3.10.11

Post 704: Privado, público y particular

En la calle Cartellà de Barcelona
A pesar de que estos días he intentado defender de alguna manera la Sanidad Pública, que está sufriendo en Cataluña unos recortes inauditos, erráticos y opacos, también es verdad que alguna vez -muchos posts atrás- he denunciado algunos vicios y perversiones del sistema, entre los que no es un tema menor precisamente el de la confusión de lo público con lo privado y de lo privado con lo público. Y más hacia estos días he añadido además el de la confusión de lo íntimo con todo ello, cosa que está promocionada y auspiciada por la falta de pudor que en general han mostrado algunos personajes "públicos" con el afán de ganarse fácilmente su vida mostrando sus miserias o las de los demás.
En mis primeros años como bibliotecaria pude tratar con algunas colegas portuguesas cuya amistad llegó a honrarme. Observé, y no porque ellas hicieran ostentación, que cuando las bibliotecarias portuguesas iban a los congresos internacionales en que nos encontrábamos aprovechaban los eventos en toda su extensión y aunque también se divertían no era a costa de una sesión o de una reunión. A quien tenía más confianza le hice notar mi admiración y por todo comentario me dijo que para su país era un esfuerzo financiarles el viaje y que por lo tanto tenían que aprovecharlo al máximo posible. Así que permítanme que intente decir con la misma claridad con la que digo que no sé deberían dejar por operar indefinidamente siquiera las cataratas o las litiasis biliares, que la gente del hospital no debería emplear una hora u hora y media para el desayuno o la merienda. Que lo establecido para los trabajos que no son penosos son 20 minutos de descanso, por lo que yo tengo entendido. De manera que lo mismo que digo una cosa digo la otra, que no se puede seguir así. Que hay que llegar a un consenso con los que saben e incluso al copago si es necesario, pero que es imposible mantener el sistema sanitario como estaba y tampoco se puede pasar a un sistema en donde no se garantice a todos los ciudadanos unos cuidados y su sostenibilidad.
Hace años que veo en la calle Cartellà de Barcelona el letrero que he puesto hoy en el Álbum y que permanece a pesar de que parece poco menos que insultante. Dice: "Este porche es privado. Por favor: respetadlo". El tramo es el típico tramo porticado que hay en muchas ciudades, incluso en las antiguas, y el letrero está tan alto que es imposible que por una parte se vea bien  y, por otra parte, reciba las pintadas que algún espontáneo quisiera dedicarle. Se me ocurre por ejemplo alguna consideración sobre si una propiedad tiene que ser respetada porque es privada pero no si es pública. Por extraño que les parezca ese razonamiento está anidado en la sociedad española o en gran parte de la sociedad española hasta extremos inextirpables e inextricables.
Esta semana pasada se levantó una polémica en torno a "La página del idioma español" , cuyo líder, Ricardo Soca, uruguayo, fue "intimado" [sic] y luego "intimadado" por la R.A.L.E. y el Grupo Planeta por haber incorporado libremente contenido del diccionario que está por venir.

"La página del idioma español"
En Libros y bitios hay un comentario muy interesante sobre el hecho de que el contenido que había incorporado Ricardo Soca no estaba enlazado. Esa aseveración se basa en la palabra, porque no queda ya rastro. Por los revuelos que ha habido al menos en Twitter y en algunos blogs que de vez en cuando cargan contra la Academia, el tema está llegando a un punto como el que alcanza la mayonesa cortada que ya no se puede ligar de ninguna manera. La captura de pantalla que yo les ofrezco y que haré todo lo posible para que quede incólume acá, es poco más o menos como el letrerillo del porche de Cartellà. El líder de "La página del idioma español" ha declarado entre muchas cosas algo como que la RAE no debería ser "una empresa comercial sino académica". O una ONG, ya puestos. Desde que ayer releí una de las frases de Rodríguez Zapatero de que las palabras están al servicio de la política y no la política al servicio de las palabras les prometo por la salud de mi canario, que se trastornan tanto los términos que al final a las mujeres públicas les llamarán "comerciales" o "académicas" según quien las pague y que ya no sabremos donde está el norte ni el sur. Y no me hagan decir más barbaridades, cuando lo que tendríamos que estar haciendo es recordar cada dos por tres (seis) que España fue el primer país en el mundo mundial en hacer una labor lexicográfica notable y que ininterrumpidamente se ha venido siguiendo y cuenta desde hace años con la participación de todos los países de habla española.

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