22.4.18

Erizos de mar

"Unos puercoespines se juntaban mucho en una fría noche de invierno para evitar congelarse con el calor mutuo. Pero pronto sintieron las púas, lo que volvió a distanciarlos. Cuando la necesidad de calor los volvió a aproximar, se volvió a repetir el mismo problema, de tal manera que oscilaron entre los dos males hasta que encontraron la distancia adecuada entre ellos en la que mejor podían resistirlo. Así empuja la necesidad de compañía, surgida del vacío y de la monotonía del propio interior, a que se junten los hombres, pero sus muchos atributos repugnantes y errores insoportables vuelven a separarlos. La distancia media que al final encuentran, y en la que pueden durar un estar en compañia, es la cortesía y las buenas costumbres. A aquel que no se atiene a esa distancia se le grita en Inglaterra: "Keep your distance!" Así sólo se satisfará de manera imperfecta la necesidad de calor, pero a cambio no se notarán los pinchazos de las púas. No obstante, quien tenga un calor interior propio prefiere mantenerse alejado de la sociedad para no dar lugar a quejas ni recibirlas." 
Arthur Schopenhauer, Parerga y Paralipómena, II, XXXI, #396

Leo Una historia moral del rostro de Belén Altuna, libro que me recuerda a aquella colección de Présses Universitaires d France, Què-sais-je? En esa extensa colección se publican en un formato de bolsillo los elementos fundamentales de infinidad de materias, desde la historia de la música hasta lo elemental de la Geologia. En general los franceses tienen una escuela admirable en este tipo de publicaciones, para cuando necesitamos situarnos en un tema del que sabemos poco o nada. Digo que el libro de Altuna me recuerda a los de la colección de PUF porque nos abre a muchas pistas pero a veces nos da la impresión de que desearíamos que hubiera profundizado más en cualquiera de ellas.
Es el caso del espejo, que aunque tal y como lo conocemos en realidad hay que afirmar que no se generalizó hasta el siglo XIX, ya fue usado en Venecia en el siglo XIV y por supuesto era un objeto de lujo. Creo que después del uso del espejo y la extensión del autorretrato, lo siguiente ha sido el selfie o el autorretrato fotográfico.
Asomarse o abismarme a un espejo, narcisismo aparte, tenía un sentido de autoconocimiento, mientras que el selfie es una afirmación de nuestra imagen y tiene más de exhibicionismo que de narcisismo. Una de las razones por las que no tengo cuenta en Instagram es para evitar la avalancha de selfies de deportistas y narcisistas semidesnudos que muestran sus pectorales de todo género (masculino o femenino y sus alteraciones por hormonas e implantes). A lo mejor dentro de 500 años ─si la Tierra, que hoy celebra su Día, sigue dando vueltas─  será indistinguible el David de Miguel Ángel y un compiyogui o un runner que vive en un perpetuo posado.
Admitiendo que la naturaleza humana en particular y animal en general es de gran interés, me parecen abrumadoras, y siento mayor atracción por las vidas vegetales y minerales, que también son vastísimas. Desde que conocí la guía de fósiles urbanos barceloneses de Anna Cornella, a veces creo reconocer alguno por ahí. La lástima es que no tengo suficientes conocimientos para identificarlos ni validarlos. La semana pasada descubrí en Passeig Valldaura, 146, en el recubrimiento de la entrada a una escalera lo que podrían ser restos de equinodermos o erizos de mar.




Al cierre del post veo el vídeo que un periodista graba en Nicaragua con el asesinato de otro periodista, Ángel Gaona, otra muestra de la presencia de las cámaras y de la violencia en las calles del mundo

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