21.11.09

Viceversa (live)

"Vuelven las 2D" de Julien Bocabeille, uno de los dibujantes de "Oktapodi" (2007), ese corto maravilloso

El otro día un músico callejero me puso los pelos de punta. Me sabe mal  reconocer que ahora lo he encontrado en la red buscándolo como "negro que canta en Passeig de Gràcia". Pasen y vean: Ahí está, en uno de mis lugares favoritos de Barcelona. En la intersección de Portal de l'Àngel con Carrer Cucurulla y Carrer dels Arcs. Ahí al lado, donde está ahora la tienda que creo que pone "System action", había un bar. Ahí estudié yo la Fenomenología del espítiru y otras lecturas obligatorias de tercero de B.U.P. y  C.O.U. Pues con la frase "negro que canta en el Passeig de Gràcia" fácilmente he encontrado a Aaron Lordson. Ahora que me doy cuenta se apellida como yo, pero en inglés. "Hijo del señor". Iba para ginécologo, según explica en su web. El día que yo me lo topé, una de esas mañanas otoñales en que en mi ciudad el cielo se perfila sobre los tejados luminosamente pero con tonos como de mantequilla cerúlea o de sombrillita de raso descolorido, también cantaba un blues. Parecía un príncipe zulú, ebúrneo y seguro, vibrante y aplomado como el mejor lancero. Blando por de dentro, "por de dentro" como diría Quevedo.  Baja Quevedo. Aaron es de Togo. ¿Dónde estará Togo, Dios? Todos los pelos de punta, oigan. Luego me metí en aquel trasbordo  como lisérgico (de tan largo que es), ese que hay entre la línea amarilla de metro y la verde, y allí había un jovencito tocando en una guitarra acústica "Strawberry fields forever". Técnicamente bien, aunque tocaba la guitarra como para acompañar un coro de monjas  pero con la misma gracia que le pondría un profesor de secundaria cursi -que los hay- al recitado del Poema del Cid. Si les digo que hasta se había dejado una barba...

En fin, Aaron Lordson a lo mejor aún estará unos días por Barcelona y cualquiera puede ver lo que es tan de verdad como que ahora es de día. A mí me vuelve loca encontrar una canción que buscaba (y ya no digamos cuando encuentro lo que no busco), como les pasa en la película "O'Brother" (Joel Coen y Ethan Coen,  2000), con "Man in constant sorrow", otro blues, de Dick Burnett. En la escena donde por primera vez aparece la canción, aparece -por si tuviéramos alguna duda- el personaje ciego llamado -como es natural- Homer Stokes, que tiene un primitivo "estudio" de grabación. Homero también aparece en cierta manera "homenajeado" y no literalmente en "The reader" (Stephen Daldry, 2008). El protagonista lee a Hanna Schmitz (Kate Winslet)  la Odisea, y también a Chéjov, La dama del perrito, sin saber que ella es analfabeta. Espléndido "homenaje" a Homero, que nunca fue leído en vida. O no como lo podemos leer ahora, tan literalmente y tan poco literariamente.

De la misma manera que me sentaba a leer mis lecturas obligatorias de C.O.U. en la encrucijada de Cucurulla ("figuera cucurella"), ante los caños de la fuente gótica alicatada con cerámicas de Josep Aragay i Blanchart (1918), ahora me siento (más sentida que sentada) ante este trajín de Homeros y de figuras. Que si Aaron Lordson  "Domínguez", que si Mª Emilia Casas -la letrada vocal del Tribunal Constitucional designada por el P.S.O.E.- relacionada con un etarra o su mamá ahora, cuando ya había sido recusada el 2006 por otro conflicto de interés no menor; que si Mª Dolores Cospedal (P.P.) con sus  5 cargos, como si cada uno de ellos fuera una tontería o su talento fuera tan descomunal, que si sí, que si no. El teatro del mundo. Como dije, "pasen y vean".

Hoy le comentaba a Ana que de los pocos años que pude dedicarle atención al estudio de la guitarra, me quedó el aquel de abstraerme y a veces contemplar el discurso propio y el ajeno como una interpretación en todo el orden fónica. Ana sabrá de qué le hablo puesto que en su profesión a veces se tiene que adoptar lo que se llama la "atención flotante". Creo que la atención flotante se usa para no involucrarse más de lo necesario y poder hacer uno su trabajo. Se advierten entonces rasgos de estilo viciado y hasta alguna discapacidad física o química donde parece haber una salida de tono, un quejido, una aseveración, o una estupidez, que también las hay. Otro día hablaremos de los correctores y censores inveterados, cítricos, y críticos, los que han venido a este mundo con un escalpelo o un bolígrafo rojo en la mano, como si adoptaran la personalidad del corrector sin saberlo. Con una mano censuran, con otra mano se dan al onanismo siguiendo las directrices y extremos del gobierno extremeño o de su exigua imaginación. Últimamente, le digo a Ana,  me estoy volviendo más tosca y he pasado de distinguir clara e intensamente los estribillos repetidos y repetidos, los sonsonetes y todo eso, a poder diagnosticar problemas severos de motilidad intestinal y hasta algún caso de megacolon avanzado con alta fermentación de su contenido y una finalización del proceso digestivo claramente insolvente. El estreñimiento crónico explica muchas cosas o al menos las evidencia. Hay quien caga en una dimensión (1D). De hecho, ya puestos a decir, igual que hay un macrocosmos y un microcosmos, la boca se hipostasia en el ano y viceversa. A mi no me extraña pero que nada que la medicina más antigua de la humanidad, el Ayurveda o ciencia de la vida, se base en la defecación como el pilar de la salud.

En esta contradanza que nos traemos hoy en la blogopedia personal los hijos del señor, me moví por ahí al lado y encontré una bitácora también en directo, live, que se acabó casualmente y desafortunadamente para mí ayer, El síndrome Chéjov. Miguel Ángel Muñoz se despide con una versión de Eva Cassidy de "Somewhere over the rainbow" que es magnífica y que demuestra los pilares ayurvédicos. Ahora que yo empezaba, alguien se ha ido. Tendré que leerlo hacia atrás. O tal vez no.

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