rimero iba a poner la foto del oso del zoo de Kaliningrado de Peter Marlow, pero enseguida me he arrepentido para dar paso a una fotografía de Elliott Erwitt más grata. En la imagen aparece la cámara, aunque no obviamente la que disparó la foto, que es otra, cosa que nos puede hacer pensar que no fue un disparo automático. Pero desconozco la gestación de la fotografía y cual es su significado, si es que tiene un significado o varios. Simplemente tenemos que recordar una foto como la que el mismo fotógrafo hizo en Pasadena el año 1963 (Lost persons) para remitir a su humor, de delicada ironía. En "Lost persons" vemos precisamente en el punto marcado para que acudan las personas perdidas sólo a las personas que buscan a las personas perdidas. De la misma manera en la foto de 1988 vemos a los fotógrafos con los ojos tapados en una situación que nos recuerda su posición ambivalente.
15.10.23
La mirada limpia
rimero iba a poner la foto del oso del zoo de Kaliningrado de Peter Marlow, pero enseguida me he arrepentido para dar paso a una fotografía de Elliott Erwitt más grata. En la imagen aparece la cámara, aunque no obviamente la que disparó la foto, que es otra, cosa que nos puede hacer pensar que no fue un disparo automático. Pero desconozco la gestación de la fotografía y cual es su significado, si es que tiene un significado o varios. Simplemente tenemos que recordar una foto como la que el mismo fotógrafo hizo en Pasadena el año 1963 (Lost persons) para remitir a su humor, de delicada ironía. En "Lost persons" vemos precisamente en el punto marcado para que acudan las personas perdidas sólo a las personas que buscan a las personas perdidas. De la misma manera en la foto de 1988 vemos a los fotógrafos con los ojos tapados en una situación que nos recuerda su posición ambivalente.
8.10.23
Vista cansada
eis años después de la manifestación del 8 de octubre de 2017 en Barcelona nos encontramos, contra todo pronóstico, ante un escenario en el que la investidura del presidente del Gobierno de España depende mucho de que se le conceda la amnistía a los golpistas y malversadores que declararon la independencia de Cataluña. Así que me veo en el deber de abandonar mis ocupaciones del domingo y acudir al Paseo de Gracia para asistir a la manifestación del 8 de octubre de 2023.
"Como el tema le lleva a mal traer anda opaca y ensimismada, no explica mucho, pero le pregunté qué iba a hacer. Me dijo que ya se había informado y que tenía que ir a una oficina donde los Ferrocarriles Catalanes. Le pregunté que quien le había informado y me respondió “Las señoras de la piscina”, a lo que yo no me atreví a rechistar nada, puesto que la debilidad del argumento inspira una indefensión elocuente."
1.10.23
Déficit de comprensión escritora
¡Ser o no ser: he aquí el problema! ¿Qué es más levantando [sic] para el espíritu: sufrir los golpes y dardos de la insultante Fortuna, o tomar las armas contra un piélago de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas?
W. Shakespeare, Hamlet (9ª ed., Madrid: Aguilar, 1949), III, 1
¡Ser o no ser: he aquí el problema! ¿Qué es más levantado para el espíritu: sufrir los golpes y dardos de la insultante Fortuna, o tomar las armas contra un piélago de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas?
W. Shakespeare, Hamlet (16ª ed., Madrid: Aguilar, 1974), III, 1
Sé que se conservan algunos libros de Santiago Casares Quiroga, el padre de María Casares en la Biblioteca Pública de la Coruña Miguel González Garcés, pero ir a comprobar algo así es innecesario si está catalogado y en línea. Me lo apunto por si algún día vuelvo a La Coruña, porque me interesa más ver y, si fuera posible, tocar, que no tener esa información.
Luis Astrana falleció el año 1959, así que aunque la traducción de Shakespeare se la debemos a él, no lo fue la corrección del errorcito que hay en el monólogo de Hamlet. Si hacemos caso a la Wikipedia Luis Astrana fue pronazi, antisemita y por último masón, por lo que fue condenado a 12 años de prisión, que por la enciclopedia no queda claro si los llegó a cumplir o no.
El verbo que usó Leandro Fernández de Moratín, en la primera traducción española de Hamlet fue existir ("Existir o no existir"), que se me hace tan extraño como el verbo ser ("Ser o no ser"), que es el que se ha impuesto con el tiempo y creo que debido a ese particular no nos suena mal. Pero hay que admitir que queda como desgajado del resto del soliloquio. El arranque del monólogo es el dilema, pero un verbo de estado precediendo a la elección entre actuar y no actuar parece cuando menos desconcertante. Veo acertadísima la traducción catalana de Magí Morera i Galícia (1920) (**) Viure o no viure ("Vivir o no vivir") y creo que es la que encaja con el Hamlet original (***).
El dilema de Hamlet está en el puro tronco de lo que es la naturaleza humana y remite al Evangelio según San Lucas 6 29, por el cual los cristianos —y parece que Shakespeare lo era porque hay indicios de que era católico— debemos ofrecer "la otra mejilla". Pero ésta no es una cuestión cerrada ni siquiera para los católicos. Es una herida abierta.
En mi posición personal hace tiempo decidí no dedicarle más tiempo a las reclamaciones, que es una de las formas civilizadas (por no decir la única) que nos deja esta sociedad garantista y tramposa. Para impulsar una reclamación hay que emplear energía, pero no mucha, y estar predispuestos a alcanzar en el mejor de los casos no una satisfacción pero sí alguna consecuencia adversa para el objeto de nuestra reclamación. Hemos de suponer que si una institución o un empleado reciben muchas reclamaciones eso pesa algo sobre sus responsables, pero estamos más dispuestos a creer que los "malos" empleados hacen el trabajo sucio y que solamente cuando ya no se necesitan más sus servicios se les hará la cuenta. Pero también hay que admitir que no son buenos tiempos ni para la responsabilidad ni para la autoridad.
Hace poco tuve que hacer una reclamación ante una entidad bancaria, después de haberles dado un margen generoso de lo que en política llaman "los 100 días de gracia". Digo tuve porque no me dejaron otro remedio si quería cambiar de oficina y no de entidad. A nadie le gusta tener que hablar así ("o me cambian de oficina o me cambio de entidad"), La intimidación no es ni la mitad de elegante que el dilema. El cambio de oficina en esa entidad es a través de una reclamación, por lo que de alguna manera la vía que te ofrecen es la de tener que protestar y vivir dos veces lo que no te ha gustado. No es suficiente pedir una oficina, se tiene que declarar el motivo por el cual se desea abandonar la oficina donde no se le atiende a una (o se le atiende con una ineptitud que clama al cielo).
Lo que tiene bemoles es que precisamente casi un año después de haber decidido no hacer más reclamaciones, tenga que hacer una como quien dice "a la fuerza". Y prometo que no sé si es es vivir o no vivir, ser o no ser.
El título de este post viene de una mujer que creo que podría suscitar diariamente unas cinco o seis reclamaciones. El otro día dijo que lo que le pasaba es que tenía "déficit de comprensión escritora". Yo no les pido que me lo mejoren.
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