado Al Mahara ("la ostra") y es un espacio metido en un acuario de cerca de un millón de litros de agua de mar. Recuerda el Nautilus de Veinte mil leguas de viaje submarino, pero los comensales del Al Mahara ostentan en la publicidad una sonrisa tan sostenida que hace temer por una luxación maxilar irreversible.
Cuanto más miro las imágenes de Burj Al Arab más me gustan las estrellas de verdad. El lujo no me impresiona a no ser que consideremos que el espacio es un lujo. Porque el espacio sí que me impresiona. Pero los tiradores de oro y los restaurantes submarinos con sus tiburones y su cubertería de oro de 22 kilates de la India, las suntuosas escaleras de Carrara y el granito brasileño por donde se invagina el ascensor más rápido del Golfo Pérsico, no. No es que no me guste un Rolls Royce, aunque lo prefiera a una limousine de color perla, es que no me gustan las coches. Si acaso, paradójicamente, como mucho, me gusta el ruido que hace el motor de un Jaguar (pero no de los que han fabricado últimamente de 45000 euros, de precio "popular"). Hace unos años se veía a grupos de japoneses entrar en el Loewe de Paseo de Gracia. Todo a cien... mil. De hecho, aparte de japoneses no veía a nadie más. ¿Quién puede gastarse 4000 euros en un portafolios?

Años atrás había visto grupos de mujeres árabes a quienes se les reconocía no solo por su ropa, sino por la manera de comprar en las tiendas de modas. No es habitual ver gente que separa 30 bolsos, 40 pares de zapatos, casi sin mirarlos, y pide a la dependienta que los retire para que luego los pasen a buscar y pagar. Lo mismo podrían hacer en la joyería Suárez, que en Carolina Herrera, que en Montblanc o ante un abrigo de pelo de camello de Max Mara. "Póngame veinte". Percibes que no es cuestión de dinero. Eso sí que me gusta, y tiene que ver con una cierta magnanimidad y con la confianza en la "providencia" y la abundancia. No tiene que ver con la ostentación.
No me importaría estar una semana o diez días en el Burj Al Arab simplemente por ver el ambiente. Lo veo más factible que lo del bolso de piel de cocodrilo con mis iniciales en oro. Al fin y al cabo no se puede tener un solo bolso de cocodrilo o un único par de vertiginosas sandalias de Manolo Blahnik, pero pasar unos días en Dubai ni que sea de... ¿voluntaria? ¿por qué no? ¿Cómo se verán desde allí relucir las siete estrellas verdaderas del carro de la Osa Mayor encastadas en un cielo zafiro sin Bulgari?
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18.5.08

Otras enciclopedias (1)

"ALQUILER BALCÓN VISITA DEL PAPA
Descripción: Se alquila balcón para la visita del papa a Valencia. El balcón se encuentra a 200 metros del altar y tiene vistas parciales al mismo. L a capacidad del balcón es para 4 personas. El precio es de 3.000 euros y el pago por adelantado. Mari Luz 686-66-27-XX" (Anuncio)

"La casa de Julieta, que existe, con su balcón y todo, es la causa de que Verona sea la cuarta ciudad de Italia más visitada, después de Roma, Florencia y Venecia." (En el blog "Las fotos del señor marqués")

"En el centro de la fachada vemos el balcón central, llamado "balcón de las bendiciones" porque desde aquí el Papa imparte la bendición Urbi et Orbi (a Roma y al mundo) tras ser elegido y en 2 ocasiones cada año: el día de Pascua de Resurrección y el día de Navidad. Tras este balcón se encuentra un enorme salón, usado por el Papa para algunas audiencias y otros actos, llamado "aula de las bendiciones" (Wikipedia).

Tenía mi tía pequeña una Enciclopedia de la mujer en cinco tomos encuadernados en guaflex azul celeste. Diez tías tengo –me viven cuatro- y a la de la Enciclopedia de la mujer le llamo "la pequeña" por ser la más joven. Más incluso que mi prima la mayor. Supongo que le regalaron los libros para el ajuar y el caso es que los guarda en una chinera, tras las tazas de chocolate. La verdad es que en fregotear, planchar, lavar, escamondar, guisar, comprar y administrar la casa, no hay quien la gane. Me parece que la única de la familia que miró la Enciclopedia de la mujer más allá de los lomos a rombitos fui yo. Ni siquiera se la miró mi hermano, que se leía hasta los prospectos del optalidón. En la enciclopedia lo mismo encontrabas el orden de los cubiertos y las copas en la mesa bien puesta que la composición del canastillo de un bebé. La mujer a la que apelaba el título de los cinco volúmenes no coincidía con ningunas de las mujeres anónimas que desfilan por mis cinco volúmenes de la Historia de las mujeres coordinada por Georges Duby. Más bien se trata de una mujer modélica y estilizada. Una mujer-mujer, como dijera José Mª Aznar. Las fotografías de la enciclopedia recuerdan el modelo social que se luce en las comedias de Doris Day y Rock Hudson. Faldas de vuelo por debajo de las rodillas, bolsos Kelly, mangas tres cuartos y pantalones pitillo o leggies. A las mujeres que se ven pasando el aspirador o sirviendo el café a los invitados, les delata que son modelos la forma de apoyar los pies, la manicura, el crepado, y sobre todo la sonrisa.
Estoy casi segura de que mi tía pequeña, que hace unos callos a la madrileña de muerte, no fue a buscar nunca a la Enciclopedia el secreto del canard à l’orange, los síntomas de las paperas o ideas para tapetes. Mi primera enciclopedia (Universitas, de Salvat) estaba ordenada temáticamente y tenía una sección de "Vida familiar" análoga. Lo que más recuerdo, no sé por qué razón, es un apartado en donde se daban las pautas para hacer las presentaciones. Por ejemplo, se decía que había que presentar el más joven al más añoso, el hombre a la mujer y el que se consideraba inferior en rango al que se consideraba superior. También recuerdo que leí que al presentar a dos desconocidos debíamos introducirles un tema que tuvieran en común. Hace un mogollón de años que pongo en práctica estos consejos y siempre me ha ido bien, por lo que estoy empezando a reconsiderar el resto de la colección y hasta me voy a permitir comer el pollo con las manos. Lo del aspirador no lo veo tan claro, sobre todo si hay que caminar como si estuviera en una pasarela, con los pies a 45º hacia fuera e interponiéndomelos yo misma a cada paso a riesgo de caer estrepitosamente. De hecho, la fregona me va de perlas y una vez cada tanto, aprovechando algún trastorno hormonal pasajero, frego toda la casa de rodillas y así de paso hago abdominales.
En general parece que la cosa de la limpieza sigue en lo que los antropólogos –que alguna vez también tienen sus aciertos- llaman home training. Luego también tiene sus momentos de gloria en la publicidad en donde he observado que en los últimos años se ha pasado de la obsesión por el blanco nuclear en la colada a la neurosis por conseguirlo todo al momento y sin esfuerzo. Los otros frentes de la batalla diaria femenina parece que son, a juzgar por la publicidad, la regularidad intestinal, la lozanía, la amnesia y la retención de líquidos. Es un sinvivir.
Me pregunto, con perplejidad e indignación, cómo podemos preocuparnos las mujeres por cosas así cuando aún no se ha llegado a la técnica ideal para dejar como los chorros del oro las persianas encajonadas. Me pongo negra. Ya hace años que llegué a la conclusión de dejar las mías como estaban, por lo menos por fuera, que es por donde yo las veo menos. Una vez intenté limpiar la más grande, la del salón comedor, y cuando iba por la mitad y veía aquellos chorretones negruzcos como el rimmel de María Jiménez que se iban por el otro lado, me cayeron lágrimas de rabia y desesperación gordas cual garbanzos. Así que culminé la faena y me prometí que nunca jamás de los jamases perdería el tiempo con una cosa así. Las limpio por dentro y punto final. La persiana que más me gusta es la alicantina, la de lamas de madera pintada de verde rana que en un momento dado se puede extender como un toldillo o enrollar. Hasta su sombra es más fresca. Las persianas venecianas dan más para el Ensanche o la Diagonal, pero cogen mucho polvo y no sé si se pueden quitar del sitio y darles un remojón en el plato de la ducha con el chorro antivarices.
Dicho esto a modo de introducción, podemos por fin situarnos en el tema de hoy: la terraza, el balcón y la galería. La variedad es tan grande, que no es posible ni mucho menos alcanzar ni una tipología de lo más elemental. Así como podríamos decir que la cocina es el lugar del fuego y el baño es el lugar del agua, parecería que la terraza y el balcón es el lugar del aire. Y no lo digo por aproximarme al feng-shui, que por cierto no sé qué dice de los balcones. Yo no sé si los balcones sirven para tomar un respiro cuando asoman sobre una avenida de cinco carriles de tráfico rodado incluyendo el de varias líneas de autobús, o cuando sirve para salir a fumar y no ahumar las cortinas.
Lo que me gusta de ir en autobús es que puedo ir mirando los balcones y las terrazas. Permítaseme esta distinción sobre todo cuando hay personas que aunque apenas tienen un balcón dicen tener una terraza. En Barcelona tenemos ventanas, balcones, terrazas y galerías. Y hecha esta diferenciación redicha, ahí entra todo. Hay terrazas que parecen la cubierta de un yate, mientras que otras recuerdan el jardín de un reloj de cuco. Hay balcones tipo patio cordobés y los hay como las verjas acaracoladas de Triana. Últimamente se ven muchas yucas, ficus y peseteras. Hay quien pone un par de macetones azul cobalto con su par de cipreses o bojes, como si fuera la entrada de un hotel. Parece que la esparraguera pasó de moda y que los geranios han sucumbido a la mariposita africana. La bombona de butano de toda la vida ha dado paso a otros trastos como la mountain bike; y las golondrinas de cerámica y la tradicional estación metereológica de pared han cedido ante las rosas de los vientos, los CD para espantar a las pocas palomas que quedan, y las parabólicas. Donde hubo jaulas de jilgueros, pericos y canarios flauta, ahora hay feos aparatos mugrientos de aire acondicionado.
Cuando gana el Barça, se ven banderas azul y grana. Cuando las elecciones del 2004 abundaban las de "no a la guerra", sobre blanco o sobre la bandera irisada que representa más bien el orgullo de la Lesbiandad y el Lobby Gay. El año 2003 tuvimos las de "Nunca máis". Por Sant Jordi y por la Diada se cuelgan las señeras. A veces alguien se atreve a tender la ropa, aunque está prohibido, en algún artefacto en donde la colada apenas se airea y es imposible que se blanquee. La pasada Navidad las fachadas se uniformaron un tanto con los muñecos de Papá Noel todos iguales, pero reina la variedad y hasta diría que la libertad. Es como en los cementerios, sólo que allí también reina la paz.

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16.5.08

Hermes psicopompo

A Cesca Prats


Amélie "tiene de repente la extraña sensación de estar en armonía consigo misma. En ese instante, todo es perfecto: la suavidad de la luz, el ligero perfume del aire, el pausado rumor de la ciudad. Inspira profundamente y la vida ahora le parece tan sencilla y transparente que un arrebato de amor parecido a un deseo de ayudar a toda la humanidad la invade. Y, de golpe...
- Yo le ayudaré. Baaajamos y... allá vamos. Ahora nos cruzamos con la viuda del tambor de la banda municipal. Lleva la guerrera del difunto marido. Atento ¡Allehop! Oh, el rótulo de la tienda de carne de caballo ha perdido una oreja. Esa risa es del marido de la florista. Se le arrugan las sienes de pura picardía. Anda, en el escaparate de la pastelería hay piruletas. Ummmmmm, ¿percibe ese olor? Es Pepón, que ofrece una degustación de melón a sus clientes.
- "Vamos, prueben este riquísimo melón".
Oh, la señora Marión tiene helado de turrón. Ahora pasamos por delante de la tocinería: el jamón con hueso está a 70 y a 45 la paleta cocida. Llegamos a los quesos: a 12,90 el Picodon d’Arlès y a 23,50 el cabécou de Poiteau. En la carnicería hay un bebé que mira a un perro que mira a los pollos asados. Bien, ya estamos delante del quiosco que hay a la entrada del metro. Le dejo aquí. Adiós."
Le fabuleux destin d’Amélie Poulain (Jean-Pierre Jeunet, 2001) 
*
Hermes de Lisipo
·

finales de diciembre de ¿1997? estaba en Ayvalik, un pueblo turco en la costa Egea, cerca de Éfeso (Selçuk) y Pérgamo (Bergama). Una esmirniota con quien habíamos entablado conversación en francés nos señaló con la barbilla un punto de la mejor puesta de sol que he visto en mi vida. "C’est Samos, la Grèce". Le dije a mi compañera de viaje: "Hala, saca la cámara", a lo que me contestó consternada: "Está en la estación en la mochila". La estación de autobuses quedaba a unos 2 quilómetros a pie del muelle en donde estábamos, así que la imagen sólo ha quedado registrada en la memoria, que tampoco está mal.
·
Aquí se podía acabar el cuento, pero no. No, porque yo no quiero y porque ver Grecia desde Turquía y lo que fue (según la antigua Geografía) Asia Menor no es cualquier cosa. Valoro mucho la primera impresión, la forma en que conocemos a alquien o la primera vez que oímos hablar de alguien. En realidad no era Samos sino Lesbos, pero eso tampoco importa. Es mi vivencia más parecida a la escena de Amélie guiando al ciego generosamente, con todo lujo de detalles, en la película de Jean-Pierre Jeunet. La esmirniota me mostró la isla griega brumosa en la sombras, en la hora ultravioleta, con su Mitilene y sus poetas y su todo. No tengo palabras.

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12.5.08

Dichosos los ojos

as críticas desfavorables a la última película de Isabel Coixet (Elegy, 2008) no sé si han reparado también en la abrumadora abundancia de primerísimos primeros planos, en la torpeza del guiño a Goya y en el abuso de la música, sobre todo tratándose de Arvo Pärt y Erik Satie. Me gustó Things I never told you. No he podido quitarme de mi cabeza la enorme cabeza rapada de Ben Kingsley (nombre artístico del actor angloindio llamado Krishna Bhanji) que ocupaba tres cuartas partes de la pantalla de Elegy y tres cuartas partes de todo el celuloide. Aún me dura el mareo. Hay que decir que si bien el guion de Isabel Coixet nos excusa benévolamente de las felaciones del relato original de Philip Roth, no nos evita un uso pobre y socorrido de las gnosianas imperdonable. Creo que de todos los cánceres posibles el peor no es el del tabaquismo o el de los inocentes o el de algún lugar del cuello, sino los que suelen padecer las actrices de Isabel Coixet. Le llegué a tomar una cierta aprensión a Verdi porque en sus óperas siempre tiene que llorar la protagonista femenina, como cima de un clímax mórbido con el que no puedo simpatizar ni empatizar ni nada. Incluso había en algún acto un barítono o un bajo que animaban el llanto de la soprano ("Piange, piange") como para expiar no sé que terribles errores u horrores o regodearse en todos ellos. 
*



El cine nos ha acostumbrado a reconocer algo que los expertos en lenguaje no verbal tipificaron en cuatro clases: la distancia que se produce entre el que habla y un auditorio grande, la distancia entre los miembros de un grupo social más pequeño y cohesionado, la que hay entre dos personas que guardan un trato cortés pero que se relacionan estrictamente a un metro de distancia, y la distancia inferior a 30 centímetros que existe entre dos personas que se tratan íntimamente. No es que quiera proponer ni mucho menos aplicar esta clasificación a todo relato. Pero sí afirmo que un relato literario o cinematográfico en que todas los personajes se vieran a 60 metros de distancia o todos a 6 centímetros, sería pesado de sobrellevar. Al menos a mí me lo parece. Y quiero hacer constar que tales aberraciones ópticas ocurren más de lo que se pudiera esperar. El escenario teatral salva sus limitaciones de campo visual por medio de las agrupaciones de las figuras. Se reunen, se dispersan, etcétera. El cine puede recurrir a muchos más recursos, desde la panorámica hasta el plano picado de un detalle. Visconti, que era un escenógrafo además de director de cine, dejó unos fotogramas que ilustran muy bien los diferentes planos, además de la batalla de pictografía, el gran baile y el escote. La suite para violonchelo de Bach que encabeza los primeros fotogramas de La caduta degli dei (que no hay que confundir con El crepúsculo de los dioses, de B. Wilder, excelente también) nos imponen la presencia inusitada de la cámara. El obstinato coincide con el paseo de la cámara del cineasta planeando sobre la sala en que se inicia la primera escena. Visconti no desechó el fru-fru de los vestidos decimononos y sin embargo el afeitado de Burt Lancaster en Il gattopardo no precisó del primerísimo primer plano.
De Orlando (Sally Potter, 1992) me gustaron mucho dos cosas. Una fue la recreación de uno de los fragmentos más inolvidables de la novela homónima, de Virginia Woolf:
"La Gran Helada fue, los historiadores lo dicen, la más severa que ha afligido estas islas. Los pájaros se helaban en el aire y se venían al suelo como una piedra. En Norwich una aldeana rozagante quiso cruzar la calle y, al azotarla el viento helado en la esquina, varios testigos presenciales vieron que se hizo polvo y fue aventada sobre los techos. [...]
Cerca el Puente de Londres, donde el río estaba helado hasta unas veinte brazas de profundidad, se veía claramente un bote en el fondo, donde había naufragado el último otoño, cargado de manzanas. La vieja del bote, que traía su fruta al mercado de la ribera de Surrey, estaba sentada entre su guardainfante y sus chales con la falda llena de manzanas, como si fuera a atender a un cliente, aunque cierto tinte azulado de los labios insinuaba la verdad".
La segunda cosa que me gustó fue cada vez que Tilda Swinton, la protagonista, tal vez coincidiendo con sus transformaciones sucesivas en hombre y en mujer, miraba hacia la cámara pero no a la cámara sino como si mirase a alguien, a cada uno de nosotros y no a todos. De hecho parecía que consiguiera traspasar la ficción y el tiempo y conectar con el aquí y el ahora. Creo que no hay nada igual.
La imagen del post de hoy es un fotocromo del castillo de Neuschwanstein, construido gracias a Luis II de Baviera en homenaje a Richard Wagner. Para mí es un ejemplo del hallazgo del plano perfecto. Tomado de lejos o más cerca no tiene nada que ver. Ese castillo está catalogado como folly, que es tanto como decir que no tiene valor arquitectónico funcional alguno, que es un edificio construido con el único objeto de realzar un paisaje. El castillo de Luis II inspiró el de la Bella Durmiente y el de la Cenicienta Walt Disney, que no son menos sugestivos. Aunque en general condeno los cachivaches y los objetos inútiles, aunque no llego a comprender en toda su plenitud qué aportan los castillos de arena, las figuras de hielo y las catedrales hechas con palillos planos o chapas de cerveza, reconozco que me parecen tremendamente emocionantes algunas construcciones visionarias y algunos montajes de cartón piedra. No todos. Como se dice en Galicia, "o que e tolo, e do meolo" (el que está loco lo está de raíz). A ver: a mí el castillo de Disneyland París y el lago de Winnie the Pooh me parece una gozada sólo comparable al almacén del Servicio Estación o o el de la Bauhaus (las mayores ferreterías de Barcelona). Y el castillo de Neuschwanstein así, a esa exacta distancia, me parece irresistible. Incluso me parece impresionante el Palais idéal que fue construyendo Ferdinand Cheval a finales del siglo XIX y durante 33 años con las piedras que iba recogiendo cada día durante su jornada como cartero. El palacio ideal recuerda a los templos hinduistas, abigarrado, denso, como hecho de mortero y meteoros de estrellas que están más allá de las piedras de cantería, de Neuschwanstein, de los quijarros humildes y de los cantos rodados de que hablaba León Felipe, de los materiales de Man (Manfried Grädringer), el eremita de Camelle, y de los pájaros congelados de la Woolf.

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El mar con barandas y la letra muerta

A José Miguel Romero Maura y a Marisol Estrems Membrado.
A los poetas muertos que están vivos.

n uno de los Cantares gallegos ("Pasa río, pasa río, / no teu maino rebulir") Rosalía de Castro glosa una canción popular que decía: "Si o mar tivera barandas, | fórate ver ao Brasil; | máis o mar non ten barandas, | amor meu, por dónde hei de ir?"

Curiosamente, o no, la canción sobrevivió a la glosa. Dicen que los poetas castellanos probaban su brazo en la corte gallega, en el reino donde se produjo una lírica que llamamos "galaico-portuguesa" y que llegó a la perfección. Tampoco me extraña que García Lorca, que fue a beber al Romancero, también nos dejara Seis poemas galegos. Mª Mercè Marçal recuperó la canción ("Si el mar tingués baranes") (*). Sabría M.M.M., estoy segura, que Rosalía trascendió. Que llegado un momento ya no se supo en Galicia qué era de Rosalía y qué de las canciones. Yo le llamo a este proceso "la asunción de Rosalía".
Le he oído más de una vez a Ramón Trecet, en RNE 3, la historia de las grabaciones en cera del patrimonio de las canciones irlandesas. Los emigrantes de la hambruna de la patata de Irlanda se juntaron allí en América con los minifundistas perjudicados por las leyes de Maura. Y esto lo digo yo, no Ramón Trecet, porque mi abuelo paterno era uno de ellos y sus amigos eran irlandeses. Maura hubo de conocer otro tipo de emigración, la del exilio político. Y yo conocí a su nieto pequeño en los años en que fui feliz.
Cuenta Trecet que con el dinero de los emigrantes se quiso salvar el prodigioso patrimonio cantado irlandés grabándolo en cilindros de cera de abeja. El patrimonio cantado irlandés sólo es comparable en Europa con el andaluz y el gallego. Son prodigiosos. Y eso lo digo yo y lo dice Ramón Trecet. Desgraciadamente, cuando la Primera Guerra Mundial hubo que sacrificar los cilindros para confeccionar velas y cirios. Y con todo y eso, en Irlanda se sigue cantando.
Esta mañana en la Barceloneta me acordé de todo ello: de Don Denís, de Rosalía de Castro, de Mª Mercè Marçal y de José Miguel Romero Maura (a quien le dije: "ostras, entonces mi abuelo estuvo 26 años en Nueva York por culpa de tu bisabuelo" sin sombra de rencor, como no podía ser de otra manera). Me acordé de las canciones que me encuentro, de los versos que no se olvidan, de los poetas muertos, de los que cantan, de los que escriben y de los que escriben como se habla. Me acordé porque vi que le habían puesto una baranda al mar. Pero mal, claro, por suerte.

(*)
"Si el mar tingués baranes
I el tomb del cel mollons
Prou sabria on cercar-te
Mes no hi vindria, no

Si pogués posar en gàbia
el plomatge del foc.
Si el vent tingués andanes,
Brides i estrep el cor.

Si pogués alçar tanques
Al jardí de l’amor,
Prou sabria on cercar-te,
Mes no hi vindria, no.

No ho sents? S’obren les portes,
Portes i porticons.
La pluja trenca ribes,
Finestres i balcons!

No ho sents? S’obren les portes,
Portes i porticons.
La pluja trenca ribes,
Finestres i balcons!”
Mª Mercè Marçal, Llengua abolida.

"Si o mar tivera barandas"
Barceloneta (Barcelona), 12 de mayo 2008
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La ropa exterior (2): Eurocentrismo redentorista


"De la Vega, "horrorizada" tras posar en una fotografía con un polígamo en Nigeria
Niamey. (EUROPA PRESS).- La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se vio hoy sorprendida al posar para una foto con un empresario nigeriano y sus tres mujeres, tras una visita a un centro de procesado y selección de chufas que ha puesto en marcha el emprendedor valenciano Ramón Carrión en la capital del país africano, Niamey.
De la Vega, que en un principio pensó que las mujeres eran hijas del hombre que se encarga de la empresa en el lugar, se encuentra ahora "horrorizada", tras conocer que en realidad eran sus tres esposas, según han contado fuentes próximas a la portavoz del Gobierno. Tras visitar las instalaciones del centro, en el que trabajan unas 200 mujeres nigerinas seleccionando las chufas que llegan hasta la capital nigerina desde sus diferentes lugares de cultivo en Niger, Burkina Faso y Mali, el empresario español expresó a De la Vega el deseo de su "hombre de confianza" de posar para una foto junto a ella con sus tres mujeres y algunos de sus 18 hijos, a lo que la presidenta preguntó si realmente eran sus esposas. La secretaria de Estado de Cooperación, Leire Pajín, y la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que se disponían a unirse a la foto finalmente se quedaron en un segundo plano, junto al empresario valenciano, mientras De la Vega posaba para la foto con la familia del capataz. Posteriormente, las fuentes aseguraron que la vicepresidenta no supo hasta el último momento que el empresario local era polígamo, una práctica común en Niger, uno de los países más pobres del mundo. " ("La Vanguardia" digital, 12 de mayo de 2008 8:54)


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11.5.08

La ropa exterior (1): disfraces, uniformes y máscaras

El conjunto es un modelito sport para perros falderos a la última. Se han quedado anticuados aquellos atavíos clásicos de cuadros escoceses, los mismos en que están inspiradas las "entrañables" zapatillas de franela Wamba y los forros de las bolsas de agua caliente. Como estoy más que convencida de que los perros son más nobles de corazón que muchas personas, lo que me resulta llamativo no es que haya una moda para perros y hasta golosinas laxantes, sino que el muestrario se asimile al de los niños y resulte un tanto chusco. 
*



·
La ornamentación de elefantes o el enjaezamiento de los caballos poco tienen que ver con la comicidad que inspira o quiere inspirar -que no es lo mismo- un chimpanzé vestido por un decir de futbolista. Se empezó a vestir a los monos para realzar su antropomorfismo y por decoro. Y es que tiene la ropa en general elementos de decoro y al mismo tiempo de ostentación. Como las máscaras. Lo que va de un disfraz a un uniforme es el uso que de ellos se haga, a pesar de que el disfraz tenderá a lo grotesco y el uniforme impone sobre todo la identidad con una organización solvente, la credibilidad y la fiabilidad.
*
Por razones que otro día habrá que explicar con mayor detenimiento, los mecánicos de automóviles no usan pareo de batik, pero tal cosa no obsta para que -dada la ocasión- no se lo quisieran probar incluso enrrollado en torno a la cabeza para verse transfigurados. ¿O es que alguien puede creer que algún mecánico no ha hecho nunca tal cosa? El uniforme de locutor de telediario o de interventor bancario o de subdirector general no dan mucho margen a la originalidad, no aportan nada a la medianía, ni siquiera a través de esos atisbos patéticos de estilo en algún discreto detalle de la corbata de rigor. De todas maneras, la originalidad es un valor pasajero y a la baja, como lo fue la virginidad y lo será la coherencia.
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Que los hombres de treinta años y más vistan como teenagers me resulta aún chocante y a veces embarazoso. Pero la ropa deportiva ha triunfado lo mismo que en diferentes épocas históricas e histéricas se instauraron los patrones de corte militar y hasta su guarnicionería, el macuto. El blue jeans o denim o pantalón vaquero concebido como ropa de trabajo, ha prosperado en las alfombras rojas y en el selecto mundillo del acontecimiento guay. Aparece ligeramente modificado con lentejuelas o pedrería y bordados hechos a máquina, o con un envejecimiento afectado vintage, un desaliño rebuscado pero casual, en las mujeres y exmujeres de los toreros.
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Las transferencias de ideas y modas entre clases sociales tiene su gracia. Sobre la transferencia de ideas entre clases sociales he pensado mucho. La Historia de las mujeres en Occidente dirigida por Georges Duby y Michelle Parrot, nos recuerda: "Incluso en el siglo XVIII, sólo las actrices, las limpiadoras de ventanas, las prostitutas y las aristócratas usaban bragas, cuyas funciones primordiales seguían siendo las de protección del recato o la estimulación de la imaginación erótica. A la revolución higiénica del siglo XIX correspondería imponer las bragas como elemento básico del guardarropa femenino" (Sara F. Matthews Grico, "El cuerpo, apariencia y sexualidad, Historia de las mujeres en Occidente. Barcelona: Taurusminor, 1993, v.III, p. 84). Hay que aclarar que durante muchos siglos el agua fue descartada en la higiene, confiándola a la ropa blanca, que no todo el mundo podía adquirir ni mucho menos.
*
La ropa interior merece un post para sí, pero la menciono aquí porque la ropa interior a veces se lleva por fuera o se deja ver y porque hasta he visto bragas con bolsillos. Quiero hacer constar que me había llegado a hacer a la idea de la utilidad de que los bolsillos tuvieran bragas, incluso de que los pijamas contaran con bolsillos (hasta uno pechero para el bolígrafo o un peine) pero, ¿bolsillos en las bragas? (!)
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Por la misma razón por la cual la ironía ha llegado a la gastronomía molecular ("El Bulli", "The Fat Duck"), en la moda se debe de buscar la travestidura (hombre/mujer, niño/adulto, adulto/anciano, viejo/nuevo), el intercambio de funciones (interior/exterior, trabajo/lujo) y hasta la exageración. Tras haber agotado el motivo de la pata de gallo hasta en el campo de las prendas de baño y en los inefables triquinis con cinturón, no quedaba otra opción que desestructurarlo en manchas de camuflaje o magnificarlo y llevarlo a colores ácidos.
*
En "El País" de los noventa hubo dos polémicas inolvidables en la sección de Cartas a los lectores: una sobre si el papel de wáter debe colgar hacia afuera o por dentro, y otra sobre con qué ropa combinan los calcetines de rombos o golf. No recuerdo que se haya suscitado desde entonces una discusión tan animada y vibrante y con tanta participación. Fue lo más parecido a un blog de los que cuidan a sus comentaristas. No hay fondo de armario que resista con bien la prueba de la blusa con estampado de cebra ni la de los calcetines de rombos. Tal vez la gabardina sirve para todo, hasta para un descosido y para una camisa de once varas. Para los calcetines de rombos, que además de tener esos rombos ajacquarados, son multicolores, creo que sólo le caen bien unos pantalones de caza o de cheviot (ingl. tweed). Un cardigan o blaiser marinero si lleva anclas es muy malo de combinar. No pega ni con un huipil "ad lib" ibicenco ni con un camiserito florido de viscosilla como los que se ponía Caroline de Mónaco cuando estaba viuda y vivía en un bucólico Saint-Rémy-de-Provence, o el rojo de Victoria Abril en ¿Gazon maudit? o los de Juliette Binoche en Chocolat. Cuando hay anclas pero no hay yate siempre queda el recurso del pantalón blanco y una camiseta o t-shirt blanca a imagen y semejanza de Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger cuando posan a juego. El blanco lo mismo sirve para el yate como para el avión privado como para ir a trabajar.
*
No sé si volverán las deportivas con tacones, las faldas de tablilla, el guatiné y el poncho, pero yo me pregunto ¿cómo diantre hará Custo para que cuando te pones una de sus camisetas parece que no lleves nada? =8)
*
Track de regalo: Lo que me dicta comentar, de Cerillo

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10.5.08

La independencia y la amoralidad


a amoralidad no es voz que provenga de la palabra amor, sino de la palabra moral, que a su vez proviene del latín mores ("costumbres"). La amoralidad donde se percibe con más claridad es en los numerosos ejemplos del siglo en que a toda costa y a cualquier precio alguien pasa por encima de lo que haga falta con tal de llegar a su objetivo, sea publicar un libro, obtener un puesto de trabajo o llegar el primero a donde haga falta. Yo sé de gente que serían capaces de vender a su madre a los hutus con tal de que le publicaran su libro. El objetivo puede ser incluso altamente moral, pero no los medios de llegar a él.
·
Hace muchos, muchos años leí un relato de Rabidranath Tagore (1861-1941) del que solo recuerdo que el sabio decía que en caso de duda era mejor ir a favor del bien antes que de la independencia de la India. De tal manera quedaba descartada la violencia, por ejemplo, aunque fuera para librar a la India de la pérfida Albión. La frase se me ha quedado en la cabeza todos estos años. A los amorales les es indiferente el grado o la elección porque eligen en cada momento lo que más les conviene. No hace falta decir que siempre hay quien le llama a eso independencia o que "su" moral es precisamente aquello que le conviene.
La semana pasada advertí en un prestigioso blog cultural un post que tenía un error de ultracorrección. El post, tras alojar mis comentarios, quedó enterrado por tres posts sucesivos publicados prácticamente a la vez. Como es una práctica habitual de "camuflaje" o de pasar página, hay que remarcarla. El post al que me refiero se titulaba "Demasiado ceremonioso". Aparte del título sólo se mostraba una foto de un letrero en que se leía "Salón de ceremónias". Como en el letrero había una vieira, era fácil deducir un contexto gallego y por lo tanto si el post pretendía ridiculizar la ortografía de "ceremónias", en realidad estaba exhibiendo su ignorancia de la lengua gallega y hasta de la portuguesa, en las cuales "ceremonia" lleva acento en la "o" por tratarse de vocal proparoxítona o esdrújula (gal.
"ce-re-mo-ni-a", esp. "ce-re-mo-nia"):
"¿"Demasiado ceremonioso" el qué? No lo entiendo. Lo único que veo que puede resultar llamativo es un acento que en el gallego es normativo, puesto que se acentúan todas las palabras esdrújulas, y "ceremonia" es una palabra esdrújula tanto en gallego como en catalán aunque no lo sea en español. Que la imagen que usted reproduce es de procedencia gallega también se puede deducir por el símbolo de una vieira o concha del peregrino. Otra cosa anómala no veo. Qué post más raro. "
El administrador del prestigioso blog contestó mi comentario con otro en el que se leía literalmente: "Los
correctores corregidos". Enviaba el enlace que antes o en el post en cuestión no estaba a una colección de fotos con errores que la Unión de Correctores (Asociación Profesional de Correctores) tuvo a bien difundir en su web, como para decir "qué listos somos, caray". Tan listos que no saben que en Galicia hay letreros en gallego.
Por un lado el administrador del prestigioso blog cultural estaba trasladando el error a los correctores, por otro lado pude descubrir de dónde había salido la corrección incorrecta, cuya fuente efectivamente provenía de Santiago de Compostela. Creo que el administrador del prestigioso blog cultural tenía que haber puesto el enlace antes, en un pie de foto, puesto que estaba reproduciendo algo que no le pertenecía intelectualmente. Que lo pusiera después, para señalar el origen del error, me pareció cuando menos amoral. Por lo demás, la anécdota sólo tiene para mí interés por simbolizar la amoralidad que hay también en el prístino mundo de los que administran y gestionan la Cultura.
Entiendo que la labor de los profesionales de la edición es necesaria y en muchos casos digna, pero desearía que los profesionales tuvieran un poco más de..., eso, profesionalidad. Uno de los primeros principios de la profesionalidad sería el de respetar a los otros profesionales además del de conocer bien el oficio.
Toda la rigidez que pueda representar mi postura ante las personas que a pesar de conocer la legislación de la propiedad intelectual plagian (aunque sea para hacer parodia), toda esa rigidez, digo, la contrapongo a mi fe en los errores ortográficos y en todos los errores. Sin errores este mundo sería un horror. Yo, que soy sólo documentalista y medio filóloga (estudié nada más el primer ciclo de Filología Hispánica porque me aburría muchísimo), pertenezco a la facción más radical de los que somos más descriptivistas que prescriptivistas. Es decir, que cuando veo una irregularidad ortográfica me pongo hasta contenta, porque es un atisbo de lo que se habla en la realidad.
Una de las fuentes que conservamos de lo que fue el latín vulgar o los orígenes de nuestras lenguas romances es el Apéndice de Probus del siglo III o IV (Galipédia), una lista de correcciones al mal latín que se empezaba a hablar. Ahí en el enlace que ofrezco y de alguna manera cito se verá como Probus rectificaba "autor" por "auctor", entre tantas correcciones que luego resultaron prosperar
*
Watanabe Seitei

Porphireticum marmor non purpureticum marmur
tolonium non toloneum
speculum non speclum
masculus non masclus
vetulus non veclus
vitulus non viclus
vernaculus non vernaclus
articulus non articlus
baculus non vaclus
angulus non anglus
iugulus non iuglus
calcostegis non calcosteis
septizonium non septidonium
vacua non vaqua
vacui non vaqui
cultellum non cuntellum
Marsias non Marsuas
cannelam nun canianus
Hercules non Herculens
columna non colomna
pecten non pectinis
aquaeductus non aquiductus
cithara non citera
crista non crysta
formica non furmica
musivum non museum
exequiae non execiae
gyrus non girus
avus non aus
miles non milex
sobrius non suber
figulus non figel
masculus non mascel
lanius non laneo
iuvencus non iuvenclus
barbarus non barbar
equs non ecus
coqus non cocus
coquens non cocens
coqui non coci
acre non acrum
pauper mulier non paupera mulier
carcer non carcar
bravium non brabium
pancarpus non parcarpus
Theophilus non Izophilus
monofagia non monofagium
Byzacenus non Bizacinus
Capsensis non Capressis
catulus non catellus
catulus non catellus
doleus non dolium
calida non calda
frigida non fricda
vinea non vinia
tristis non tristus
tersus non tertus
umbilicus non imbilicus
turma non torma
caelebs non celeps
ostium non osteum
Flavus non Flaus
cavea non cavia
senatus non sinatus
brattea non brattia
cochlea non coclia
cochleare non cocliarium
palearium non paliarium
primipilaris non primipilarius
alveus non albeus
glomus non glovus
lancea non lancia
favilla non failla
orbis non orbs
formosus non formunsus
ansa non asa
flagellum non fragellum
calatus non galatus
digitus non dicitus
solea non solia
calceus non calcius
iecur non iocur
auris non oricla
camera non cammara
pegma non peuma
cloaca non cluaca
festuca non fistuca
ales non alis
facies non faces
cautes non cautis
plebes non plevis
vates non vatis
tabes non tavis
suppellex non superlex
apes non apis
nubes non nubs
suboles non subolis
vulpes non vulpis
palumbes non palumbus
lues non luis
deses non desis
reses non resis
vepres non vepris
fames non famis
clades non cladis
Syrtes non Syrtis
aedes non aedis
sedes non sedis
proles non prolis
draco non dracco
oculus non oclus
aqua non acqua
alium non aleum
lilium non lileum
glis non gliris
delirus non delerus
tinea non tinia
exter non extraneus
clamis non clamus
vir non vyr
virgo non vyrgo
virga non vyrga
occasio non occansio
caligo non calligo
terebra non telebra
effeminatus non imfimenatus
botruus non butro
grus non gruis
anser non ansar
tabula non tabla
puella non poella
balteus non baltius
fax non facla
vico capitis Africae non vico caput Africae
vico tabuli proconsolis non vico tabulu proconsulis
vico castrorum non vico castrae
vico strobili non vico trobili
teter non tetrus
aper non aprus
amycdala non amiddula
faseolus non fassiolus
stabulum non stablum
triclinium non triclinu
dimidius non demidius
turma non torma
pusillus non pisinnus
meretrix non menetris
aries non ariex
persica non pessica
dysentericus non disintericus
opobalsamum non ababalsamum
mensa non mesa
raucus non raucus
auctor nun autor
auctoritas non autoritas
ipse non ipsus
linteum non lintium
a non a
terraemotus non terrimotium
noxius non noxeus
coruscus non scoriscus
tonitru non tonotru
passer non passar
anser non ansar
hirundo non herundo
obstetrix non opsetris
capitulum non capiclum
noverca non novarca
nurus non nura
socrus non socra
neptis non nepticla
anus non anucla
tondeo non detundo
rivus non rius
imago non
pavor non paor
coluber non colober
adipes non alipes
sibilus non sifilus
frustum non frustrum
plebs non pleps
garrulus non garulus
parentalia non parantalia
caelebs non celeps
poples non poplex
locuples non locuplex
robigo non rubigo
plasta non blasta
bipennis non bipinnis
hermeneumata non erminomata
tymum non tumum
strofa non stropa
bitumen non butumen
mergus non mergulus
myrta non murta
zizipus non zizupus
iunipirus non iuniperus
tolerabilis non toleravilis
basilica non bassilica
tribula non tribla
viridis non virdis
constabilitus non constabilitus
Sirena non Serena
musium vel musivum non museum
labsus non lapsus
orilegium non orolegium
hostiae non ostiae
Februarius non Febrarius
clatri non cracli
allec non allex
rabidus non rabiosus
tintinaculum non tintinabulum
Adon non Adonius
grundio non grunnio
vapulo non baplo
necne non necnec
passim non passi
numquit non nimquit
numquam non numqua
nobiscum non noscum
vobiscum non voscum
nescioubi non nesciocobe
pridem non pride
olim non oli
adhuc non aduc
idem non ide
amfora non ampora "

Post registrado en SafeCreative: A la flor del berro (1) #1105179237451