15.10.23

La mirada limpia


rimero iba a poner la foto del oso del zoo de Kaliningrado de Peter Marlow, pero enseguida me he arrepentido para dar paso a una fotografía de Elliott Erwitt más grata. En la imagen aparece la cámara, aunque no obviamente la que disparó la foto, que es otra, cosa que nos puede hacer pensar que no fue un disparo automático. Pero desconozco la gestación de la fotografía y cual es su significado, si es que tiene un significado o varios. Simplemente tenemos que recordar una foto como la que el mismo fotógrafo hizo en Pasadena el año 1963 (Lost persons) para remitir a su humor, de delicada ironía. En "Lost persons" vemos precisamente en el punto marcado para que acudan las personas perdidas sólo a las personas que buscan a las personas perdidas. De la misma manera en la foto de 1988 vemos a los fotógrafos con los ojos tapados en una situación que nos recuerda su posición ambivalente.
Dejamos eso y pensamos la barbaridad de imágenes que nos han impuesto y evitado estos días con el conflicto en el Oriente Medio y la ahora llamada Guerra de Israel. Hay algunas imágenes que se han visto en bucle hasta la náusea, algo que se ha hecho habitual en algunos informativos con formato de salón. Yo misma evito al máximo las imágenes. Primero porque, como dijo San Agustín (perdón si no incluyo la cita exacta),  todo lo que puede ser visto puede ser engaño del diablo o "concupiscencia de los ojos".  Segundo porque ya veo demasiadas cosas feas y tristes durante mi jornada laboral y,  por higiene, veo bueno darle descanso a los ojos y quedar en la oscuridad o mirar obras de arte o pasear por la naturaleza.
Por cierto, aún se siguen "viendo" referencias a La noche oscura del alma como un estado de soledad y desolación, y como mucho se esboza la unión del alma con Dios precisamente a través del sosiego de los sentidos y un apagón que lejos de hundirnos en una oscuridad inclemente y taciturna, triste, de espanto, lo que hace es mostrarnos la noche amable. Una lectura literal o metafórica del poema no nos lleva a otro punto.
Si es cierto que por la noche pasan cosas raras y que desde el Álbum siempre hemos aconsejado fraternalmente no tomar ni una sola decisión por la noche, también es verdad que sobre todo por estas latitudes a veces es un descanso. 
*
Siempre había oido hablar de las rutas nocturnas del GR6 (sendero de 57 quilómetros y pico entre Barcelona y Montserrat). Muchas veces se propone por la noche porque no se pasa calor. Lo que yo no sabía, hasta hace poco, es que los senderistas usan una linterna frontal que poco tiene que ver con las que usábamos cuando yo era pequeña y practicaba el excursionismo. La potencia lumínica de los focos actuales es muy superior. Y sin embargo, para mí que he caminado de noche por la montaña, me parece "inferior" y mera contaminación.
No sé si alguien estará dispuesto a creerme, pero cuando llevas apenas unos pasos caminando en las tinieblas por un camino que no sea de cabras, todo el cuerpo desde la planta de los pies hasta la coronilla se aviva e incluso se agudiza la vista y la capacidad de abarcar más espacio visual. Las personas que temen la oscuridad tal vez podrían caminar una noche de luna llena, porque si no hay nubes la claridad también les puede permitir sentirse más arropados por la luz.

***
Tengo un recuerdo muy querido, precisamente en mi niñez, en el que "veo" el Seat 850 de mi tía y el Seat 600 de mi padre aparcados a un lado de una carretera en el Penedès. Era otoño, un domingo. Éramos nueve. Los Domínguez y mi madre. Mi madre y mi tía la mayor sacaron las tortillas de patata. Desde este momento tan alejado en el tiempo me doy cuenta de lo estimulante que resultaba para mi familia gallega aquella niebla espesa y la meta, una cava. Había una niebla tan espesa que casi no nos veíamos ni entre nosotros.  Sé que nos volveremos a ver.

Como dijo Auden, "gracias, niebla".

Elliott Erwitt, Annual Magnum Meeting (Paris, 1988)

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8.10.23

Vista cansada

Quem tem uma mãe tem tudo 
Quem não tem mãe, não tem nada
Letra de João Linhares Barbosa, música tradicional (fado corrido)

Le dedico este fado a @carolynmdlp

C
eis años después de la manifestación del 8 de octubre de 2017 en Barcelona nos encontramos, contra todo pronóstico, ante un escenario en el que la investidura del presidente del Gobierno de España depende mucho de que se le conceda la amnistía a los golpistas y malversadores que declararon la independencia de Cataluña. Así que me veo en el deber de abandonar mis ocupaciones del domingo y acudir al Paseo de Gracia para asistir a la manifestación del 8 de octubre de 2023.
En estos años han pasado muchas cosas, demasiadas, pero en lo más íntimo se ha impuesto la muerte de mi madre y la vista cansada. Por encima de cualquier otra consideración. La pérdida del vigor visual me impide usar mal la vista y no perjudicarla más con soportes perniciosos. Cuando no queda agudeza visual o se ha desperdiciado con afanes varios, no queda más remedio que reservarla para lo que merece la pena. 
Cuesta hacer entender la vista cansada a quien aún cuenta con sus ojos en un estado primigenio ─si es que aún queda alguien así─ y considera que es la leche tenerlo todo en el móvil, aunque sea en un tamaño ínfimo. Recuerdo cuando hace muchos años podía distinguir el número del autobús a muchas calles, y ahora hasta me cuesta esfuerzo ver el autobús. Solo puede hacerse cargo plenamente de una discapacidad así quien la padece y cuando rechazamos mirar una imagen además de poca calidad de por sí, parece un desaire, una extravagancia. Pero yendo bien todos acabamos más o menos igual.
Cuando escribí Las señoras de la piscina  fue el año 2008, hace 15 años. Y ya me veo casi como vi en aquel momento a mi madre, cuando el Ayuntamiento que regía el alcalde Hereu le retiró la tarjeta de metro gratuito:

"Como el tema le lleva a mal traer anda opaca y ensimismada, no explica mucho, pero le pregunté qué iba a hacer. Me dijo que ya se había informado y que tenía que ir a una oficina donde los Ferrocarriles Catalanes. Le pregunté que quien le había informado y me respondió “Las señoras de la piscina”, a lo que yo no me atreví a rechistar nada, puesto que la debilidad del argumento inspira una indefensión elocuente."

Ahora ya yo me veo con las señoras de mi piscina, que es otra, y haciendo por lo menos dos veces a la semana lo que llamo "focagym" y en el polideportivo se llama aquagym. Toda la oferta menos alguna excepción rara se publicita en inglés. Hace poco un joven que trabaja conmigo me aclaró que spinning es bicicleta. Pues así todo.
El focagym se hace en un medio estruendoso, porque lo compartimos con la clase infantil de waterpolo (polo acuático). Pero el agua parece tamizarlo todo y la música que se nos impone para marcar el ritmo, que llamamos música aunque tiene ritmo y armonía pero apenas tiene una melodía, es infame. La hostilidad acústica permite, por paradójico que resulte, alcanzar un rotundo y ascético estado de aislamiento. Entre la piscina y el outdoor, que es como se conoce la zona donde se ejercitan al aire libre todo tipo de prácticas deportivas, el entrenador nos propone la gimnasia. 
Mientras hago el focagym veo a los señores del outdoor cargando pesas rusas y manejando mancuernas, haciendo el circuito para fortalecerse y desarrollar la musculatura. Lejos de desmotivarme o motivarme, lo veo como un decorado ajeno a la otra realidad en la que yo estoy. A ambos lados de esa "pantalla" outdoor platónica se encuentran el baño de vapor y la sauna, de manera que también es inevitable ver la gente que pasa y se introduce en ambas instalaciones semidesnuda.
En contraste las señoras de la piscina (porque solo hay dos hombres) estamos prácticamente sumergidas en el agua y además con el gorro de baño es difícil distinguirnos. Esa anonimización de los gorros y la invisibilidad de nuestros cuerpos me hacen también muy atractiva la actividad, ya que alguna vez me han dicho que en los gimnasios hay algo de rivalidad en habilidades como la fuerza, la rapidez, etc. y hasta en el vestuario. 

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1.10.23

Déficit de comprensión escritora

¡Ser o no ser: he aquí el problema! ¿Qué es más levantando [sic] para el espíritu: sufrir los golpes y dardos de la insultante Fortuna, o tomar las armas contra un piélago de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas?

W. Shakespeare, Hamlet (9ª ed., Madrid: Aguilar, 1949), III, 1

¡Ser o no ser: he aquí el problema! ¿Qué es más levantado para el espíritu: sufrir los golpes y dardos de la insultante Fortuna, o tomar las armas contra un piélago de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas?

W. Shakespeare, Hamlet (16ª ed., Madrid: Aguilar, 1974), III, 1



engo las dos traducciones de Luis Astrana en la edición completa de Aguilar de Shakespeare. Pienso que seguramente la primera que cito, la de 1949, tuvo que ser si no la que manejó María Casares, la siguiente o la anterior. En su autobiografía (Residente privilexiada) la menciona cuando recuerda entre los enseres de las maletas del exilio como un único volumen (*). La edición de 1949 es en papel biblia, piel marrón y los cortes (cantos) están decorados con una cenefa en tinta roja. La edición de 1974 es en dos volúmenes y están encuadernados con una cubierta de plástico marrón. El papel es más grueso, no es papel biblia. Ambas ediciones se conservan espléndidamente y se nota que sus primeros propietarios las cuidaron.

Sé que se conservan algunos libros de Santiago Casares Quiroga, el padre de María Casares en la Biblioteca Pública de la Coruña Miguel González Garcés, pero ir a comprobar algo así es innecesario si está catalogado y en línea. Me lo apunto por si algún día vuelvo a La Coruña, porque me interesa más ver y, si fuera posible, tocar, que no tener esa información.

Luis Astrana falleció el año 1959, así que aunque la traducción de Shakespeare se la debemos a él, no lo fue la corrección del errorcito que hay en el monólogo de Hamlet. Si hacemos caso a la Wikipedia Luis Astrana fue pronazi, antisemita y por último masón, por lo que fue condenado a 12 años de prisión, que por la enciclopedia no queda claro si los llegó a cumplir o no.

El verbo que usó Leandro Fernández de Moratín, en la primera traducción española de Hamlet fue existir ("Existir o no existir"), que se me hace tan extraño como el verbo ser ("Ser o no ser"), que es el que se ha impuesto con el tiempo y creo que debido a ese particular no nos suena mal. Pero hay que admitir que queda como desgajado del resto del soliloquio. El arranque del monólogo es el dilema, pero un verbo de estado precediendo a la elección entre actuar y no actuar parece cuando menos desconcertante. Veo acertadísima la traducción catalana de Magí Morera i Galícia (1920) (**) Viure o no viure ("Vivir o no vivir") y creo que es la que encaja con el Hamlet original (***).

El dilema de Hamlet está en el puro tronco de lo que es la naturaleza humana y remite al Evangelio según San Lucas 6 29, por el cual los cristianos y parece que Shakespeare lo era porque hay indicios de que era católico debemos ofrecer "la otra mejilla". Pero ésta no es una cuestión cerrada ni siquiera para los católicos. Es una herida abierta.

En mi posición personal hace tiempo decidí no dedicarle más tiempo a las reclamaciones, que es una de las formas civilizadas (por no decir la única) que nos deja esta sociedad garantista y tramposa. Para impulsar una reclamación hay que emplear energía, pero no mucha, y estar predispuestos a alcanzar en el mejor de los casos no una satisfacción pero sí alguna consecuencia adversa para el objeto de nuestra reclamación. Hemos de suponer que si una institución o un empleado reciben muchas reclamaciones eso pesa algo sobre sus responsables, pero estamos más dispuestos a creer que los "malos" empleados hacen el trabajo sucio y que solamente cuando ya no se necesitan más sus servicios se les hará la cuenta. Pero también hay que admitir que no son buenos tiempos ni para la responsabilidad ni para la autoridad.

Hace poco tuve que hacer una reclamación ante una entidad bancaria, después de haberles dado un margen generoso de lo que en política llaman "los 100 días de gracia". Digo  tuve porque no me dejaron otro remedio si quería cambiar de oficina y no de entidad. A nadie le gusta tener que hablar así ("o me cambian de oficina o me cambio de entidad"), La intimidación no es ni la mitad de elegante que el dilema. El cambio de oficina en esa entidad es a través de una reclamación, por lo que de alguna manera la vía que te ofrecen es la de tener que protestar y vivir dos veces lo que no te ha gustado. No es suficiente pedir una oficina, se tiene que declarar el motivo por el cual se desea abandonar la oficina donde no se le atiende a una (o se le atiende con una ineptitud que clama al cielo). 

Lo que tiene bemoles es que precisamente casi un año después de haber decidido no hacer más reclamaciones, tenga que hacer una como quien dice "a la fuerza". Y prometo que no sé si es es vivir o no vivir, ser o no ser.

El título de este post viene de una mujer que creo que podría suscitar diariamente unas cinco o seis reclamaciones. El otro día dijo que lo que le pasaba es que tenía "déficit de comprensión escritora". Yo no les pido que me lo mejoren.




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(*) "Nun santiamén, ciscou no chan o variado contido das maletas do exilio, en que os achados ían desde algúns libros encadernados personalmente por meu pai e unha capa de marta cibelina que ela salvara a saber por que [...] Estaba tamén, entre outras, toda a quincallada de xoias de mamá, que pesaban un quintal, nun remexido con garfos (?), coitelos (?), frascos baleiros (?) e as diferentes edicións da Constitución da II República Española, e o groso volume Aguilar coas traduccions de Shakespeare que colocara eu en persoa no fondo do baúl" (trad. Marta Domínguez Senra: En un santiamén esparció en el suelo el variado contenido de las maletas del exilio, en que en los hallazgos había desde algunos libros encuadernados personalmente por mi padre y una capa de marta cibelina que ella había salvado a saber por qué [...] Había también, entre otras, toda la quicallería de las joyas de mama, que pesaban un quintal, en un revoltijo de garfios (?), cuchillos (?), frascos vacíos (?) y as diferentes ediciones de la Constitución de la II República Española, y el grueso volumen Aguilar con las traducciones de Shakespeare que coloqué yo en persona al fondo del baúl)

(**) 
Viure, o no viure: la qüestió és aqueixa:
si pensa amb més noblesa qui suporta
dards i tonades d'ultratjant fortuna,
O aquell que s'arma contra un mar de penes
i amb les armes s'hi oposa per finir-les.

(***)
To be, or not to be, that is the question:
Whether 'tis nobler in the mind to suffer
The slings and arrows of outrageous fortune,
Or to take arms against a sea of troubles