31.12.10

Yamakazi

Friendship is like whisky, the older, the better

veces algunas veces me gusta tomar un vasito de güisqui. Ya dejé dicha mi predilección por el Lagavulin de 16 años. Pero esta semana me he regalado una botella de Yamazaki de 12. El día que probé por primera vez el Lagavulin, a partir de ese día, cualquier otra bebida me parece Mistol. Aunque también he dicho por aquí que me gusta el Verdejo o vino de Rueda, también es verdad que se ha duplicado desde entonces su precio y que el vino en general me cae bastante mal y cualquier caldo se acaba convirtiendo en agua agria de olivas  con gusto de lata de maíz cuando pasa un día en mi estómago. La bebida, como la amistad y como la lectura, tiene varios momentos. La entrada del Yamazaki tiene turgencias de melocotón y miel, pero como ahora le añaden el olor del melocotón a casi todo, desde el champú anticaspa hasta al Wipp Express, lo que unos considerarán un valor seguro para mí es decepcionante porque en vez de ser evocador me resulta demasiado evidente. Tiene el Lagavulin una entrada en que el toque de miel es no ya un recuerdo sino la nostalgia de ese recuerdo, que corregido por el aroma de ahumado es más que sugerente. Ambos güisquis han obtenido premios abrumadoramente incuestionables, cosa que es tanto un reto para los escoceses como para los japoneses.

"El alambique veloz", con Lucas el Granjero y el Oso Miedoso
Aunque yo no sea una experta en bebidas alcohólicas tampoco, me permito seguir con el tema puesto que lo que propongo es precisamente eso, siempre ir profundizando en la ignorancia (en la mía y en la general). El segundo momento del Yamakazi es más que impetuoso, adjetivo que le cuadra mejor al escocés, que además es envolvente y cálido. El Yamakazi resiste en la boca un momento largo y como un peta-zeta se va multiplicando cocodrílicamente.  Insisto en que resiste en la boca porque no es nada fácil, me figuro, que se mantenga en esa fosa sin ascender por otras, como mal comparado le pasa al wasabi, ese picante verde guisante que echan en el sushi y que servidora ha comido de una vez tres veces porque dos veces olvidé lo que era. Ahora ya me acuerdo. El wasabi se abre camino hasta el cerebro como un regüeldo urgente de ácido sulfúrico pero, por suerte, aguanta poco, el tiempo de recuperar el resuello sin llorar. El Yamakazi, digo, se queda en la boca pero hace como por escapar,  aunque lo haga de una manera pirotécnica como las palmeras levantinas. El tercer y cuarto momentos son más sosegados, pero extrañamente -a diferencia del Lagavulin- toda esa fuerza la pierde cuando se evapora. Es decir, yo suelo dejar el vasito donde he tomado Lagavulin que trasnoche con algunas gotitas que agonizan hasta que por la mañana le echo agua del jarro y ahí se vivifica el carácter de la malta. Una cantidad nimia de whisky consigue rehacerse ahogada en tamaña cantidad de agua y ahí están todos: el humo, la miel, el cereal, la puesta de sol, los amigos viejos y la nostalgia. El Yamakazi más bien trasuda.

Todo esto es fácil de explicar al lado de lo que sería referirse a la añoranza por los amigos. Yo sé que si una velada fría de estas que están por venir  cuando empiece el año, tomo mi segunda copa de whisky japonés (teniendo en cuenta que la segunda suele ser mejor que la primera), descubriré nuevas cualidades. Y así también ocurre con las personas a las que acabamos de conocer, donde la primera impresión es tan poderosa y hay que cuidar, pero cuya segunda impresión es valiosa y también interesante.
*

"To the dancers on the ice" (Le marche de l'empereur), Emilie Simon

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29.12.10

Imágenes y semejanzas

illian Schwartz, que ha pixelizado montones de formas y hasta obras de arte, descubrió el notable parecido entre la Mona Lisa y el propio Leonardo Da Vinci. Unió la parte izquierda del rostro de la Gioconda y la parte derecha de un autorretrato del pintor, tras escalarlas, y descubrió que encajaban perfectamente. El Mona Leo, como se le ha llamado, verdaderamente es una demostración notable de lo bien que pueden llegar a encajar las cosas en la historia del arte y ya no digamos en la  de la pintura. La famosa sonrisa de la madonna parece la sonrisa invertida del pintor. A Lillian Schwartz su análisis le ha servido para fundamentar la teoría de que la Gioconda era en verdad el mismísimo pintor, cuya identidad siempre ha estado realzada por un cierto misterio y por sus aficiones e inclinaciones. Donde Schwartz ha constatado su teoría otros ven una condición del estilo del autor, que todo lo impregnó, más cuando era tan amante de los efectos ópticos y las paradojas visuales.
*
La Mona Lisa está tan estudiada ella que hasta un japonés ha logrado o pretendido sintetizar su voz a partir de la cefalometría de la imagen y lo ha hecho -dicen- con un 90% probabilístico de acierto. El 10% restante nos asoma al vértigo de la incerteza y al umbral del sonido, que también tiene su gracia.  Yo diría que la Gioconda, simplemente por la época, debía tener la voz más fina.   Pero está tan estudiada y versionada que creo que ya no es posible mirarla con una mirada nueva y ya no digamos limpia. Tuve muchos años sobre mi mesa una reproducción del detalle de "La Virgen de las Rocas" (la primera versión o del Louvre),  el del ángel, hasta que el sfumato pasó simplemente a ser algo desvaído y descolorido y la imagen parecía una apofenía en la pared, haciendo juego con las dos serpientes que recorren el corte de la madera donde escribo, que ya no puedo apreciar como simples nudos.

Saul Steinberg

La semejanza entre imágenes y la manera que tienen algunos cuadros de parecerse a sus autores es algo que más que ensanchar el mundo de la pintura a mí me lo empequeñecen. Como además parece que McLuhan no andaba desencaminado y hay una tiranía de lo visual sobre lo auditivo, de Narciso sobre Eco, y predominan apabullantemente los mensajes que percibimos con los ojos y sus extensiones, siempre estamos expuestos a ser clasificados por nuestra presencia: edad, sexo, tendencias, estatus, etcétera. Pero Penélope Cruz no habla como Audrey Hepburn.

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27.12.10

La ruta natural


Et mon commencement ma fin
Est teneüre vraiement
Ma fin est mon commencement.
Mes tiers chans trois fois seulement
Se retrograde et einsi fin.
Ma fin est mon commencement
Et mon commencement ma fin.
*
Guillaume de Machaut, Rondeau de tres voces
*
e suele llamar a la catedral de Chartres “la catedral de las vidrieras”. Su rosetón oeste representa el Juicio Final y concuerda, por si fuera poco,  exactamente con el laberinto que hay en el pavimento de la nave central:
“Parece ser que en este círculo central existió una placa de bronce o latón con las figuras de Teseo, Ariadna y el Minotauro. Ésta fue retirada y fundida durante la Revolución francesa para fabricar cañones. En la edad media existían numerosas iglesias con laberintos de este tipo que han ido desapareciendo en épocas posteriores. El sendero del laberinto representaba una peregrinación simbólica que el peregrino debía recorrer a pie o de rodillas hasta la roseta central. Las medidas y trazado de este tipo de laberintos tiene un profundo y complejo simbolismo numerológico y filosófico que tiene su origen al parecer en conocimientos esotéricos con origen en oriente. El laberinto tiene once círculos concéntricos y tiene la particularidad de tener el mismo diámetro que el rosetón oeste y de distar del umbral de la entrada la misma longitud que la altura de este por lo que si la fachada se extendiera sobre el suelo interior el rosetón coincidiría con el laberinto” (Wikipedia).
*
Los laberintos medievales representados en Chartres, Reims y Amiens fueron insignificantes y hasta rudimentarios en  comparación con el laberinto que al parecer había cerca de Cocodrilópolis, en Egipto, del cual nos dejaron noticia Heródoto (*) y Estrabón por lo menos.  
*
Apenas sueño, o apenas recuerdo qué sueño, pero suelo soñar con el mar que rodea el Círculo Polar Antártico tirando hacia Australia (mis conocimientos cartográficos no dan para más), con el Minotauro y con un tsunami brutal. Hace años soñaba con una casa cuyo lugar y disposición variaba pero cuyo centro era siempre un mismo decorado. Como tener una segunda casa me resultaba un engorro, en sueños -que es como hay que arreglar estas cosas- la vendí, creyendo que de esa manera conseguía agrupar lo que representaba a un único centro, que es el que intento ocupar. El sueño del monstruo no es menos impresionante. Hoy día apenas se habla del mito, que creo que es antiquísimo y que yo relaciono con el de la Bella y la Bestia. Algunos diseñadores de sitios web hablan del hilo de Ariadna, con el que designan aquellas frases que indican la ruta exacta de un punto de la web, al cual de otra manera sería muy difícil llegar (p.e. "Docencia > Estudios > Matrícula > Inscripciones"). Curiosamente el mundillo wébico anglófono recurre más bien a la expresión breadcrumb trail, remitiendo al cuento de Perrault, "Pulgarcito" o a la historia de Haensel y Gretel, cuando  ingénuamente usaron las migas de pan para saber volver sobre sus pasos. En cualquier caso, el problema en internet no es tanto saber volver como saber ir, mientras que la idea del laberinto es la de ir y volver. Que ese ajetreo sea más o menos intrincado, que sea vegetal de ciprés, que sea subterráneo, que tenga espejos para replicar nuestra imagen hasta el infinito, eso ya es un añadido.

El laberinto de Chartres no tiene pérdida, todos los caminos llevan al centro.  Y el Laberinto de Horta que recorrí esta mañana no es difícil. Pero el de  los jardines de Villa Pisani, que se encuentra cerca de Venecia,  tiene fama de ser el más embrollado. Yo sé que hay muchas o bastantes personas que pierden su tiempo con los palindromos, como yo pierdo el mío con otras quimeras. Hay quien toca Bach al revés, y el canon retrógrado o cancretizante de Guillaume de Machaut se diría que preludia toda la música apoyada en sintetizadores. Siempre me pregunto, yo que le he acabado cogiendo manía hasta al Canon de Pachelbel, que en realidad es un pasacalle, si un músico humano puede disfrutar tocando algo cuya razón de ser es la simetría, el esoterismo y la probabilística fractal. A mí la música cancretizante se me acopla entre orejas y me parece oír no la música de las esferas o la música callada sino psicofonías y acúfenos incomportables.
*
Aguafuerte de G. B. Carboni y P. N. Ransonette del portón de Villa Pisani

Y sin embargo, pensando pensando pienso que aún es mucho más letal para el arte verdadero y su necesaria frescura lo de los performances y los happenings, por mucho que se defienda como "arte vivo" o activista y todo aquello. El sniggling lo aborrezco con todo mi corazón. Una vez antes del pase de una película, cuando se apagaron las luces en la sala, una señora que aguardaba la oscuridad en su fila tuvo a bien improvisar un happening en un papel de histérica. Como yo he trabajado con muchísimas histéricas de verdad estoy en condiciones de distinguir una falsa histérica por mucho que se despepite. Supuse que se trataba de un sniggling concertado con los operadores de la sesión, ya había pagado mi entrada, no deseaba retirarme y concluí que lo mejor que podía hacer era contrarrestar o aguantar el tirón de aquella situación con otro fingimiento. Todo menos participar. Con toda la indiferencia que fui capaz de aparentar me puse a escribir un mensaje en mi teléfono.  Sin embargo, la penitencia para un sniggler es sin duda ponerle uno de los remix de "Tu vuò fa' l'americano" (PA PA L'AMERICANO) trescientas veces y en versión politono de móvil o bien el bolero de Ravel chill out.

_______________

"CXLVIII. reinando, pues, con tal unión, acordaron dejar un monumento en nombre común de todos, y con este objeto construyeron el laberinto, algo más allá de la laguna Meris, hacia la ciudad llamada de los Cocodrilos. Quise verlo por mí mismo, y me pareció mayor aun de lo que suele decirse y encarecerse. Me atreveré a decir que cualquiera que recorriese las fortalezas, muros y otras fábricas de los griegos, que hacen alarde de su grandeza, ninguna hallará entre todas que no sea menor e inferior en costa y en trabajo a dicho laberinto. No ignoro cuán magníficos son los templos, el de Éfeso y el de Samos, pero es menester confesar que las pirámides les hacen tanta ventaja que cada una de estas puede compararse con muchas obras juntas de los griegos, aunque sean de las mayores; y con todo, es el laberinto monumento tan grandioso, que excede por sí sólo a las pirámides mismas. Compónese de doce palacios cubiertos, contiguos unos a otros y cercados todos por una pared exterior, con las puertas fronteras entre sí; seis de ellos miran al Norte y seis al Mediodía. Cada uno tiene duplicadas sus piezas, unas subterráneas, otras en el primer piso, levantadas sobre los sótanos, y hay 1.500 de cada especie, que forman entre todas 3.000. De las del primer piso, que anduve recorriendo, hablaré como testigo de vista; a las subterráneas sólo las conozco de oídas, pues que los egipcios a cuyo cargo están, se negaron siempre a enseñármelas, dándome por razón el hallarse abajo los sepulcros de los doce reyes fundadores y dueños del laberinto, y las sepulturas de los cocodrilos sagrados; y de tales estancias por lo mismo sólo hablaré por lo que me refirieron. En las piezas superiores, que cual obra más que humana por mis ojos estuve contemplando, admiraba atónito y confuso sus pasos y salidas entre sí, y las vueltas y rodeos tan varios de aquellas salas, pasando de los salones a las cámaras, de las cámaras a los retretes, de éstos a otras galerías, y después a otras cámaras y salones. El techo de estas piezas y sus paredes cubiertas de relieves y figuras son todas de mármol. Cada uno de los palacios está rodeado de un pórtico sostenido con columnas de mármol blanco perfectamente labrado y unido. Al extremo del laberinto se ve pegada a uno de sus ángulos una pirámide de cuarenta orgias, esculpida de grandes animales, a la cual se va por un camino fabricado bajo de tierra." (Heródoto, Historia, II, 148)


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25.12.10

Sobrando corazón

[...]
Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.
Me sobra corazón.
Hoy, descorazonarme,
yo el más corazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.
No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.
*
Fragmento de "Me sobra corazón", 
de Miguel Hernández “Otros poemas” (1935-1936)

No sé, no creo que para el día de Navidad sea el salmo 102 el más adecuado, ni de acuerdo con la liturgia, ni con la ortodoxia ni con la celebración, pero dicen los que saben que es el salmo más tierno. A mí me recuerda a uno de los poemas que escribió el poeta Miguel Hernández. Cada año he ido pasando una hoja roja del blog donde de alguna manera o resumía o acrisolaba lo que quería atesorar. Este año propongo el salmo 102 cantado a la manera bizantina por los monjes ortodoxos, un canto que este año he escuchado infinidad de veces. 


1 Oración del afligido que, en su angustia, derrama su llanto ante el Señor.


2 Señor, escucha mi oración
y llegue a ti mi clamor;
3 no me ocultes tu rostro
en el momento del peligro;
inclina hacia mí tu oído,
respóndeme pronto, cuando te invoco.

4 Porque mis días se disipan como el humo,
y mis huesos arden como brasas;
5 mi corazón se seca, marchitado como la hierba,
¡y hasta me olvido de comer mi pan!

6 Los huesos se me pegan a la piel,
por la violencia de mis gemidos.

7 Me parezco a una lechuza del desierto,
soy como un búho entre las ruinas;
8 estoy desvelado, y me lamento
como un pájaro solitario en el tejado;
9 mis enemigos me insultan sin cesar,
y enfurecidos, me cubren de imprecaciones.

10 Yo como ceniza en vez de pan
y mezclo mi bebida con lágrimas,
11 a causa de tu indignación y tu furor,
porque me alzaste en alto y me arrojaste.

12 Mis días son como sombras que se agrandan,
y me voy secando como la hierba.

13 Pero tú, Señor, reinas para siempre,
y tu Nombre permanece eternamente.

14 Tú te levantarás, te compadecerás de Sión,
porque ya es hora de tenerle piedad,
ya ha llegado el momento señalado:
15 tus servidores sienten amor por esas piedras
y se compadecen de esas ruinas.

16 Las naciones temerán tu Nombre, Señor,
y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria:
17 cuando el Señor reedifique a Sión
y aparezca glorioso en medio de ella;
18 cuando acepte la oración del desvalido
y no desprecie su plegaria.

19 Quede esto escrito para el tiempo futuro
y un pueblo renovado alabe al Señor:
20 porque él se inclinó desde su alto Santuario
y miró a la tierra desde el cielo,
21 para escuchar el lamento de los cautivos
y librar a los condenados a muerte.

29 Los hijos de tus servidores tendrán una morada
y su descendencia estará segura ante ti,
22 para proclamar en Sión el nombre del Señor
y su alabanza en Jerusalén,
23 cuando se reúnan los pueblos y los reinos,
y sirvan todos juntos al Señor.

24 Mis fuerzas se debilitaron por el camino
y se abreviaron mis días;
25 pero yo digo: "Dios mío,
no me lleves en la mitad de mi vida,
tú que permaneces para siempre".

26 En tiempos remotos, fundaste la tierra,
y el cielo es obra de tus manos;
27 ellos se acaban, y tú permaneces:
se desgastan lo mismo que la ropa,
los cambias como a un vestido, y ellos pasan.
28 Tú, en cambio, eres siempre el mismo,
y tus años no tienen fin.

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23.12.10

Los collares y los perros

Un verbo frasal inglés que se empieza a oír últimamente cada vez más es kick off. Significa poco más o menos "despegar". En realidad viene a designar un "encuentro entre los responsables de la empresa y el cliente o el responsable de un nuevo proyecto para discutir los aspectos del nuevo proyecto que van a desarrollar conjuntamente. El kick off también es aquella reunión en la que todos los empleados de la empresa encaran una nueva etapa expresando sus expectativas" (CH2.0). El mejor profesor de inglés que he tenido, un irlandés felizmente casado con una catalana, que ha vivido en Londres y en Nueva York, actor, me explicó un día que cada vez que volvía a la isla habían incorporado nuevos verbos frasales, o habría que decir nuevas "combinaciones" sobre un número cerrado de verbos y unas determinadas y no menos contadas partículas. Esto le hacía sentirse extraño. Y en esa sensación de extrañeza y en otras pensaba yo estos días cuando meditaba el polémico discurso de aceptación del Nobel por parte de Mario Vargas Llosa. Donde él, por su trayectoria vital, tan rica, se siente como un "ciudadano del mundo" -cuando otro podría haber insinuado una condición más vaciada, hostil o aciaga, de "apátrida", de méteque, por ejemplo- yo pensaba en el extranjero de Albert Camus. Pensaba en los que estemos donde estemos no sentimos que pertenezcamos enteramente a aquella realidad o a aquella tierra. Los desterrados.

Publicado ayer justo después del sorteo del Gordo

No hablaré de lo que me costó irme situando en este mundo por lo que respecta simplemente a enterarme de donde quedaban los pueblos de mis padres, gallegos, y aquella parte del mundo donde era de día cuando en Barcelona era de noche. "Zaragoza" me parecía más maravillosa de lo que podría resultar para los antiguos las Indias y sólo el nombre me insinuaba un mundo nuevo. Cuando veraneaba en Finisterre y volvía a Barcelona, las tijeras me sorprendían por tener un tamaño desmesurado en comparación con las de mi abuela, como si me hubiera zampado una galleta como las que se tomaba Alicia en el País de las Maravillas. Luego me aprendí las capitales de África, como todo el mundo, y eso ha ido cambiando con el tiempo. Supuse, como todos, que Irlanda había conseguido su independencia del Reino Unido a pesar de haber perdido el gaélico por el camino y gran parte de sus hijos, que están en Estados Unidos.  A raíz del rescate por el que ha tenido que pasar recientemente he sabido que no era tan independiente, que la vieja Europa permetía las ventajas fiscales con las que mantenía una burbuja bastante inmobiliaria y terciarista, su dependencia económica de Gran Bretaña (la pérfida Albión) y su subordinación a un sector de los negocios norteamericanos. La unidad económica de Europa pretende consolidar un mercado y los rescates no son solidaridad desinteresada, por supuesto.

"Decíamos ayer" que un árbitro de la moda y del estilo aseguraba que elegir una corbata era un acto irracional. ¿Por qué entonces a mí me da la sensación de que hay tantas elecciones irracionales? Ayer, ante la sentencia del Tribunal Supremo sobre la denominada "inmersión" lingüística, en Cataluña hubo en la prensa barcelonesa un alud de comentarios digitales adversos  y desatinados. Tenía servidora la sensación de que muchos de los comentaristas no habían leído la sentencia. Los nacionalismos fascistas y los llamados etnonacionalismos no son una materia donde reine ni gobierne la serenidad. 

Seguramente por la misma idéntica razón por la que yo, hija y nieta de emigrantes, soy una extranjera en todas partes o -si quieren positivarlo o benignizarlo- una "ciudadana del mundo" (?), hay hijos y nietos de emigrantes que son ultranacionalistas. Desde ese punto de vista todo es aceptable, pero yo ya me cansé de esto, como también me cansé de estar al día de los verbos frasales. No me aportan nada en substancia. Siempre es más de lo mismo. Si nos atenemos al significado propio de la "inmersión lingüística" anteriormente se refería a la que se producía cuando nos metíamos en un entorno lingüístico ajeno, por ejemplo el anglófono, sin más remedio que hablar el inglés o no hablar. Noté que ayer la nueva "inmersión lingüística" se refería al chaparrón de catalán al que someten a los educandos aunque su lengua materna sea el castellano o el español, lengua que es cooficial. El uso de la palabra "español" también es casi un tabú, a pesar de que lingüísticamente hablando es una aberración referirse por ejemplo a mi competencia lingüística como "castellana", puesto que el castellano es  sólo un substrato histórico del español, que es la lengua común que más o menos se habla y se entiende por unos 500 millones de personas en sus variantes. Prometo por la salud de mi canario que este tema me aburre tanto que si me dan a elegir entre ver una película de Paco Martínez Soria y dedicar la corteza de mi atención a este tema, elegiría la película. Hasta los colonos judíos, en cuanto empezaron a organizarse en su tierra prometida empezaron a rebuscar entre sus diferencias el origen sefardí o asquenací o de donde fuera que procedieran. Y esas dos tendencias, la de asemejarnos y la de separarnos nos trabajan.

Foto de Manuel Ferrol

La foto de Manuel Ferrol se hizo famosa como emblema de la emigración gallega de los años 50, que fue sangrante. Yo tenía el disco de Siniestro Total ¿o era de Golpes Bajos?, ay no, que era "Fracaso tropical" de Os resentidos, cuya carátula lo reproducía cuando me regalaron el libro con todas las fotos de la serie del puerto vigués bien editadas. Ese mismo verano en un estanco del pueblo me encontré con el señor que llora en la foto. A pesar de que habían pasado cosa de 30 años estaba igual. Yo no sabía que Manuel Calo Marcote era de mi pueblo y, llamándose Marcote, que era de mi familia por parte de mi abuela Pepita. Al niño le pusieron "Chanquete". Al padre lo enterraron el año 2006. En la foto llora en la despedida de su hermana, que marchaba emigrada a América. Yo he ido a despedir a gente que se iba a Ibiza a pasar 10 días y también he llorado, tal vez porque la sirena  del barco suena como la de la lonja de mi pueblo cuando la niebla impedía arribar los barquitos y sólo quedaba que rezar a la Virgen del Carmen. O como el sollozo de un perro. Pero cuando sale un tren también siento un rebujo en el fondo del estómago como si en vez de irme, por un decir, a pasar la mañana a la playa, me fuera a freír espárragos o a algo peor.  Pero también prometo por la salud de mi canario que yo sé donde quiero estar. Ahora quisiera estar en Italia, precisamente en el nordeste.


ADDENDA (sin corrigenda, por supuesto): La pregunta del día de "La Vanguardia" (24 de diciembre de 2010) es "¿Crees que la sentencia del Supremo pone en peligro la inmersión lingüística?", que es un ejemplo emblemático de pregunta pendenciera sobre todo cuando apela a las creencias e incluye una expresión "inmersión lingüística" que en sí es incorrecta ante la situación que se pretende planificar. La pregunta está hecha para que sólo se pueda contestar que sí, de manera semejante a cuando Fofó preguntaba "¿Cómo están ustedes?" todos los niños sabían que la respuesta era "Bieeeen". Si no me equivoco, la sentencia del Tribunal Supremo lo que pretende es garantizar los derechos de los padres que desean educar a sus hijos además de en catalán en castellano, cuestión por la que por otra parte vela la Constitución de 1978. 
Mi pregunta es, cuando J.A. Blecua dice que el catalán tiene que sobrevivir ¿hace un uso  con turgencias rubalcabianas del lenguaje?. Lo mismo puede decir que la condición actual del catalán es la de supervivencia porque no le queda otro remedio ante la potencia del español que lo que se debe perseguir es la supervivencia a toda costa.

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22.12.10

Los motivos

En la campaña del PSC en la últimas elecciones catalanas hubieron bastantes elementos llamativos, pero el que me tiene aún intrigada es el de la corbata que llevaba Josep Montilla en uno de los carteles. Diré de pasada que en la fotografía a la que me voy a referir no es menos importante para mí el hecho de que se confirman mis especulaciones sobre los hombros, sobre todo cuando las sonrisas están tan calculadas y son tan escenográficas. Vengo reparando últimamente en los hombros  bajos y altos de los políticos y en lo que comunican. Parecería que son como la percha donde cuelga nuestra relación con nosotros mismos y con el mundo, esa tensión. No he conseguido identificar el patrón de la corbata de Josep Montilla. Si no me equivoco, normalmente usa corbatas de rayas, que  en esencia provienen de las identidades académicas británicas. Se diría que las corbatas no sirven para nada, a no ser para el uniforme, para hacer un torniquete, para la típica escena de despedida de soltero o para hacer un regalo. Lo demás no tiene mayor interés, hasta un hombre que -por decir algo- sea incapaz de cambiar una bombilla, sabe combinar un traje y una corbata. Aunque luego la pifie con un zapato deportivo o los calcetines. Lo que más me ha interesado de un blog, de El Aristócrata,  en el que hay un extenso post sobre las corbatas es el punto en el que afirma: "Elegir una corbata debe ser un acto irracional".  Es decir, que la corbata no es útil pero  agrega  significados y más cuando con el traje no hay pretensiones o audacias y la camisa solo pretende como mucho ser discreta.
De arriba abajo: Auseklis letón, asanoha ("hoja de cannabis") japonés y hoja de cannabis

He estado buscando el patrón geométrico de la corbata de Montilla y lo más aproximado que he encontrado es el asanoha tradicional japonés. Pero la hoja de cannabis (que es lo que representa el diseño) no es bien bien el motivo que busco. Tampoco es la típica trama de las sillas de rejilla. Si acaso sería un gadeiro (<Gadir, "Cádiz"), la estrella tartésica de ocho puntas que hoy día han adoptado algunos nacionalistas andaluces y que se contrapone a la estrella salomónica de seis puntas. O un auseklis, que es una cruz letona también bastante esotérica.


El asanoha japonés es un motivo esquemático tan común como lo es  allí la flor del cerezo o el crisantemo figurativos y aquí la pata de gallo, la piel de leopardo o el paisley de los batines y los forros. Pienso que los japoneses cuando usan un nécessaire con estampado de asanoha, no piensan en las propiedades que la tradición le atribuye a la planta (crecimiento y resistencia) no a su consumo. Por esas propiedades, simbólicas o no, botánicas, era por las que tradicionalmente se vestía a los niños con el motivo del asanoha. Eso, mal comparado, es como el que se pone el chándal con el escudo del Barça para ir al supermercado. A lo mejor, por pura sugestión, el ciudadano en cuestión adquirirá el arrojo de sus jugadores, la pericia de Messi, etcétera, pero nada más. También podría considerarse ostentación. Encallarse en los símbolos es inútil.

Lo más raro que tengo en mi fondo de armario es un deshabillé blanco de seda con el kanji shou ("Larga vida a la emperatriz") en la espalda, bordado en hilo dorado. Eso y un kaftán senegalés morado. Estoy convencida de que si yo me decidiera a vestir como me da la gana iría con unas túnicas tan maravillosas como las adlib que siempre le he visto lucir a Sara Montiel cuando hace años venía no sé a qué a Barcelona, blanquísimas, o a la agente literaria Carmen Balcells.   También me parecen muy elegantes, cómodos y bonitos los huipiles centroamericanos y mexicanos, las chilabas o djellabas, algunas galabeyas, los saris y el lava-lava o pareo polinésico. Mi kaftán o bubu me transfigura, no sé porqué. Y eso que no tiene uno de aquellos magnificientes estampados en batik africanos,  brillantes como escarabajos peloteros, sino que tiene una especie de degradado tie-dye. Espero que el Señor en su perfecta sabiduría me de la ocasión y la razón de vestir así algún día.

Ahora lo que me da qué pensar es que las dos frases del cartel de Montilla tengan dos puntos.

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29 | Diente de león

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19.12.10

28 | Las pompas


"Res no es mesquí | perquè la canço canta a cada bri de cosa" (Joan Salvat-Papasseit)

El principio de economía de las pompas   ha inspirado la forma de algunos edificios y la trayectoria de algunas vías de comunicación. De todas maneras, aunque no las absolviera ningún principio matemático, también las querríamos como son.

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17.12.10

Mejor que el silencio

ace muchos años que "busco" el silencio. No el silencio de los corderos o el de las puertas. El silencio interior. Porque el silencio exterior, como la voz exterior (por contraposición a la voz interior) más o menos precario, lo he experimentado alguna vez. Recuerdo un invierno crudo, como parece que lo va ser este, en Ávila. Estuve en el Monasterio cisterciense de Santa Ana, el nuevo, no el de 1331, que es una joya. Estuve hospedada en el que está pues a 3 km de la ciudad, mediado por un páramo donde cuando yo estuve solo -también en la carretera de Toledo- había el archivo de un banco, creo que el de Santander pero no puedo asegurarlo. Lo que sí recuerdo bien es que participaba en el oficio de vísperas y que cada noche la pequeña comunidad se iba a dormir después de reflexionar sobre el salmo 91 y desearse "una noche tranquila y una muerte santa". ¿O tal vez era "una noche santa y una muerte tranquila"? En tal caso, tampoco ese particular lo recuerdo claramente. Lo que sí no puedo olvidar es el silencio que había allí intramuros. Una mañana que no me acerqué a la ciudad podía ver desde mi celda las vacas pacer. Estaban inmóviles como en un pesebre, o más. Todas estaban orientadas hacia el sol, con la testa, y parecían petrificadas, como si esperaran que el sol deshiciera la escarcha de la yerba. Es una de las cosas que más me han impresionado en este mundo, junto con los  surtidores de la Alhambra y cuatro cosas más.
No eran vacas de raza abuleña, que es negra según creo, sino que eran unas vacas de pelo entre vainilla y rosado. Ahí pude experimentar el silencio físico absoluto, y es que aunque el lugar donde duermo es tranquilo y hasta santo, siempre deja oír algun fondo de sonido que vendrá del aire que siempre campa por Barcelona, o de las cañerías, o de las psicofonías o acúfenos que se han declarado en toda persona que alcanza mi provecta edad. Pero lo que yo he buscado siempre es el silencio interior y tengo la sensación de que cada día estoy más cerca puesto que cada día me resulta más incomportable la cháchara y el ruido, lo consabido, la ostentación, etcétera.  Apenas ya escucho música, aunque la  percibo con intensidad. De hecho, siempre pensé que lo que más realza la música y el canto es el silencio. El silencio, sin embargo, a pesar de la ilustración que he elegido para hoy, no es algo que se pueda añadir. Le pasa un poco como a los olores. Todo lo contrario. Y sin embargo el silencio no es la negación a la que tanto han recurrido filósofos como Derrida (Cómo no hablar) o lo que encierra aquel libro que regaló el saliente President Montilla a los consellers de la Generalitat en las navidades de 2007 (El arte de callar del abate Dinouart). Y es que el silencio que busco poco tiene que ver con el silencio del que no tiene nada que decir o el que tiene algo que ocultar. Es un silencio afirmativo, fructífero, como el que se persigue en la meditación hesiquía, de conciencia abierta, sensibilidad, quietud, plenitud.

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14.12.10

B.G.B., hombre de 43 años...

 Corazón santo, tú reinarás (bendición gitana)


a dejando de lado (por ahora) a Confucio, volviendo a temas a los que me acerca no la confusión ni el confucionismo sino el cariño y la admiración, no puedo menos que referirme a Bruno García del Blanco, un compañero de trabajo del que acabo de saber que ha sido llamado para participar en la Barcelona World Race de 2010. Y es que resulta ser que en la BWR sólo participan los llamados elegidos o los elegidos llamados. La regata  "es la primera y única regata a vela alrededor del mundo a dos (dos tripulantes por barco). Es una regata sin escalas en la que la ayuda externa está permitida aunque sometida a unas normas (penalizaciones)". Se considera un deporte por así decirlo extremo por cuanto, para hacernos una idea, el ganador de la anterior edición (2007-2008) empleó 92 días en surcar la ortodrómica, que son unas 25.000 millas náuticas por la ruta más corta que da la vuelta a la Tierra. Los dos regatistas de cada barco se van turnando y navegan con una velocidad considerable. No es fácil y exige una preparación física y una solidez psicológica que por descontado Bruno García tiene. Su solidez psicológica la ha demostrado en la montaña y en sus travesías náuticas, sino también en dos hospitales no menos extremos, el Hospital de Bellvitge y el Hospital Vall d'Hebron, hospital en el que casualmente vinimos a parar de forma simultánea  la primavera del año 2005.
*
Bruno García del Blanco
El físico envidiable formidable de Bruno ya lo tenía cuando yo lo conocí en el Hospital en el que los dos empezamos a trabajar, el Hospital de Bellvitge. Yo sabía que estaba en planta cuando descubría al fondo del pasillo del cuarto piso, en Cardiología, un corro cerrado  y jovial de enfermeras. Yo sabía que él estaba en el centro "entre todas las mujeres", como dice el Salve. Al lado de su belleza como hombre y su considerada seriedad, su atractivo físico es menor, si me quieren creer. Y si no, también. Cuando tengo razón, tengo razón. Además sé que como cardiólogo hemodinamista tiene muy buenas manos, cabeza, y su trabajo es excelente. Con todo lo cual no puedo decir de él más que elogios, que es lo que en realidad más me gusta hacer con la gente, aunque muchas veces lo tengo más que difícil. No todos los héroes modernos, sobre todo los deportistas, tienen la firmeza  o riqueza humana que podría sugerir su talento muscular o cinético. O esa firmeza está sostenida en la arrogancia y en el capital adquirido demasiado rápidamente y a espuertas.

Normalmente, en nuestro país al menos, los elogios se suelen dejar para los premios y para los obituarios. Incluso una vez tuve la ocasión de saber que los servicios de documentación de los diarios principales tienen muchos obituarios preparados. Verdaderamente, como ya nos recordó Chesterton, hay pocas cosas tan seguras como la muerte, aparte de los impuestos, pero da un poco de pena que algunos muertos se hayan ido al otro mundo ignorando lo mucho que les vamos a echar de menos. Hoy en la radio, en "Herrera en la Onda", en donde le han dedicado gran parte de la mañana a Enrique Morente, que falleció ayer, llamaba mucha gente  sin fama explicando anécdotas que surgieron en el trato con él y que dejaban adivinar su arte, un temperamento bueno, hondura y sencillez. Pero no mencionemos la bicha y simplemente remitámonos a un pasaje de la entrevista que le hicieron hace unas semanas. En ella le preguntaron algo así como qué es lo que no era flamenco. Y su respuesta fue que, como en todo, todo lo que era por ejemplo buscar otra cosa que no fuera el flamenco. Si se busca el éxito es muy posible que no se encuentre el arte. Si se busca la velocidad no se encuentra tocino, o algo así. Age quod agis, "haz lo que haces". Hay que tener mucha sinceridad, mucho kung fu. Vaya, ni media hora ha pasado y ya he tenido que volver a Confucio...

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El discurso de Vargas Llosa

Azzurro,
il pomeriggio è troppo azzurro
e lungo per me.
Mi accorgo
di non avere più risorse,
senza di te
E allora
io quasi quasi prendo il treno
e vengo, vengo da te,
Ma il treno dei desideri
nei miei pensieri all'incontrario va (*).
 
Foto de 1860-1870 de dos hermanos, Library of Congress Prints and Photographs Division. Marco: 3,5 x 3,2 cm
 Archivo de la Library of Congress de fotografías de la Guerra de Secesión de EEUU

o entiendo una de las canciones más queridas del pop italiano, "Azzurro", cuando Celentano dice que el tren de sus deseos en su pensamiento va al revés. Me parece un contrasentido, a no ser que la traducción esté mal vertida y lo que se expresa en el idioma original es que el tren parece que va al revés, que es lo que les suele pasar a los enamorados cuando ansían o ansiamos ver al objeto de la querencia. Pero las cosas que no entiendo, aunque son infinidad, quedan empequeñecidas al lado de las que simplemente no sé.  Convivir representa en gran manera saber estar entre los que no sabemos, los que han optado por la duda cómoda, y los que saben tanto que tienen conocimientos que les sobran y con los que bien bien no saben qué hacer y por eso me figuro que nos los brindan a los demás para desasnarnos.

El plantel de colaboradores del Magazine de "La Vanguardia" (Quim Monzó, Ángeles Caso, Andrés Trapiello y Lucía Etchebarria) yo no sé a qué tipo de ignorantes pertenece, si al primero o al segundo o al tercero.  Nunca había leído nada de Lucía Etchebarria hasta anteayer domingo. Me compro "La Vanguardia" los sábados o los domingos pero por el tabloide. Suelo confundir a L. Etchebarria con Almudena Grandes, aunque no por las razones por las que confundo Monet y Manet, sino porque me resultan parecidas físicamente y en sus aspiraciones. La columna de la escritora este domingo se titulaba "Las redes sociales son fascistas".  El título me atrajo no tanto por su rudeza ideológica sino por comprobar si, como me temía, en alguna cuenta le habían hecho alguna trastada de esas en las que uno no sabe a quién reclamar. Facebook le había desactivado su cuenta y la escritora no ha encontrado ni un solo interlocutor válido a quien exponerle su contrariedad. Lo que ha hecho, mientras tanto, es abrir una cuenta para recibir apoyos para que le reactiven su primera cuenta. A todo esto, aunque me aparte un poco del tema central, yo muchas veces he cuestionado la probidad de Facebook por el hecho de que los usuarios pueden desactivar sus cuentas pero siempre queda ahí un rastro latente y, por decirlo de una vez, es imposible ahora destruir una cuenta totalmente.  Creo que es poco menos que una desgracia (!) que le desactiven a alguien su cuenta en Facebook, cuando se le han confiado a ese ente (que no sabemos muy bien donde está ni quien lo maneja ni con qué confidencialidad) todos las imágenes y algunos textos que han recorrido medio año de su vida. Lo de que no pueda uno desactivar totalmente su cuenta me parece insidioso o, en el mejor de los casos, siniestro, cutre y sórdido. Servidora intenta por todos los medios no meterse jamás en ningún sitio del que no se pueda salir.

Por lo mismo que no entiendo la canción de Adriano Celentano, no entiendo qué tendrá que ver el fascismo con un ente desencarnado como Facebook cuyo servicio de reclamaciones es inexistente o etéreo. Vengo observando de un tiempo a esta parte que abunda el uso de la palabra "fascista" o hasta "neocon" como insulto útil para todo tipo de situaciones y posturas ideológicas. Ya hace una barbaridad de años una amiga mía que tiene una mayor claridad mental que yo me dijo: "Los que siempre están llamando a los demás fascistas sí que son fascistas". Esa frase yo la he tenido "en conserva" mucho tiempo. La he meditado, le he dado vueltas y vueltas y, por supuesto, la he sometido a la predecible prueba de la paradoja que invalida frases equivalentes, como "Prohibido prohibir".  Dejando de lado la lógica aplastante y la que no aplasta, desde la razón es posible admitir que efectivamente esa manía en señalar las faltas de los demás revela una debilidad dialéctica, ideológica y también moral. No creo que Lucía Etchebarria sea fascista, simplemente es que le falta mucho por aprender.

El desconcierto que me produce por ejemplo la adhesión incondicional de algunas personas hacia Wikileaks me ha recordado una frase del sabio Confucio: "El hombre excelente no se pone a favor ni en contra de nada en el mundo, sino que sigue lo que es justo". El protagonismo que ha adquirido Julian Paul Assange me confunde, la admiración que ha despertado me escama. Ayer, por cierto, Urban Word of the Day incorporó la voz emberrorist, resultado de fusionar las palabras terrorist y embarrasing, para referirse al punto fuerte de la organización que lidera Assange, crear situaciones embarazosas:
"A radical who employs the potential to embarass others as a political weapon. Contrary to terrorist who uses fear. Wikileaks and those involved with leaking inconsequential but potentially embarrassing communications are political emberrorists".

Hoy la propuesta de Urban Word of the Day había alcanzado 647 votos favorables y 1206 en contra, votos que se pueden incrementar fácilmente accionando fácilmente los botones que representan también fácilmente una mano con el pulgar hacia arriba y una mano con el pulgar hacia abajo.  Esas manitas también salen en Facebook (por defecto sólo hay la favorable) y en otras redes sociales.  Hasta la grabación de "Un bel dì vedremo" y un mix cantado por Maria Callas ha obtenido 109 votos desfavorables en Youtube en las gradas del circo, desde las cuales los leones se ven tan pequeños como gatitos. No sé si las manos condenan la interpretación, el vídeo (que no se ve muy bien al menos en mi ordenador), o qué. Pero veo que otros vídeos que son más fieles a las arias también han recibido votos negativos. È stranno!, como diría La Traviata. Y al mismo tiempo, qué fácil y energuménico apretar un botón donde descargar el desagrado o la frustración o vayan ustedes a saber qué otros afectos. Por Dios, ¿cómo se puede votar en contra de nada en donde esté la Callas?

Mario Vargas Llosa, a pesar de haber conquistado la cima de la gloria y la fama literaria, el Nobel, con todo y con eso no ha visto aprobadas sus afirmaciones sobre lo que ha hecho su esposa y prima por él. La sociedad sueca no puede aceptar una declaración tan diáfana de ¿machismo? De hecho en Suecia se erradicó desde el Parlamento el trato de "usted", excepto para el rey, en los años setenta, creo, y por lo tanto le deben tener una fe enorme a su modelo de sociedad y al intervencionismo de estado. Y sin embargo, esa molestia que se tomaron a favor del tuteo y la desaprobación por las palabras del discurso de Vargas es a mi entender algo pacata y políticamente gazmoña. Por lo demás, lo único que conozco del sueco y que me gusta es que es un idioma donde el silencio es importantísimo y, por supuesto, no se impone por ley.

El silencio está en el discurso de aceptación del Premio Nobel de Mario Vargas Llosa, pero lo está porque fue pronunciado y vivido. Posee aquella condición que tanto aprecio en los textos, la de que tiene más que ver con la palabra hablada y su fluencia que con la palabra escrita, que a veces sugiere una barrera tipográfica de letra muerta. Elijo de entre todo lo ancho y largo de su intervención el siguiente fragmento:


Podría elegir cualquier otro fragmento y hasta hacerlo per sortes virgiliae, al azar, porque todos ilustran bien el dominio del lenguaje, la claridad, la luminosidad del escritor., lo mucho que lleva vivido. Éste lo elijo hoy porque ilustra la sinrazón en la que andamos, ese deseo de usar las manitas para condenar o no el espectáculo, esa manía de usar apelativos con los que fijar como un martillo un clavo a nuestros semejantes, el uso de la Historia para fines políticos "cortoplacistas". Si aceptásemos el neobolivarismo ("neobol"), ya que hablábamos de Roma y el circo, podríamos condenar a Publio Cornelio Escipión a la vez que a Berlusconi y reclamar nuestro aceite, nuestro oro, nuestras muchachas.

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(*) "Azul, / la tarde está muy azul / y se me hace larga./ Me doy cuenta / de que no tengo remedio / sin ti / Y ahora / cogí el tren por los pelos / para ir, hacia ti, / Pero el tren de mis deseos / en mi pensamiento va al revés" (Letras de canciones)

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13.12.10

Bunny Watson, la bibliotecaria referencista

Richard Sumner: [watching the computer result on "Corfu", which is mistaken as "curfew"] What the devil is this?
Bunny Watson: [also having a look] It’s the poem, “Curfew Shall Not Ring Tonight”. Isn’t that nice?
[reciting]
Bunny Watson: “Cromwell will not come till sunset, and her lips grew strangely white… as she breathed the husky whisper, curfew must not a-ring tonight.”
Miss Warriner: [while Bunny goes on] Mr. Sumner, what can I do?
Richard Sumner: Nothing. You know you can’t interrupt her
[the computer]
Richard Sumner: in the middle of a sequence.
Miss Warriner: Yes, but, Mr. Sumner…
Richard Sumner: Quiet! Just listen.
Bunny Watson: “She had listened while the judges read, without a tear or sigh, at the ringing of the curfew, Basil Underwood must die.”
Richard Sumner: Uh, how long does this go on?
Bunny Watson: That old poem has about 80 stanzas to it.
Richard Sumner: Where are we now?
Bunny Watson: She has reached the topmost ladder. O’er her hangs the great dark bell, awful is the gloom beneath her like the pathway down to hell. Lo, the ponderous tongue is swinging. ‘Tis the hour of curfew now, and the sight has chilled her bosom, stopped her breath and paled her brow.”
[telephone rings]
Bunny Watson: “Shall she let it ring? No, never! Flash her eyes with sudden light, as she springs and grasps it firmly…
[answers the phone]
Bunny Watson: curfew shall not ring tonight!” They hung up… And I know another one! “Out she swung, far out, the city seemed a speck of light…”
(De “Set desk”, en IMDB Quotes)


La cita ilustra una de las pifias de la computadora que Mr. Sumner  (Spencer Tracy) implementa en la cadena Federal Broadcasting Network, en el eficiente servicio de referencia que dirige Bunny Watson (Katherine Hepburn). La película está íntegramente descargada en Youtube, aunque fragmentada y sin subtítulos. En “Set desk” (Walter Lang, 1957) nos llama la atención lo bien que se expresan los errores comunes cuando se “informatiza” algo que ya funcionaba e incluso que funcionaba bien: el  hecho de no integrar al personal afectado por el cambio (y que además éste se entere in extremis, el hecho de que se deposite en una nueva tecnología una ingenua y eufórica fe sin contar con todos los pros y los contras y, finalmente, el que se tenga que revisar en segundo intento la famosa implementación contemplando aspectos que habían quedado descartados en el primer plan.
He recopilado algunas de las imágenes de la comedia, casi como en un retablo, para que este proceso quede más esquemáticamente reseñado. La película se ve aderezada por el enfrentamiento de dos gigantes de la interpretación (S. Tracy y K. Hepburn), cuyo trabajo siempre se vio enmarcado por el valor añadido de una relación amorosa en la vida real. Vemos en la presentación que en el servicio hay 3 bibliotecarias referencistas más una jefa, que es Bunny Whatson. Las consultas son telefónicas y hemos de pensar que seguramente atienden las necesidades de información internas de la empresa en la que se encuentran.

Cuando finalmente el Sr. Sumner y la Sra. Watson trabajan juntos, a la vista de que Miss Warriner tiene un pico de estrés fatal, es cuando la implementación se encarrila. De hecho la primera cita muestra el desastre que representaba en los principios de la informática la necesidad de exactitud, puesto que las máquinas no eran capaces de reinterpretar errores o imprecisiones. En una de las escenas finales la máquina ya es capaz de feedback y generará una pregunta de reaproximación: “With or without people?“.

Miss Warrison es bastante rígida en su forma de trabajar, por contraste con las referencistas, que por así decirlo van “a salto de mata” pero con una buena base de conocimientos. Cuando Bunny Watson le indica “That’s the little key that fascinated me!” (para referirse irónicamente a la enorme palanca roja donde se indica Warning), Miss Warrison le contesta: “We’d never try to use that key?“. “¿Por qué?” o “Why not?” le pregunta Bunny Watson y la técnica le contesta enigmáticamente y de una forma displicentemente disuasoria (otro clásico de la informatización en primera instancia): “Well, it’s too technical to explain”.
*
A pesar de todo, aunque han pasado muchos años desde 1957, se sigue procediendo más o menos por el estilo infinidad de veces: Se deja fuera al personal implicado, se le trata como si fuera irrecuperable, etcétera. Otro factor que hay que marcar y que está a la orden del día en este siglo, es la “externalización”, que se confíe el desarrollo de algún servicio o producto de información con mucho contenido interno a empresas externas. En mi opinión, algo que habría que matizar por supuesto, las webs se tienen que hacer fundamentalmente desde dentro y no desde fuera.

Vemos que la computadora de “Set Desk” es IBM, cuando hoy en día el mercado se ha diversificado y complicado muchísimo, de manera que las habilidades del bibliotecario actual exigen la capacidad de poder distinguir y comparar equipos, productos, servicios por los cuales hay que pagar o no.

No sé muy bien cómo anda ahora el tema de los bibliotecarios de referencia. Observé hace unos años que en muchas universidades dejaban precisamente el “mostrador” a becarios, a auxiliares o, en general, a bibliotecarios con poca experiencia, como si el trato con el público fuera o penoso o de poco interés. En mi opinión también ese es un error lamentable puesto que ese puesto, el de la recepción o referencia, es el que permite por un lado echar un pulso a la realidad y, por otro, el que facilita la difusión de productos sobre los que estamos trabajando y en los que nos desvela que se obtenga la mayor publicidad posible.

En estos días se habla del despido de 200 personas de las más de 1000 que hay actualmente en la plantilla de la British Library, la cual además va a ver dramáticamente mermado su presupuesto para 2011 en un 40 %. No sé y creo que casi nadie aún sabe donde se aplicarán las restricciones tanto las de plantilla como las de recursos no humanos.

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27 | El día más corto

"Santa Lucía, un paso de galiña"

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11.12.10

Al rojo blanco



n cuerpo a temperatura alta —al rojo vivo— emite la mayor parte de su radiación en las zonas de baja frecuencia (rojo e infrarrojo); un cuerpo a temperatura más alta —al rojo blanco— emite proporcionalmente más radiación en frecuencias más altas (amarillo, verde o azul) (Wikipedia)


En la trilogía de Krzysztof Kieślowski "Rojo" se corresponde con la Fraternidad, exactamente como en la bandera francesa, que remite a la divisa revolucionaria que ayer  en cierta manera homenajeábamos. Ahora es posible gracias a Youtube regodearse en la escena final, en que el director polaco "salva" a los protagonistas de toda la trilogía ("Azul", "Blanco" y "Rojo") durante el rescate del hundimiento de un barco que cruza el canal de la Mancha ante la mirada de Jean-Louis Trintignant, el juez, que es un actor inmenso, el único que me hace olvidar a Fernando Fernán Gómez, a Burt Lancaster o a Marcelo Mastroianni. En la película el rojo aparece de una manera discreta, que es la manera en que muchas personas conseguimos tolerar y amar este color el cual si es muy predominante o masivo satura y hasta irrita. Es curioso porque se diría que este color es un color con un "significado" mucho más estándar que otros colores y con una validez más universal e icónica.
Cuando sugerimos el color verde ofrecimos también un atisbo de azul, que son los colores que en estos momentos me resultan más identificados con mis sentimientos. Hoy recordé a cambio el rojo blanco de Emily Dickinson:

DARE you see a soul at the white heat?
Then crouch within the door.
Red is the fire’s common tint;   
But when the vivid ore   
Has sated flame’s conditions,       
Its quivering substance plays
Without a color but the light   
Of unanointed blaze.   
Least village boasts its blacksmith,   
Whose anvil’s even din    
Stands symbol for the finer forge   
That soundless tugs within,   
Refining these impatient ores   
With hammer and with blaze,
Until the designated light
Repudiate the forge.
Emily Dickinson, Life, XXIII (*)

Versión de José Manuel Arango:
¿Osarás ver un alma al rojo blanco? |  Acurrúcate tras la puerta. | El rojo es el color común del fuego, | pero si la materia viva gana | las condiciones de la llama, sale temblando de la forja, | sin color, sólo luz, | sólo un resplandor blanco. |  En cada pueblo hay un herrero  | cuyo yunque sonoro es símbolo | de más finos trabajos |  que ocurren dentro, silenciosos. | Allí con un martillo y con fuego, | el impaciente mineral se afina, |  hasta que la luz designada | escapa de la forja.

Esos "finos trabajos que ocurren dentro, silenciosos" son otra propiedad del rojo y tal vez la que más me atrae. Una vez me tendí bajo un árbol de la Facultad de Filología, en el espléndido jardín de nuestra Universidad de Barcelona. Cerca del estanque donde por cierto hay unas carpas que dan ese tono de rojo que los acuarelistas chinos reproducen como si nada. A una de ellas le llamábamos "El tiburón" porque era de un tamaño considerable. Era otoño, como ahora, y bajo la sombra cálida del árbol pronto empecé a adaptarme a su oscuridad verdosa profunda y a distinguir sus bayas rojas. Es un tejo:

"Pueden alcanzar una altura de hasta 20 metros. Aunque con frecuencia se desarrolla de manera desigual, su copa es piramidal con abundantes ramas que salen del tronco de manera horizontal. El tronco es grueso y con una corteza delgada de tiras pequeñas de color pardo rojizo o grisáceo, alcanzando diámetros de 1,5 metros. Son muy longevos, pudiendo superar los 1.500 años de vida. Tiene hojas perennes de 10 a 30 mm. dispuestas en dos hileras opuestas, de color verde oscuro por la cara superior y amarillento o glabro por el envés. Es una especie dioica, con pies masculinos o femeninos. Fructifica en forma de arilo carnoso que rodea la simiente, de intenso color rojo y sabor agradable. Maduran en otoño y cada seis o siete años el árbol tiene una producción abundante de frutos. Raramente forman bosquetes, siendo lo común encontrar a los ejemplares aislados. Casi todas las partes de la planta son ricas en alcaloides tóxicos: taxina, taxol, y baccatina, siendo el primero el más peligroso, pues puede llevar a la muerte en pocos minutos. El arilo o baya es la única parte libre de taxina, pudiendo ser ingerido con la precaución de retirar la semilla" (Wikipedia)
En Fresneda (Burgos) hay un tejo milenario y los hubiera habido en San Andrés de Teixido en La Coruña (cuyo topónimo es diáfano) si no hubiera sido por los numerosos incendios que ha padecido el santuario celta. El arilo del tejo es más oscuro que la baya del rusco pero más claro que el de la mora madura, su tono es más estable y pleno que el del madroño, más firme que el de la fresa, más sereno que el de la cereza, más oculto que el de cualquier otra de las bayas que podemos encontrar en el bosque y que son una delicia para la mirada y el paladar.  No tiene el tejo el rojo descarado del tomate o el pimiento. Y si además, como dice la Wikipedia, no es venenoso como lo es el resto de la planta, seguramente tendrá buen sabor. Hay que decir en favor de la taxina que se ha testado en enfermos de cáncer porque al parecer tiene propiedades curativas, cosa que confirma esa doblez que tienen muchos tóxicos, que son venenos y a la vez son remedios. 

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