26.11.20

Sacrificios

“Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes
 no producen nada; cuando compruebe que el dinero
 fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando
 perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y
 por influencias más que por el trabajo, y que
 las leyes no lo protegen contra ellos, sino, por el contrario
 son ellos los que están protegidos contra usted;
 cuando repare que la corrupción es recompensada
 y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces
 podrá, afirmar sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada.”
"Ayn Rand" Alisa Zinóvievna Rosenbaum


e comenta una amiga virtual ante este texto que mostré en Instagram: "A veces me digo que es un problema generacional. Definitivamente estoy vieja, los valores que mencionas, que han sido los de nuestra generación están en desuso. Es una de las versiones."  Y tiene mucha razón, verdaderamente, aunque Ayn Rand nació en 1905 y su trayectoria parece alejada de la mía, al menos tal y como la conozco, su afirmación (que la he visto citada con la fecha de 1950) recapitula un ciclo que no es el actual aunque muestra un modelo que tiene vigencia. Cuando se lee a Hannah Arendt, nacida en 1906, recibimos la misma sensación. 

La cita de Ayn Rand la he visto conjugada con el registro de tuteo también, porque en nuestra época el ustedeo se considera algo clasista, por lo menos desde el punto de vista de los que han salido por la puerta de una facultad de Antropología, Comunicación o Ciencias Políticas con su título bajo el brazo o sujetado por las puntas de los dedos pulgar e índice. El tuteo no se repliega ahí sino que también se da en el sector inmobiliario, bancario y otros. Como Ayn Rand escribió en inglés, en inglés los pronombres son inalterables y también los verbos, para lo que serían las formas equivalentes a nuestro tuteo/ustedeo. Tenemos entendido que el ustedeo en inglés se hace notar en algunas fórmulas para dirigirse a las personas (Mr, Ms., etc.), en la forma de introducir las preguntas mediante las formas auxiliares y en la entonación.

Hace unos cuantos años una amiga portuguesa me indicó su sorpresa ante la generalización del tuteo en España. Y le expliqué que había sido un proceso rápido y asimilado a una apreciación progresista de la oposición tú/usted, que incluso en los hospitales el personal de enfermería joven se dirigía a sus pacientes con el nombre de pila y el tuteo. A mí me parece pertinente dirigirse a la mayor parte de las personas en la mayor parte de las situaciones con el nombre de pila, pero con las personas de una edad diremos que avanzada sin vacilar uso el ustedeo. Y en general uso el ustedeo, sin importar la clase social, etcétera.

Que la RAE hubiera incorporado el término ustedeo al Diccionario nos indica que podrían tomarse como dos tendencias en pie de igualdad que relatan abusos a un lado y al otro, de la misma manera que hay un laísmo/leísmo o un dequeísmo/queísmo. 

Como mi interlocutora en Instagram era y es argentina, no sé si es capaz de reparar en que el texto que yo mostraba se había tuteizado. En cualquier caso, la densidad de la cita permitiría muchas reflexiones y el comentario de mi amiga alumbraba el punto de vista certero de que nuestra sociedad atraviesa una especie de desintegración de una buena parte de los valores y de las creencias en las que tanto tiempo apoyamos nuestras quejas, protestas, disculpas, explicaciones. El asunto de la barrera generacional, del que ya puedo hablar con experiencia, me lleva a lamentar que en mi juventud padecíamos el peso de una generación que se nos imponía y ahora que podría disfrutar de ese estado resulta que se impone la generación opuesta, que es la de la juventud. Se nos pedía experiencia donde ahora se piden likes.

La idea de autosacrificio es la que más me ha atraído puesto que llegados al punto de que no se ve el final de tener que jugar siempre con trampas, todos nos planteamos  si vale la pena seguir jugando. O si hay que hacer como el alfil ─que según entendido tiene pocas posibilidades de movimiento pero puede atravesar el tablero en condiciones óptimas─ y esperar la ocasión, que alguna hay.

Un ejemplo muy claro de sacrificio es el cuidado de una persona muy mayor o alguien con discapacidad, que al tener muy afectadas las condiciones mentales o psíquicas será incapaz de colaborar y ya no digamos de agradecer las atenciones. En un caso así no queda otra que desentenderse de las gratificaciones y pensar que tenemos que atender a la persona de una forma incondicional, incluso obteniendo pobres resultados. Si conseguimos hacerlo con lo que los budistas llaman por ahí el "desapego", no será tan cansado como el modelo occidental típico de abnegación sufriente. Es ayudar pero sin perder el centro. Con la honestidad también cabe esperar poco, pero se puede vivir bien siempre que uno no se amargue la vida cuando no se la amarga a los demás.

Aitor Garmendia

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