"En la Barcelona de los siglos XVIII y XIX había dificultades para hacer la colada a causa de la falta de agua y espacios adecuados. La burguesía y las clases medias encargaban este trabajo a mujeres de fuera de las murallas. Y gran parte de ellas venían del valle de Horta, núcleo privilegiado en aprovisionamiento de agua de calidad, donde había más espacio para lavar y tender. De hecho, el oficio más importante relacionado con Horta y la Clota fue, hasta principios del siglo XX, el de lavandera, que las mujeres ejercían como una manera de complementar la economía familiar, además de sus obligaciones domésticas" ("La lavandería de la burguesía de Barcelona", El Periódico, 25 de abril de 2012)