22.9.14

Post 1104: Vergüenza ajena

"Reg: Bueno, pero aparte del alcantarillado, la sanidad, 
la enseñanza, el vino, el orden público, la irrigación, 
las carreteras y los baños públicos, ¿qué han hecho los romanos por nosotros?
Militante del Frente Popular de Judea: Nos han dado la paz.
Reg: ¿La paz? ¡Que te folle un pez!" (*)

"La vida de Brian"

El libro Be here now, también conocido como "La biblia hippie" debe su nombre la famosa canción de George Harrison del LP Living in the material world. Por si les interesa hojearlo sin pagar los 9,40€ que piden por la versión Kindle, pueden seguir este enlace. La página que he puesto es bastante representativa no solo de su forma sino que también sirve como ejemplo de una de sus vibrantes afirmaciones. Su autor fue Ram Dass, nacido Richard Alpert, de acuerdo con las enseñanzas de Maharaj-ji, que no Maharaji. Las inquietudes espirituales de George Harrison también quedaron patentes en su financiación de "La vida de Brian" (Terry Jones, 1979). Del mismo disco es "My sweet Lord", esa canción que perdió una querella por plagio, aunque se le consideró un "plagio inconsciente".  La querella se la interpusieron The Chiffons y creo que dedicaron el dinero para lo que ahora llamamos personas con riesgo de exclusión social o algo así.
La historia a que remite la página, que pretende ser sij va de un hombre santo que le dio dos pollos a dos hombres y les pidió que los mataran donde nadie nadie los pudiera ver. Uno se fue detrás de una valla y lo mató allí, el otro estuvo por ahí dos días y regresó con el pollo. El santo le dijo: "¿No mataste el pollo?" y el hombre le contestó: "Dondequiera que fuese el pollo veía". Pues no se crean ésta es una de las mejores páginas y admitamos que al ser un cuento "sij", eso le da un punto que no se lo daría ser de Calatayud. Como dice mi amiga Pilar, "Lo sant quan més lluny més miraculós".
La gracia del librejo está a mi entender en su formato, cuadrado, impreso como mediante una tipografía doméstica o algo peor como un ciclostil y en papel parecido al de estraza o al de El elefante. Nada que ver con los Upanisads ni nada que se le parezca. Después de la fotonovela de ayer me pareció que éste era el mejor contrapunto.
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Hablando de los romanos, el otro día me quedé de pasta de boniato porque en la mesa próxima a la mía, en un restaurante, un señor decía "És que no hi ha una raça catalana, estem molt barrejats". Y no sé si esa afirmación me tranquilizaba o me intranquilizaba porque el mero hecho de detenerse en algo así para ir a parar no sé bien a qué otras conclusiones, me parece desalentador.  Hay en nosotros mucho de los romanos, de los judíos, de los moros, de los godos, del Halloween, de las teleseries estadounidenses y hasta de las cenas imperiales rusas. 
Ayer en el barrio de al lado hacían una carrera de "Andròmines", término que le han dado a lo que son propiamente carretons, de escasísima tradición en nuestra región, pero que en todo el norte de España mueve a mucha gente. En vascuence se conocen como goitiberas, en gallego como carrilanas y carros das piñas. Hay certámenes, siendo el más famoso el de Valdoviño, en que hay modelos muy currados. Son una especie de artefactos con ruedas y una pequeña plataforma donde una especie de piloto disfrazado de chalado baja de acuerdo con las leyes de gravedad una empinada cuesta por su propio peso y habilidades. Las carrilanas suelen adoptar la forma de velocípedos, troncomóviles, animales prehistóricos, lavadoras o cualquier otra cosa por descabellada que les parezca. Normalmente nadie en su sano juicio se sentirá tentado de subir ni como paquete en un cacharro así, pero los que vi ayer eran además patéticos. No creo que aguantaran ni dos metros.
Si hay algo que me consigue entristecer no son ni los cuentos sijs ni las plagios inconscientes, son esos intentos de aplicar las técnicas lúdicas de los jardines de infancia en las fiestas vecinales e introducir desde arriba tradiciones que no lo son. Me estoy acordando, yendo de una cosa a la otra, del pobre Joan Clos, cuando intentaba imitar a Pasqual Maragall dando saltitos, pero en una cavalgata y siguiendo la música de Carlinhos Brown. Yo solo le conocí una canción, "Samba da Bahía" o "Te te te". Les prometo por la gloria de mi canario que me pone más triste esa canción que la cola del paro. Que ya es.

Pág. 70 de Be here now (Richard Alpert, 1971), libro conocido como "La biblia hippie"

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(*) En el guion original no dicen "Que te folle un pez", sino "Cállate" (Shut up).

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