6.8.13

Anónimos, pseudónimos y otros

"Algunos se conectan a la red y entran automaticamente [sic] en un delirio de grandeza, fuerza y poder. Una vez desconectados vuelven a ser quienes eran", dicen [sic] Elias Aboujaoude. ¿Es conveniente entonces que se juzgue a alguien por lo que ha dicho en una red social?
Según el autor de Virtually you cada vez que nos conectamos a Internet nos ponemos el disfraz de la E personality (unos más que otros y todo depende de lo expuestos que estemos a Internet, a mayor exposición más conseguimos dominar nuestro lado oscuro).
(Karelia Vázquez,"Con escote y desparpajo nunca te faltará trabajo", El País, 6 de agosto de 2013

o una vez ni dos sino por lo menos diez veces he traído aquí ejemplos de mera insultología, sensacionalismo chúnguico, oportunismo del peor, desinformación malintencionada y zafiedad pura y dura. Y me pregunto si con mi oposición no estaré contribuyendo a difundir el mal gusto y a diseminar memes o informaciones que son víricas, insidiosas, malévolas o que responden muy bien a lo que Elias Aboujaoude ha definido en su libro Virtually you sobre la personalidad-e como un delirio de grandeza, fuerza y poder. Decía ayer que la maledicencia era una forma de venganza, seguramente la más cobarde, la que exige menos esfuerzo y la que no precisa de unas condiciones ideales y lo mismo se puede servir en frío que en caliente.
Hoy estuve leyendo La mala dona,  novela negra de Marc Pastor que recibió el premio Crims de tinta de 2008. Basada en la història de la vampira Enriqueta Martí, alcahueta, prostituta, secuestradora y asesina de niños, cuyo caso no llegó a ser juzgado porque fue linchada en la cárcel el mayo de 2013 y murió. Mi sobrino supo que le había dedicado en Facebook o aquí en este pobre blog un pensamiento al asunto y me ha hecho llegar su ejemplar de la novela. Y su lectura me ha colocado en una especie de torbellino de sensaciones. La de apreciar su buen ritmo y un vocabulario rico en matices, la del horror ante lo que ante mis ojos se va desplegando, como una revelación, la de permitirme seguir adelante por ver si su autor se sirve de alguna explicación no necesariamente moral sobre el origen o la causa de la degeneración de los personajes. Por ir rápido les diré que me siento de alguna manera cómplice -sí, "cómplice"- de los horrores al participar en la lectura de un texto que a cada paso me hace cuestionar qué parte es real, cual ficticia. El verme en esa labor es tanto como participar y por lo tanto contribuir. No sé si me explico. De la misma manera que cuando prestamos nuestros oídos a la maledicencia, y ya no digamos a la calumnia, estamos de alguna manera promoviendo sino su transmisión o propagación sí su vigor.
Incrusto un tuit (*) que ya ven que había recibido hace un rato la friolera de 143 retuits, que no son pocos. Cualquier persona mínimamente informada sabe que el tuit se refiere a Juan Carlos I, que lo de Botsuana pudo ocurrir pero no llegó a ocurrir, que lo del indulto del pederasta no fue culpa del Rey porque hubo una equivocación en Marruecos con las listas de indultos y traslados (craso error pero que en ninguna cabeza cabe que pudiera haber sido intencionado a no ser en la mente de un saboteador, saboteadora, saboteadores o saboteadoras). Por si hubiera alguna duda sobre la índole del twitter-star, corona la retahíla de los consabidos 140 caracteres con un insulto, cosa que por muy al orden del día que esté no deja de serlo, se le dedique a un rey, a un pederasta o a un elefante. 
El nivel del argumentario retórico del firmamento virtual se hace escabroso y maledicente por momentos, cada día más. Nada de lo humano les es ajeno e incluso yo he visto señalar como el súmmum de la comparecencia de Rajoy en el Senado para justificar su silencio ante el caso Bárcenas fue cuando le espetaron si era un bellaco o un zoquete. Creo que ese alarde de elocuencia lo lanzó Alfred Bosch de ERC, fue repetido hasta la saciedad en las redes y jaleado por las jaurías insaciables de gente que con todo el derecho del mundo aborrecen al Presidente del Gobierno de España. A veces el insulto y la calumnia se profieren en el espacio relativamente privado de Facebook, otras en redes sociales cuya estanqueidad es inexistente, permeable, como no deja de serlo Twitter. En muchos casos , como ha señalado la columnista de "El País" -que no conocía de antes- o como ha analizado Elias Aboujaoude, esa actitud del derecho al pataleo y al escrache, la desinhibición informativa total o el descuido en las fuentes se escudan en el anonimato y el pseudonimato. Y en la impunidad, claro está. Sobre todo en la impunidad.
Se dirá que dentro de Twitter sobre todo funciona como correctivo (o no) la propia proliferación de vituperios, bloqueos y otros ardides cuando se cruzan entre zopencos de bandos contrarios, cosa que me determina a pensar que la pertenencia a un bando no empece para ser rematadamente agarrulonado y ruin. Hay una doble tendencia en Twitter, si nos trasladamos a los extremos, la del escarnio sin cuartel (matonismo) y la del amiguismo a muerte (no más honorable y complementario). Hay insultadores en todos los bandos, o en casi todos,  si dejamos de lado a los ornitólogos, a la hermana Forcades y a pocos más. Solo se pueden encontrar precedentes igualables en nuestros siglos de oro, cuando Quevedo y demás se cruzaban escarnios y vituperios que sin embargo no hay que negar que no tuvieran su cierta gracia y valor. Otro gran insultador que se las tuvo también con varios escritores fue Cela. Ya recordamos aquí de buena fuente algo que leí en las memorias de Umbral. Fue en el entierro de Dámaso Alonso cuando Cela le dejó caer a Paco Umbral: “He visto a tu amigo, el lírico menesteroso, y parece la encargada de una casa de putas de Ceuta” (se referían a Rafael Alberti). Pero está claro que el insulto y el escarnio hay que usarlo con todo el cuidado del mundo, con precisión y en dosis homeopáticas. Y que su uso por toda tesis hastía.



(*) Elegí el tuit que reproduzco pero hay miles, en catalán y en español. Cualquiera sirve. La cuenta desde la que se emitió se consiguió deslizar a mi timeline como retuit desde una cuenta que sí sigo. al cierre del post lleva 160 retuits y 59 favoritos. Nivelazo de país.

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